Capítulo 123

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Narra ___.

Abrí los ojos, estaba en una especie de sala de cine. No hay butacas, el piso es agua y en la pantalla está la imagen de la flor del estanque. Las luces de los costados también eran flores como las del estanque pero más pequeñas.

-Bueno, ¿Qué capítulo ponemos?- me preguntó Gold.- Está el de Alex y tú cuando se conocieron, si quieres vemos ese.

-Espera, espera, espera. ¿Me estás diciendo que toda mi vida está en una sala de cine a la cual puedo entrar gracias a TU conexión con una florecita?

-Sep... Tengo que desenredar esta mierda... Espera un segundo- dijo luchando para desenredar unas cintas con un aspecto desastroso.

-No puedo creerlo... ¿Entonces los recuerdos de todas las personas se encuentran aquí?

-No, cada uno tiene su propia sala... ¿Alguna vez has experimentado lagunas mentales?- me preguntó extrañado.- Varias de las cintas que van desde tus tres años hasta los catorce están rayadas con marcador... Algunas están rotas.

Mejor no preguntar sobre el pasado, podría no ser muy bonito.

Pero... hoy es distinto.

-Qué extraño... No me cuesta recordar cosas. Pero las que recuerdo son pocas... Muy pocas. Sólo sé que cuando pienso en ello... Duele y dejó de pensar.

-¿Dolor físico?

Negué con la cabeza y solté unas risitas.

-Emocional. Cómo si algo me faltara.

-Aquí hay cintas de tus vidas pasadas. Se puede atribuir a eso. Es asombroso... Todo está aquí. Cintas desde antes de Cristo. Esto es muy magestuoso.

-Qué pena que la mayor parte de mi vida presente esté casi eliminada.

-La sección de "Juegos, aventuras y miedos" está destruida.

Miré dentro de aquella caja. Llena de trozos de cinta cinematográfica destruida.

-¿Quién pone estos nombres? Son ridículos...

-Tú. Querida, bienvenida al almacén de tú cerebro...

-Vaya... ¿Lograste arreglar la cinta?

-Ya casi... ¿no te dan curiosidad todas esas cintas marcadas y destruidas?

-Pienso en ellas y duele...- desvíe la mirada.- Será mejor no tocar donde duele... ¿Por qué estás tan animado? ¿Y tú seriedad? ¿La dejaste en la cabaña?

-Mi seriedad es una careta. Contigo no la necesito...

Ay, amor. Ay, ay, por Dios. ¿Por qué no me enamoro de gente así?

Ah, verdad... Soy idiota y me atrae solo el idiota de Fred que no es más ni nada menos que un imbécil.

-Yo conocí a Alex desde los doce años... ¿Acaso esa cinta no está destruida?

-Dije algunas, no todas...- dijo rodando los ojos con una mueca cansada.

-¡Hey! No es lo más obvio del mundo. Te digo que soy una brujilda novata. No soy una experta en estas cosas.

Él tomó la cinta en sus manos y caminó al centro de aquella sala. Tomó con ambas manos aquella cinta para luego lanzarla al techo, que parecía una galaxia infinita. La pantalla grande se encendió.

-¡Vamos ___, más rápido!- gritaba Owwyn.

-¡Niña, vaya que eres lenta!- renegó Cami.

Ambos chicos corrían hacia el parque; yo veía todo como si me sucediera en este momento.

Cuando cruzaba la calle escuché la voz de un Alex de mí misma edad por aquel momento. Un Alex de tan sólo doce años de edad.

-¡Niña estúpida, cuidado!- gritó él.

Yo me di la vuelta y corrí hacia la vereda indignada, decidida a decirle algo insultante.

Cuando llegué a la vereda sentí los sonidos de un camión pasando detrás de mí.

-Ay, mamá...

-Nenita, ¿Te encuentras bien?

-Tengo nombre, pelo emo.

-¡No te metas con mi pelo ojos estúpidos!- me gritó él.

-¿Qué tienen mis ojos?- pregunté extrañada.

-Son estúpidos porque no te iban a salvar de ese camión. Aún así no dejan de ser lindos... Soy Alex. ¿Cómo te llamas, niña distraída?

-___, encantada de conocerte, caballero emo... Gracias por salvarme y eso...- me acerqué a su mejilla e intenté darle un beso en el cachete. Lo atravesé.

-¿¡___!? ¿Por qué besas el aire?- me gritó Owwyn desde la vereda de enfrente.

Miré a Alex estaba sumamente sonrojado y salió corriendo para desaparecer en una esquina.

La pantalla se apagó.

Me quedé mirando el suelo pensativa. Si me odia, me hubiera dejado morir ahí.

Pero me salvó...

-___... ¡Eras tan tabla a los doce! La pubertad te sienta bien.

-¿¡Qué me ves las bubies idiota!?

-Estamos en ropa interior, ¿recuerdas? La ropa no reaparece aquí.

-Solo vámonos- dije cubriendo mis pechos con ambas manos.

-¿Qué harás con Alex?

-Lo perdoné. Pero lo haré hablar, finjiré enojo y lo haré sufrir un rato.

-Recuerdame nunca enojarme contigo.

-Soy perra cuando quiero- le guiñé el ojo y él solo se puso algo colorado y sacudió la cabeza.

Gold, eres tan lindo, tierno, amable, chistoso, lindos ojos...

¿¡Por qué con Fred siento mariposas y con vos no!?

Fred... ¿cómo se supone que sigue todo ahora? Me preocupo por tí, por Freddy. Por nuestra amistad que parece no poder sostenerse más tiempo.

Te necesito, pero tengo miedo de decirte.

✬❝ Despertemos...❜❜✬【Fred×___】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora