Amor en la magia 2 (Little Witch Academia)

Capítulo 3

Narra Hime

Holo: ¿Cómo vas? -me preguntó desde donde estaba.

Hime: Por por ahora bien, solo espero no caerme -dije sujetándome a las escamas de aquel dragón.

Axlin: jajaja, esto es muy divertido -abrió los brazos, yo asustada le grité que se sujetara pero ambas rieron por mi expresión -Tranquila Hime, no nos caeremos.

Hime: Eso dices pero....-miré a la altura a la que íbamos y cerré los ojos -Esto no es para nada como montar en escoba.

Nos encontrábamos montadas las tres en unos dragones que Holo llamó para que nos llevaran volando. Al verlos me aterré ya que son muy grandes y temible, más por como mi madre Akko me contó su aventura con ellos.

Mi dragón parecía ser hembra y al parecer alguien muy joven, iba abrazada a su cuello mientras intentaba no mirar para abajo. Vi como ahora íbamos por encima del mar, algunos peces saltaban y más de uno me dio un susto al casi darme en la cara, recé porque llegásemos rápido pero el viaje se me hizo eterno.

Cuando creí que no aguantaría más vi como me llamaron para que abriese los ojos, al hacerlo contemplé un gran palacio justo al lado de un gran acantilado pero para llegar hasta el deberíamos atravesar una barrera mágica que lo rodeaba, si eras una bruja noble la barrera te dejaría pasar, sino....te electrocutaría hasta dejarte fino.

Vimos como una gran barrera se iluminó ante nosotras, la atravesamos sin ningún problema pero noté como un cosquilleo por mi cuerpo al hacerlo. Los dragones aterrizaron sin problemas y unos cuatro adultos junto con cinco niños nos dieron la bienvenida.

???: Hola, encantada de conocerte -dijo una chica de pelo castaño oscuro, tenía un ojo color miel y el otro gris, dos orejas de lobo caían por su cabeza y su cola se movió un poco -Me llamo Lucy, un placer.

Vi como la dragona que me trajo brilló con una luz blanca y se transformó en una chica. Tenía el pelo corto, ojos rojos pero tenía dos cuernos en la cabeza, unas pequeña alas en la espalda y una serpentean-te cola, pero no muy larga.

???: Encantada, soy Alice -me extendió la mano, se la di aunque estaba anonadada, la dragona que me había traído se había convertido en una humana, más o menos -Parece que estás asombrada.

Hime: Si, no he visto a alguien hacer algo así -dije nerviosa -Excepto a ellas dos -señalé a Holo y Axlin -Aunque más a Axlin.

Alice: Venga, preséntate -le dio un empujón a una niña de unos nueve años, tenía el pelo rubio y ojos azules pero con la pupila rasgada. Ella negó y se escondió detrás de Alice -Lo siento, tiene un trauma y no habla desde que eso sucedió, pero es amable.

Hime: No te preocupes, ya me hablará con el tiempo -sonreí, me agaché a su altura y ella me vio con temor -Me llamo Himeno Kagari, pero dime Hime, ¿vale? -ella asintió tímida.

Axlin me presentó a todos los que estaban allí. Se encontraban Saya, una chica mitad demonio; Miku, una chica hada y Rin, un chico mago, algo raro pero sonreí. Todos eran muy amables y nos enseñaron el castillo donde estaban, al parecer lo habían construido con magia y hechizos que aprendieron o que les enseñaron algunas criaturas.

Como no había suficientes habitaciones ya que todavía estaban construyendo me tocó compartir habitación con pequeña, Alice me dijo que podíamos intercambiar pero me negué, quería hacerme amiga de aquella chica.

Cuando salí del baño la vi que estaba intentando volar en su forma humana con unas alas rojas bastante grandes para su diminuto cuerpo, me quedé observándola pero no lo conseguía, solo se quedaba suspendida en el aire agitando con fuerza sus alas pero al final caía al suelo.

Ella me vio y escondió sus alas, me miró tímida y sonreí. Me acerqué a ella y le tendí la mano para ayudarla, con desconfianza tomó mi mano y la levanté del suelo aún sonriéndole.

Hime: Estoy segura de que lo vas a conseguir, todos lo hacemos a un ritmo y no tienes porque seguir el de los demás -ella asintió -Creo que lo primero que debes hacer es relajarte, respirar hondo y visualizar como quieres volar. No me hagas mucho caso pero creo que algo así podría funcionar.

Ella no dijo nada, acerqué mi mano para tocarle el hombro pero como acto reflejo me la mordió haciendo que pegara un chillido de dolor. Se apartó en seguida viendo lo que me había hecho, salió de la habitación sin decir nada y me quedé viendo como me salía un poco de sangre.

Hime: Eso fue inesperado.

Me levé la mano con agua y me la vendé con un equipo de primeros auxilios que tenían en el baño. La hora de cenar se hizo presente y todos cenamos en un gran salón de estilo medieval, la niña se sentó enfrente mía y me miraba culpable.

Alice: ¿Qué ha pasado? -preguntó sentándose al lado mía -Y no me digas que nada porque esa venda no la traías antes.

Hime: Me he pillado la mano con la puerta -vi como ella se sorprendió.

Lucy: Si que eres torpe -se empezó a reír.

Rin: Mira quien fue a hablar -habló por primera vez -La que el otro día confundió un caramelo con una pastilla de jabón.

Lucy: Se suponía que eso era un secreto -se quejó.

Alice: Así pruebas de tu propia medicina -sonrió.

La cena transcurrió con tranquilidad y al acabar cada uno se marchó a su cuarto. Estaba en mi cama leyendo un libro de magia antigua cuando vi como la chica con algo de miedo se sentó en mi cama, aparté el libro y le presté atención.

Con su mano hizo un gesto de que fuera a donde estaba, me acerqué y me tomó la mano, puso la mano derecha encima de la mía y una luz verde la envolvió. Cuando apartó la mano me quité la venda y vi que ya no tenía el bocado, era como si nunca hubiera pasado.

Hime: Eso es increíble -sonreí, ella se sonrojó y miró a otro lado.

???: Lo siento -susurró con voz suave.

Hime: No pasa nada, ¿cómo te llamas?

???: Me llamo Iona, a veces me llaman Ion.

Hime: Encantada de conocerte -sonreí y ella igual.

Iona: Todavía no soy un dragón completo -dijo seria, la miré sin entender -Alice ya es uno, cuando un dragón alcanza la madurez a su "yo" humano le salen los cuernos, cola y alas.

Hime: Pero he visto que tienes alas.

Iona: Si, pero no las puedo tener mucho tiempo. En cambio, Alice puede tener las alas y el resto del emblema de dragón cuando quiera.

Hime: Todo a su tiempo, mi madre tampoco era una bruja muy buena y ahora es la directora de la escuela -reí ante sus recuerdos -Así que si existen los milagros.

Al rato nos dormimos cada una en su cama, a media noche empezó a llover y a tronar. A mi no me molestaba pero al parecer a Iona si, pidió si dormía conmigo al menos esta noche. Le dije que si y ella inmediatamente me abrazó, le correspondí el abrazo y ambas caímos en un profundo sueño.