Capítulo 2: Existencias Anómalas

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"Se pregunta si soy real, pero, ¿lo es usted?" ―A-22.

Después de la situación tan rara de la prueba, despierto en un sitio nuevo. Sigue siendo una celda, aunque bastante más diferente. Al incorporarme en la cama, en un colchón, ciertamente más cómodo. Lo más notable de la celda es una mesa contra la pared a mi izquierda. Con silla incorporada. No tendré que comer, ni en la cama o el suelo. Eso es un puntazo para mi comodidad. Sigue habiendo un váter contra la pared derecha, pero hay un lavamanos al lado. Un grifo con agua, una cosa menos de la que preocuparme. La mesa no tiene nada, solo me servirá para apoyar la bandeja de la comida. Otra cosa que ha cambiado es la puerta. Tiene una ventanilla cerrada desde fuera, y parece que podrán pasar las bandejas por debajo de la puerta. No tendré armas apuntándome tres veces al día, gracias. Y, por último, la cámara no está encima de la puerta. Está celda la tiene en una esquina, aunque aún siguen completamente mis movimientos.

Observo si mi nueva celda tiene algo. Realmente, no sé qué busco. Quizás un agujero, incluso un tornillo suelto. Creo que debí de ver muchas películas antes de venir aquí. Me levanto y hago algunos estiramientos. Tengo el cuerpo entumecido, probablemente, por lo que me hizo Eva, o quizás he estado inconsciente por mucho. Si es lo segundo, no lo tenía planeado cuando le dije que me noquease. Pensando en aquello, ella tenía unos poderes con los que podría matar a cualquiera. Ni siquiera se le ocurrió pasar la línea, y eso me genera una pregunta. ¿Tendrán a alguien incluso peor que ella? Espero que no, porque eso hace caer en picado mis posibilidades de huir de este lugar con vida.

Me siento en la silla a pensar sobre todo lo que me está ocurriendo. Me empiezo a plantear que quizás merezco estar aquí. Empiezo a perder la cabeza. Esto me viene demasiado grande. Y mientras divago sobre mi situación, escucho como se abre el pequeño espacio para las bandejas, pasando mi desayuno. Ni se molestan en abrir la ventana y ver si estoy haciendo algo perjudicial, aunque no lo necesitan por la cámara, supongo. La bandeja tiene algo interesante para mi estancia en esta nueva celda, una cantidad interesante de papel higiénico. Sirve bastante, ya que se me quedó el otro en mi antigua celda. El desayuno sigue igual de deplorable, pero teniendo en cuenta que puedo haber estado inconsciente por un tiempo, necesito comer. Me siento en la mesa y desayuno intentando separar lo que pueda ser malo para mi cuerpo.

Al acabar de desayunar, pongo la bandeja delante de la puerta. Ya vendrán a por ella en su momento. Me estiro un poco en la cama, siendo bastante mejor para mi espalda que la otra. Mi "yo" olvidado, algo que en estos momentos desconozco, es la posible clave para sobrevivir a esto. Me giro hacia la pared acostado, y cierro mis ojos, pretendiendo dormir un poco más.

No creo haber dormido mucho tiempo, ha sido más por la fatiga que siento al estar encerrado que el cansancio por estar despierto. Mi bandeja ya no está. Se la han llevado mientras echaba esa pequeña siesta post desayuno. Tengo la sensación de que me acabare volviendo vago si me quedo encerrado aquí mucho más. Eso es algo que no quiero. Planto las manos en el suelo y empiezo a hacer flexiones. El ejercicio me mantendrá activo y en forma. Quién sabe las pruebas que pueden estar por venir.

Me paso gran parte de la mañana haciendo ejercicios. Tampoco forzando mi cuerpo, pero volviendo a acostumbrar mis músculos y articulaciones al movimiento. Me acerco al grifo en las pausas bebiendo directamente. Por lo menos tengo agua.

Mientras descanso esperando la comida, acostado en mi cama, suena la alarma de apertura de la puerta. Pensaba que no volvería a escuchar ese molesto ruido. Me reincorporo sentándome encima del colchón y se abre la puerta. Una cara conocida se muestra tras la puerta, aunque no quien me esperaba. El pelirrojo de las pruebas. Ahora que lo tengo de frente puedo verle a la cara mejor. Tiene los ojos marrones, ni la mitad de amenazantes que los de Smith, y un lunar debajo de su ojo izquierdo. Del resto es muy normal. Es joven, le daría un poco más de veinte años de edad.

Flores de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora