Capítulo 5: Gallinas bebés

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¡Hola! Me disculpo enormemente por la demora en actualizar, los estudios me consumen así que no podía ni revisar mis borradores :( Pero me hice un espacio y vine acá.

Espero les guste, a partir del siguiente capítulo profundizaremos más en la trama, pero mantendré la tónica cómica porque la vida es muy sad para ser sad acá¿.

Pero tranqui, que mis seriados depresivos: Kaleidoscope, Dancing Over Water Lilies y Falling Slowly serán actualizados a más tardar en dos semanas más, ¡sólo esperen a mi libertad acádemica! (Ni tanto, porque en vacaciones igual debo estudiar t_t).

Sin más que decir, gracias por leer y la paciencia!

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Mechanical Lifeblood

Capítulo 5: Gallinas bebés


Esa caja de donas había sido un buen avance en su relación.

Había sido.

Apretó el lápiz haciéndolo crujir dentro su puño.

—H-Hola, m-me llamo... TaekWoon y... y... —la vocecita trémula luchaba por ordenarse en oraciones entendibles. HongBin entornó los ojos y pasó la página de su libro de cálculo. A ciencia cierta, no sabía si su odio interno se debía a esto o al jodido parcial de mañana.

—Vamos, di lo que sea —invitaba HakYeon tan ruidoso como siempre— Eh... ¡algo que te guste! —gritó entusiasta dándole bríos.

Cerró de mala leche su libro y se giró de la silla del comedor. En el sofá al lado la pareja parecía perder el tiempo en más estupideces mientras él estudiaba.

Cruzado de brazos y con el ceño fruncido prestó su atención en el ciborg. Los ojitos azules parpadeaban con la taciturna lentitud que le caracterizaba, sus manos inquietas tiraban con timidez de la gruesa sudadera que vestía y sus labios tiritaban con indecisión al gesticular. Un par de aretes pendían de una de sus orejas con indescifrable elegancia. HakYeon se los había puesto para que se viera más a la moda su licuadora particular. Y ciertamente, ese nuevo accesorio se sumaba a todos esos elementos odiosamente hipnóticos que tenía. Como esos ojos que se perdían de a momentos de sí mismos.

Ojos que se clavaron en él de repente.

HongBin tragó grueso y mantuvo la mirada. Luchó por mantenerle los ojos, ambos ignorando el parlotear de HakYeon hacia él, ¿como cuando Cesár Millán quiere imponerse como el macho alfa de la manada? Bueno, algo así. ¡Tenía que imponerse! ¡Ser el que manda!

Imponerse sobre esos ojos celestes, el lunarcito minúsculo a riberas de uno de ellos. La naricilla que junto a sus demás rasgos le recordaban a un gato gigante. Su actuar frustrantemente conmensurado y la retahíla de perlas como "feliz estar", "Nochebuena", "no hay Japón" en vez de jamón, entre otras que mejor no recordaba para no reírse en su cara de absurda seriedad.

Una risita se le escapó, perdiendo en su lucha territorial.

Mala idea.

—H-Hola, me... llamo TaekWoon y... —el ciborg quedó con las palabras entre sus bonitos labios. Sus pálidas mejillas chispearon rosa y de sus orejitas salpicaron centellas ambarinas. De un golpe empujó a HakYeon, haciéndolo caer al suelo y se cubrió con el cojín la cara.

—¡Que no lo mires, hombre! ¿No ves que le cuesta? —regañó sin aliento por el golpazo a las costillas.

HongBin sonrió divertido.

Mechanical Lifeblood (LeoBin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora