Cuentos Cortos I

El Problema de Arturo

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El problema de Arturo

Arturo es un hombre de setenta y cinco años, había perdido a su mujer hace ya varios años.

Cada noche le rezaba a su difunta esposa a quien en muchas ocasiones le cuesta recordar su nombre, pero nunca la olvida a ella y todo lo que significó en su vida.

No es un hombre que este en las mejores condiciones físicas ni mentales, pero siempre trata de mantenerse bien ,dando largos paseos en el parque cerca a su casa, muchas veces se pierde en las calles y no sabe cómo regresar, pero por suerte los vecinos de la zona ya saben de esto y siempre lo ayudan a llegar a su casa sano y salvo.

Una noche la del décimo aniversario de la muerte de su amada esposa mientras le rezaba y hablaba en su recamara, escuchó ruidos provenientes de la cocina que está ubicada en el piso de abajo.

Como siempre ha sido un hombre valiente decidió bajar y enfrentarse con el ladrón, salió del cuarto, no sin antes tomar la pistola del armario que había guardado en sus años de militar.

Cuando salió del cuarto el ruido de la cocina se hizo más fuerte, era muy notorio que alguien estaba allí, robando.

Arturo bajo en piyamas y con la pistola en la mano, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, al entrar vio al joven y le gritó: ¡Maldito ratero, querías robarle a este viejo, pero no sabes con quien te metiste, ahora acabaras muerto!

El joven lleno de miedo gritaba y suplicaba: -Por favor no me mates, por favor no me hagas daño, ¡déjame ir!

-Ahora pides perdón y te comportas como un cobarde cuando hace un rato entraste a la casa de un viejo para robarte todo.

-No es lo que crees, déjame explicarte...

-No tienes nada que hablar malnacido, viniste en la peor noche, hoy se cumple 10 años que mi Laura murió  - y viniste a interrumpir mis recuerdos con ella, ¡te mataré!

Arturo disparo al techo, esto asustó más al joven quien inició una carrera hacia afuera para escapar, pero en su camino de salida Arturo empezó a disparar hasta que una bala le dio en la boca del estómago del joven.

Arturo se le acercó al joven ladrón, ya se le había pasado la rabia y ahora tenía un profundo miedo por lo que había hecho, el joven estaba muy grave a punto de morir.

El joven lo miró al rostro y le dijo: Soy tu nieto Iván...

Bastó con que el joven le diga esto para reconocer a su nieto, Arturo estalló en lágrimas, recordó que tenía un nieto y que vivía con él.

Abrazó a su nieto ya muerto, mientras lloraba, hasta que llegó su hijo, el padre de Iván, al ver la escena se rompió en pedazos y estalló en lágrimas y en ira ,pegando a su padre, fue una escena desgarradora.

Arturo fue llevado a un manicomio, su alzhéimer ya estaba en un grado muy avanzado y ya se le consideraba más que una persona peligrosa, antes ya había tenido muchos episodios confundiendo a su hijo o nieto con otras personas generalmente delincuentes que irrumpían su casa, pero nunca había llegado a ese extremo de matar.

Hasta el día de su muerte Arturo olvidó muchas cosas, pero nunca dos: que tuvo una esposa que amaba mucho y que tuvo un nieto a quien el mismo mató llamado Iván.

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