Capítulo 30

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*Narra María*

Estaba en una habitación, atada de pies y manos a una silla. Laura había entrado un par de veces, pero me pegaba y después se iba. ¿Y yo qué le he hecho a ésta? Me dolía el cuerpo muchísimo, quería salir de allí. De nuevo, se escuchó la cerradura de la puerta. Un hombre entró, me desató y se volvió a ir. No entendía nada, pero me daba miedo de lo que me pudieran hacer. Poco a poco, me fui para la esquina y escondí mi cabeza entre mis piernas.

Las horas pasaban, mi estómago rugía. Apenas me daban de comer, y tampoco agua. Laura volvió a entrar, me esperaba que me golpeara. Pero en vez de eso, se quedó de pie mirándome. Agaché la cabeza, no podía mirarla. Se acercó más a mi y me cogió de la barbilla, para que la mirara. Sus ojos estaban rojos y en su bolsillo, asomaban unas llaves.

-Laura: ¿Qué tienes tú, que no tenga yo?

¿Pero ahora qué dice esta? No dije nada, me quedé callada. Se empezó a reír como loca y me empezó a pegar. Entre el ruido de los golpes y mis gritos, no se dio cuenta de que se le cayó las llaves. Ella se levantó, dándome las espaldas y yo las escondí. Me miró de mala cara, y se fue. 

El labio me sangraba, me lo había roto. Entre tantos golpes, había dejado de sentir dolor. Ya me estaba acostumbrando. Por suerte, tenía un reloj de muñeca y sabía siempre qué hora era. Esperé hasta la noche y me preparé para salir. Eran las 4:00 a.m. Probé una de las llaves y, pude abrir la puerta. Saqué un poco la cabeza, no había nadie en el pasillo. 

Ahora debía de encontrar a Rubius, y a Mangel. Había dos habitaciones más, y después unas escaleras que daban hacia arriba. Si abría la puerta, y ellos no estaban detrás de ellas, quizás me matarían. Asi que, ¿qué hago?

Hermana de ElrubiusomgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora