¡Hola! otra vez apareciendo para actualizar solo que esta vez será algo mas cortito y con motivo del cumpleaños de Uraraka, pensaba hacerlo de navidad pero no me convenció, así que aquí tienen es lindo y quizás triste(? la verdad no sé :') espero les guste de todas formas <3
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—¿Cuanto mas debo esperar?— preguntó la castaña girando su cabeza hacia un punto indefinido, extendió sus brazos buscando a su acompañante pero no lo encontraba, por un momento creyó que este se había ido y estaba a punto de retirarse la venda de los ojos cuando una mano ajena le frenó.
—Ni se te ocurra cara de ángel— advirtió pellizcando suavemente su mejilla —fue mucho esfuerzo para que lo arruines—.
—¡Ah! pero ya llevo horas con esto cubriéndome la cara ¿no era mas fácil mandarme con las chicas si no querías que viera nada?— se quejó haciendo un puchero, usualmente no tendría problema en ser paciente pero cuando se trataban de las sorpresas de Bakugo todo era distinto.
—Ni loco te hubiera dejado con Ashido o Yaoyorozu, estoy seguro que las habrías convencido de ir a espiarme y esta vez me niego a que sepan lo que tengo preparado para ti— sonrío divertido por la escena de su pareja caminando con cautela para no llegar a caerse —además, no tienes mucho tiempo así, no exageres—.
—Como sea... la espera me esta matando—.
—Entrenas conmigo si eso no te ha matado créeme que esperar unos segundos mas no lo hará— respondió antes de detenerse y pararse frente a Ochako que terminó chocando contra su pecho —¿y ahora que se supone que haces?— preguntó al notar que la castaña seguía pegada a su pecho y sonreía.
—Tus latidos... es hermoso escucharlos ¿sabes? y tambien sentir el movimiento de tu respiración, son como una melodía hecha a medida de mi amor y corazón— murmuró de forma que dulce haciendo sonrojar a Bakugo, maldita ternura a la cual no podía resistirse.
—E-esta bien, quédate quieta y cuando te diga quítate la venda— fue lo único que dijo antes de separarse de ella y caminar unos pasos de distancia, dio un ultimo vistazo rápido para asegurarse que todo estaba tal como lo había planeado y finalmente le dio la orden.
Ochako por su parte comenzó a sentir los nervios conforme desprendía la tela de su rostro, se imaginaba cientos de escenarios posibles pero ninguna de sus ideas se igualaba con lo que ahora presenciaba, no sabía que cosa tan buena pudo haber hecho en la vida para haberse merecido a alguien tan maravilloso como lo era Katsuki.
—¿C-cómo...?—.
—No creas que olvidé lo que pasó hace años, esa votación ridícula por los héroes del año donde gané junto con el nerd, insististe que todo estaba bien pero déjame decirte que engañarme a mi es imposible — sonrío orgulloso —en fin... el punto es que lo sucedido en ese entonces nunca me dejo del todo tranquilo y pensé que lo merecías, es lo bueno de tener contacto con ciertas personas, has trabajado mucho en lo que eres hoy en día desde que éramos simples estudiantes y creo sin duda alguna que te mereces este reconocimiento que en su momento nadie supo apreciar—.
Ochako seguía sorprendida, buscaba palabras para decir pero en su lugar las lagrimas hicieron aparición.
—Te mereces esto y mucho mas cara redonda— dijo en una voz inusualmente suave mientras volvía a quedar frente a ella y tomar su rostro entre sus manos —feliz cumpleaños— finalizó antes de besarla.
—Te amo ¿lo sabías?— dijo mientras posaba una de sus manos por el alborotado cabello rubio de su pareja —y gracias por esto, el naranja y rosa jamás se habían visto tan hermosos juntos—.
—No mas hermosos que tú— respondió abrazándola con fuerza —nada se iguala a lo especial que eres tú, hablo enserio—.
Ochako se limitó a asentir entre los cálidos brazos que la cobijaban.
—Esto solo fue parte de tu regalo ¿sabes? me molestaría si llegaras a creer que una torre iluminada es lo único que te puede ofrecer—.
