Capítulo V

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¿Un admirador secreto?

Ops. Se me chispoteó.

—Bueno y ¿Para qué rayos me la das a mí si no es para mí? —Le recrimino a la pobre Helen quien intensifica su cara de pocos amigos— Y hazme el favor y deja de mirarme así. Me intimidas. —Ella aligera la expresión y sonríe.

—No creo que seas tan fácil de intimidar. Y te la doy a ti porque es para Natalia— ¿Natalia?.

—¿Y qué vela tengo yo en ese entierro?* —Pregunto.

—Pero bueno Laura, ¿Qué te pasa hoy? ¡despierta!, ¿acaso no es obvio? —Niego con la cabeza.

—Para mí no lo es.

—Tú eres la mejor amiga de Natalia. —Ahhhhhh, pues ya entiendo de qué va la cuestión. Ahora tengo una pregunta más importante, me inclino hacia ella un poco para susurrarle.

—¿Es tuya? —Le pregunto solo porque quiero saber si le gustan las chicas, quién sabe y mañana decido ser otra cosa. Río para mí misma por mi picardía. Debo dejar de pensar cosas tan raras. Le quito la carta de las manos.

—¡Oye, no! Me gustan los chicos, Laura—Dice alarmada y ella me arrebata de nuevo el sobre.

—Bueno, bueno, yo solo preguntaba—Respondo riendo levantando las palmas de mis manos y encogiéndome de hombros. —Entonces ¿De quién es? —Le vuelvo a quitar el sobre de las manos.

—No te puedo decir. —Y me saca la carta de nuevo.

—Oye, ¿Podríamos dejar de jugar a la 'papa se quema'? —Digo riendo y ella me da la carta.

—Solo sé que es una carta de amor, tiene perfume y todo—Arruga el ceño y yo hago un gesto de nauseas porque las cursilerías a veces me dan asco, discúlpenme si los ofendo. Acerco el sobre a mis fosas nasales y es cierto, tiene un olor dulce.

—Bueno, igual la voy a leer, si es para Natalia es como si fuera para mí. —Declaro y me dispongo a sacar la carta del sobre ya rasgado. Cuando la saco llega el profesor y debo guardarla para leerla después, pero a pesar de que sí 'debería' hacerlo no 'tengo'. Soy una chica muy curiosa, aguantarme hasta que acabe la clase no sería propio de Laura Olivares.

Natalia,

Eres todo lo que detesto sobre la faz de la tierra, quisiera volver mañana y que no existieras. Quisiera no verte caminar por los pasillos de la facultad. Quisiera no tener que compartir el mismo aire. Quisiera tantas cosas que si pudiera cumplirlas hoy no estarías leyendo mi desprecio hacia ti. Eres justamente lo que siempre he evitado, lo que siempre he querido exterminar. Espero que en esta vida no tenga que volver a cruzar contigo, y espero no volver a conseguirte en ningún otro sitio.

Te odio.

Me quedo sin palabras. Volteo a todas partes en busca de alguien mirándome al acecho, siento temor. No por mí, sino por mi amiga. No exactamente por el sentimiento de odio de alguien hacia ella si no por las consecuencias que pudiera tener ello. No encuentro una razón ''sana'' o ''inocente'' para que alguien escriba una carta expresando su odio, mi mente está viajando a miles de kilómetros por segundo, no sé si es por el esquema que se ha implantado en mí gracias a mi carrera, es decir, el chip de no tomar lo 'común' por 'totalmente común' ¿Debería ser normal una carta de odio? ¿Debería ser normal que alguien diga que siempre ha querido exterminar a alguien como mi amiga? ¿Debería ser normal usar esa palabra; exterminar? Me da mucho qué pensar, mi cabeza da vueltas y no sé ni siquiera qué dice el profesor. Solo leo cada palabra de nuevo, evalúo cada oración, cada coma, cada acento y solo pienso en que algo tan inocente como una carta podría convertirse en algo muy grave.

Eclíptica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora