Un conjunto de historias cortas que, al leerse juntas, narran la forma en la que dos chicos, enamorados el uno del otro, viven su día a día en una relación escondida de prácticamente todo el mundo; una relación silenciosa.
Este evento, por llamarlo...
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Después de aquel incidente, diecisiete días después era San Valentín.
Todoroki había diseñado un plan para poder salir con Midoriya, quién estaba en casa de su madre para poder seguir su relación en secreto.
Ya estaba oscuro, y debían faltar máximo veinte minutos para las 8: 00 p.m.
Se colocó una peluca, escondiendo su característico cabello bicolor y usaba un atuendo formal; tenía el plan de poder salir a cenar con el pecoso y después invitarlo a una discoteca para beber algo y bailar un poco, para bajar la comida.
Vestía un pantalón azul oscuro , una camisa blanca y un chaleco de una tonalidad oscura de morado que casi podría ser negra.
Estaba listo para salir. Tomó las llaves de su automóvil Bugatti azul se retiró. Era su primera cita real con el pecoso.
Cuando lo conoció, sólo mantenían una amistad por internet. Incluso iniciaron su relación vía redes sociales.
Su relación inició de una manera muy impersonal. En el fondo, sólo eran dos chicos que vivían juntos; que frecuentemente "jugaban" pequeñas guerras de almohadas que siempre terminan de la misma una competencia de besos y abrazos; un concurso para ver quién de los dos acariciaba más al otro.
¿Acaso eso era amor? Quizás era un capricho adolescente, aunque ya no tenían edad para eso.
Le habría gustado poder ser más normal con él; poder salir a la calle a pasear.
Era lo único que le seguía preocupando después de tanto tiempo.
Llegó a las 8: 00 en punto, y tocó a la puerta de la modesta casa de la familia Midoriya. Fue recibido por Inko Midoriya, la madre de su novio.
-Buenas noches señora...
-Hola. Eres Todoroki, ¿verdad? Izuku estará listo pronto...-No pudo terminar su oración cuando Midoriya contestó.
-No, ya estoy listo. Nos vemos después mamá.-Se despidió.
-Vuelve a visitarme después, hijo... -Se acercó a su hijo para abrazarlo y aprovechó para susurrarle algo.-...y ojalá también puedas traer a Todoroki, me gustaría hablar con él.-
Aunque fingía susurrar, Todoroki pudo escucharlo todo.
-Claro, mamá. Hasta luego.-Ambos se fueron en el lujoso automóvil de Shoto. Eran pocas las veces que Midoriya llegaba a subirse a dicho vehículo, por eso, siempre se impresionaba de ver el interior de aquel trasporte.
Todoroki mencionó que irían a comer a un restaurante que contaba con una estrella Michelín, es decir, que se trataba de un restaurante muy bueno en su categoría; ya había hecho la reservación desde hacía poco más de un mes atrás.
Perecía un gasto innecesario, algo de lo que siempre reprochó el pecoso.
Siempre le decía que no le veía el caso ser tan lujosos. Quizás sólo era que aún no se acostumbraba a la vida de "la alta sociedad".