—¿Ah, si? ¿y que mas tienes para mi?—.
—Para eso hay que ir arriba de la torre—.
—Entiendo, entonces vayamos— dijo mientras lo tomaba de la mano y comenzaban a caminar —solo una pregunta, ¿fuiste capaz de reservar la torre de Tokyo por mi?—.
—Sabes que odio ser interrumpido por gente indiscreta y era eso o explotar medio lugar—.
—Suena razonable— rio mientras continuaban su camino.
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Abrió los ojos con dificultad siendo cegado por unos segundos ante la luz que se filtraba por la ventana, su cuerpo permaneció inmóvil mientras analizaba donde se encontraba y poco a poco cayó en cuenta de que era su habitación, la misma cama tamaño matrimonial que ahora se sentía mas vacía; no era el paisaje nocturno que había visualizado instantes atrás, Ochako no estaba abrazándolo ni diciéndole cuanto lo amaba y eso quizás fue lo que mas le dolió de su realidad.
—Hey bro, ¿todo bien?— preguntó Kirishima desde el umbral de la puerta, ahora recordaba mas de lo sucedido anoche, había tomado tragos de más buscando despejar su mente y como una mala broma terminó siendo peor.
—Déjame en paz— gruñó cubriendo su cabeza con la almohada.
El pelirrojo soltó una risa suponiendo que la resaca debía estarlo matando —lo tomaré como un si, iré a prepararte algo Blasty— dijo regresando a la cocina.
Volviendo a estar solo aprovechó para perderse en sus pensamientos los cuales solo volvían a remontarse a su reciente sueño, de todas las cosas que pudo traer a flote su subconsciente tuvo que elegir ese maldito momento...
Veintisiete, ese numero marcaba el calendario en su celular y a la vez lo explicaba todo (incluso el que estuviera siendo cuidado por Kirishima). Ese mismo día que desde hace tiempo se había vuelto especial para él ahora ya no tenía razón de ser, solo un numero mas que provocaba pesadez en su pecho.
"Ahora no puedo pensar en aquel lugar sin pensar en ti,
dudo que esto sea una sorpresa"
Sus amistades podrían tratar de protegerlo pero ni siquiera ellos podrían borrar la fechas y momentos importantes de su memoria, aún si existiera alguien con el poder de lograr aquello él lo rechazaría sin pensarlo. Podría haber perdido una parte de su corazón pero aquellas cosas almacenadas en su mente serían lo que lo mantendrían con una razón para seguir su vida, aún si dolieran, aún si lo hicieran añorar los días felices... aún si como hoy lo hicieran sentir vacío.
"Y no puedo pensar en nada sobre lo que soñar,
no puedo encontrar ningún sitio donde esconderme"Llorar se sentía bastante tentador, con suerte algún día las lagrimas se acabarían y dejaría de caer en aquel acto que consideraba tan débil pero por ese día haría uso de su fuerza de voluntad para contenerse ¿era un día especial, no?
Extendió su brazo hacia la mesita de noche y abrió el cajón rebuscando algo, sonrió al darse cuenta que si lo había guardado allí, con cuidado tomó el pequeño objeto y al tenerlo cerca lo admiró con melancolía pareciendo que fuera ayer cuando lo compró tras una ardua búsqueda en cada joyería de Japón.
Diciembre veintisiete, el día especial de su eterno amor del cual ahora solo tenía sus recuerdos y aquella argolla para imaginarla de cierta forma a su lado, vaya, si que dolía como el infierno solo poder conformarse con eso.
—Feliz cumpleaños, cara de ángel...— susurró besando la argolla para luego posar su mano sobre su pecho y volverse a recostar, con suerte y podría dormir un rato mas recordando algún otro momento especial junto a ella.
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Amor en vida y muerte
FanfictionOchako no comprendía que sucedía a su alrededor, podía ver y escuchar todo pero nadie podía hacer lo mismo con ella, podía sentir que algo estaba mal con la persona que amaba y aun si comprender razón deseaba consolarlo. Katsuki contemplaba en sile...