Parte 4: Sinergia 1/2

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Taehyung miró la hora, había llegado un poco antes de lo esperado, suspiró resignado y se sentó en una banca vacía al exterior del gimnasio. Le intimidaba un poco entrar y toparse con diverso tipo de gente en ropa apretada, olor a salado en el aire, música energizante y estand de barras de proteínas de diversos sabores que en teoría no contaban como golosinas. A veces compraba para Jimin y Jungkook y aprovechaba de quitarles un pedacito.

La última vez que fue a buscar a Jimin e ingresó a la edificación un hombre más alto que él y con masa corporal digna de un guerrero espartano de "300", lo escrutó y señaló con la barbilla sus brazos delgados, "¿quieres inscribirte? El primer chequeo es gratis", Tae negó avergonzado y al voltear chocó contra otra muralla de músculos. Nunca se había sentido más escuálido en toda su existencia.

—No tuviste buena suerte, son la minoría quienes logran hacer crecer tanta masa muscular, nuestros genes no nos ayudan mucho, ¿sabes? —le había comentado el rubio entre risas después de la forma dramática que el menor contó el encuentro que le hizo cuestionar su no muy saludable estilo de vida, solo por unos minutos, luego se le pasó.

—Pero estás tan bien y tonificado, ahora Jungkook igual —recorrió el abdomen firme de su novio.

—Y ambos no dejamos de invitarte a que vengas con nosotros. Si no quieres que sea el gimnasio, puede ser el club de baile.

Invitación que se negaba a aceptar. Le bastaba con las clases de educación física y caminar a su casa cada día de escuela. Si quería sudar había otras actividades más placenteras que compartían los tres para quemar calorías.

Miraba hacia la puerta de vidrio y se alegró cual perrito esperando amarrado fuera de una tienda cuando los vio salir. Muy guapos los dos con sus cabellos mojados y ropas casuales. Los pantalones apretados siempre le quedaban de maravilla al mayor.

—Dejamos los bolsos en mi casa y estaríamos listos.

—¿Están tus padres en casa? —preguntó Jungkook con una pequeña sonrisa formándose en sus labios.

Taehyung sonrió también y Jimin arqueó ambas cejas. Leía esas intenciones.

—¿No estaban tan entusiasmados por ir a la convención de videojuegos? Jungkook adelantaste nuestro horario en el gimnasio para desocuparnos antes y hacer la fila a tiempo.

—Las prioridades cambian —se encogió de hombros.

—Lamento decirles que mi padre tiene libre hasta mediodía.

Los dos menores cambiaron su expresión de alegría a una de decepción.

—Pero tienen una cena hoy y vuelven en la madrugada.

Las sonrisas reaparecieron. Las casas a solas seguían siendo un sueño cumplido, solo que ahora lo compartían los tres y no había ocasión que perdieran para probar algo nuevo. Estaban en constante redescubrimiento, cada uno sabía justo dónde y cómo tocar para tener al otro totalmente rendido. Tres adolescentes hormonales eran casi imparables y el cuarto de Jimin fue testigo esa noche del roce de pieles desnudas, como tantas que ha habido.

Se complementaban en tanto planos, el ámbito sexual solo era una parte. Había mucho más y la forma en que cada uno ponía su esencia en la relación.

—El todo es más que la suma de las partes —dijo Taehyung una tarde en la fila para comprar entradas al cine.

—¿Qué tiene que ver eso con escoger una película?

—Solo pensaba que funcionamos así.

—Hoy lo hablamos en clases —explicó Jimin y acarició corto la nuca a Tae.

Tres No Son Multitud [Vkookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora