✬❝ Despertemos...❜❜✬【Fred×___】

Capítulo 132

Narra ___.

Llegué a mi casa después de que Owwyn me invitara a salir otra ver y me semi obligara a comer algo.

Saludé a mi mamá y subí las escaleras decidida a llegar a mi cama y llorar un mes seguido.

Abrí la puerta de mi habitación y vi a Fred sentado en mi cama.

Lo ignoré completamente, tomé mi pijama y me fui a cambiar al baño. Entré nuevamente a mí cuarto, me puse mis lentes de descanso y tomé mi libro favorito. Lo abrí en mi capítulo favorito.

— ¿No te sorprende que haya entrado a tu habitación y que te haya esperado aquí, sentado o haciendo cualquier otra cosa en tu habitación?— dijo con su voz grave. Hace mucho que esa voz no se dirigía a mí.

— No me molesta que estés aquí— dije sin despegar la vista del libro.

— Pero si te molesto yo, ¿verdad?

Me saqué los lentes y lo miré fijo.

— ¿Por qué estás aquí?

— ¿Por qué no comes desde el sábado?

— No tenía hambre.

— ¿Durante tres días?

— Tengo mis tiempos.

— No lo vuelvas a hacer, ¿ok? Me tienes preocupado.

— Si de verdad te preocuparas estarías con la banda más seguido— dije entre dientes.

—¿Qué?

—Nada, olvídalo. Si viniste por eso ya no te preocupes, estoy bien.

—Te extraño.

—Ah, bueno...

—___, quiero que...

—Vos no querés nada, Fred. Por dios, ¿podés dejar de pensar en vos y tu ombligo por un instante? Acabo de perder a Alex para siempre, solo necesito que me des algo de tiempo. Ahora no puedo preocuparme por tus estúpidos dramas, ¿sí?

—___, entiende que yo no quise...

— ¿Qué? ¿Qué no quisiste? ¿¡Dejarnos tirados por tu noviecita toda la maldita semana!?— grité enojada. Al instante escuché mis propias palabras repetirse en mi mente. Se hizo un silencio.

— Ella y yo no...

— Déjalo así.

— Yo... yo no estaba con ella.

— ¿Dónde estabas?

— Y...yo... ¿Dónde estabas tú el viernes pasado y toda la tarde de hoy? ¿O debería preguntar con quién?

— Por favor, Fred. Sólo somos amigos. Ni que lo haya...— me quedé en silencio.

Sí, sí lo besé.

— ¿Besado? Ya no sé si creer en lo que me digas.

— ¿Crees que yo sigo confiando en lo que me dices? Tus coqueteos, palabras lindas y apodos que seguramente tienes para todas. Si yo te mentí alguna vez fue para protegerte, ¡no para ilusionarte como tú haces!

— No tienes que protegerme. Puedo cuidarme solo.

— ¡Bien!— le dí la espalda, estoy por llorar.— Cuídate sólo en otro lado. ¡Vete!

—___, escúchame. Sé que he... he hecho cosas que tal vez te hagan sentir mal, pero nunca fue con esa intención.

— Andate.