Prólogo

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Hay un bullicio denso en ese salón de clases. Son un montón de grandulones y realmente no esperaban volver a pisar aquel lugar dónde vivieron sus años de academia. Los bancos son más pequeños de lo que recordaban y la instructora ya parece más una compañera que alguien mayor y cargada de autoridad.

De hecho, muchos allí son más fuertes que Shizune y por eso se preguntan una y otra vez qué es lo que los convoca.

Tienen todos alrededor de dieciséis años. El acné de la mayoría comenzó a desaparecer, ya todos tienen el cuerpo desarrollado y maduro.

La instructora carraspea para llamarlos al silencio y sonrie cuando la atención de todos se centra en ella.

-Bienvenidos, jóvenes shinobis. Estoy segura de que no saben la razón por la cuál Lady Tsunade los convocó el día de hoy, y procederé a darles una rápida introducción.-

Tenten ladea la cabeza curiosa y le pica el hombro a Lee. -¿Será que quieren regañarnos? O tal vez otro examen...- Su cara expresaba su preocupación por lo segundo.

Lee le dedicó una gran sonrisa. -¿Por qué regañarían a un grupo de jóvenes tan llenos de vida y energía? Estoy seguro de que será algún reconocimiento, y que el equipo del maravilloso Gai Sensei será altamente galardonado.-

Neji no puede creer lo que está oyendo. Una venita se hincha en su frente, superado por la excentricidad insoportable de su compañero. Tenten lo acompaña en sentimiento, puesto que tiene las mismas ganas de obligarlo a comerse sus propias mallas verdes.

-Claramente van a darnos una charla.- Procede a decir el Hyuga rodando los ojos.

-¿Una charla de qué?- Cuestiona su compañera sin entender. -Deberíamos estar entrenando. Es una perdida de tiempo...-

-Tal vez es algo importante.- Por fin Lee se pone serio y fija su vista en Shizune, quién había comenzado a vaciar una caja que había en el escrito. Sobre la madera quedan apilados unos cuantos cuadernillos.

-Espero...- Murmura el Hyuga cruzando sus brazos.

-Esto, chicos, es sencillo. Un curso de tres clases para compensar la poca educación que tuvieron con respecto a la salud sexual.- Por fin suelta mientras toma una tiza y se dirige al pizarrón para dibujar vagamente un cuerpo.

La clase se llena de sorpresa, pero nadie dice nada. Todos en la aldea son bastante reservados en relación a la sexualidad, por lo que el pudor que los invade es de lo más natural.

Es Sakura quién levanta la mano interrumpiendo el silencio.

-¿Si, Sakura?- Le cede la palabra.

-¿Es realmente importante dedicarle tiempo a esto con todos los problemas que acechan a la aldea en este momento? Akatsuki planea robar a Naruto para extraer su Bijuu ¿y nosotros vamos a estar estudiando el cuerpo humano?-

Naruto se sorprende de la seriedad de su compañera.

-Claro que importa, Sakura... La sexualidad trasciende la biología.- Interrumpe Ino de golpe.

La pelinegra que quedó a cargo de la clase se sorprende por ambas declaraciones, ya que tenían muy interesantes puntos de vista.

-Como dice Ino, Sakura, la sexualidad trasciende lo biológico. Y si, es un momento complejo para la aldea, pero eso no es razón para no brindarles lo básico y necesario para que ustedes puedan desenvolverse en la vida de la mejor manera posible. Queremos evitar malas noticias, que alguna de ustedes deba abandonar su carrera de shinobi por haber quedado embarazada, o algo por el estilo.-

-¿Ahora ves, frentesota? Que vayas a morir virgen no quiere decir que todos aquí quieran el mismo destino.-

-La burla está de más...- Intenta frenar la mayor de todos ante una inminente batalla campal.

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