Capítulo II
Estrellita, ¿Dónde estás?
Debería agradecer que Gabriel volteara aquella cubeta de agua helada sobre mí y no sobre la fogata porque si no, ahora probablemente estaría muriendo de hipotermia o algo parecido. No puedo aún comprender como es que Gabriel me llenó de agua pero no le daré mucha vuelta al asunto, ya me vengaré.
Tengo a Gabriel a un lado soplando mis nudillos mientras intento calentarme un poco, puede que haya sido malvado por un espacio de tiempo pero en su estado natural es Baymax así que ahora está haciéndome entrar en calor después de secarme, cambiarme de ropa y colocar las prendas mojadas en un tendedero improvisado a un lado de la fogata. Las chicas siguen burlándose de mí, mientras comen malvaviscos.
—¿Acaso no es una noche espectacular? —Dice Camila mordisqueando una almohadita. Miro hacia arriba y sí que es una noche memorable, cómo quisiera poderle tomar una foto a este cielo.
—Al principio solo quería que nos acostáramos aquí a ver el cielo—Dice Gabriel mirándome y riéndose un poco.
—Pero hiciste fue un desastre—Responde Natalia quien casi golpea a Gabriel por arrojarme ese balde de agua. Ya les dije, es un poquito agresiva, no más.
—Sí que es muy hermosa—Digo temblando aún de frío.
—Oye, lo siento—Y ahí está mi pequeño Gabriel, tan lindo y tierno como siempre, es imposible no conmoverse con esas gemas en sus ojos.
—No creas que te escaparás de mi venganza, pero te disculpo—Concedo y lo abrazo.
¡Pero qué delicia!
—Desde aquí puedo ver la Osa mayor—Dice de repente Camila. Miro al cielo buscando aquella constelación y a pesar de que puedo ver perfectamente las estrellas se me hace difícil encontrarla cuando mis ojos se sienten tan congelados por el viento de la noche. Sé que a Gabriel no le ha costado nada porque sonríe al conseguirla y Natalia está al igual que yo tratando de detectar aquella famosa constelación. Le pido ayuda a Gabriel y él me indica dónde está. Cuando por fin la consigo solo me parece increíble que en espacios profundos de esa constelación existan por lo menos 50 galaxias ¡Cuán hermoso es el universo!
—¿Sabían que hay una historia de la Osa mayor en la mitología griega? —Pregunta Natalia. Todos la miramos y negamos. Realmente no tenía ni idea de que existía una historia sobre ella, aunque no me extrañaría; la mitología griega es muy amplia. ¿Y quién más para contarnos sobre ella que Natalia?, siempre ha estado obsesionada con ese tipo de cosas, sinceramente admiro su capacidad de retenimiento para la historia y su sed por saber más sobre ella. —Bueno, cuenta la historia, que Zeus—Nos mira con el ceño fruncido— ¿Ya saben todos que Zeus es el Dios del Olimpo? —Pregunta. Todos resoplamos.
—Nat, tampoco somos tan ignorantes, así que continúa sin pausas, por favor. —Le regaña Gabriel.
—Bueno, como decía; Zeus, Dios del Olimpo y Dios del cielo y el trueno se enamoró de una ninfa de Artemisa, Diosa de la caza, los animales salvajes, la virginidad y las doncellas. —Levanto mi mano en señal de intervención. Todos dirigen su mirada a mí. — ¿No y que continuara sin pausas? —Natalia gira los ojos pero yo la ignoro.
— ¿Qué es una ninfa? —Pregunto.
—Bueno, no está muy claro—Arruga el ceño—Pero son jóvenes consideradas espíritus divinos que animan la naturaleza, ¿Continúo? —Asiento. —Bueno, esta ninfa se llamaba Calixto, ella debía permanecer virgen al igual que su Diosa, sin embargo fue seducida por Zeus quien tomó la forma de Apolo para poder poseerla y la dejó embarazada. Calixto intentó ocultarlo pero un día Artemisa y sus compañeras decidieron tomar un baño en una fuente y cuando Calixto se desnudó Artemisa se enteró de su estado, enfureció y la expulsó del grupo para luego convertirla en osa y darle caza. Otras historias dicen que fue Heres, esposa de Zeus y Reina de los dioses quien al enterarse de la infidelidad y de que Calixto había dado a luz a un niño llamado Arkas le pidió a Artemisa que la convirtiera. Arkas muchos años después se topó con su propia madre convertida en osa y por temor quiso matarla, pero Zeus intervino y le explicó a Arkas que ella era su madre y por miedo a que pudiera pasar algo parecido la envió hacia el cielo —Señala hacia el cielo y mira hacia él—creando así la Osa Mayor y no estando conforme también envió a Arkas para que le hiciera compañía y formó la Osa menor. —Nos mira de nuevo con aires de inspiración—También se dice que Heres en su ataque de celos le pidió a Poseidón, Dios de los mares, que evitara que Calixto y su hijo pudieran acercarse al mar y así fue, porque la Osa mayor y la menor siempre están visibles y lejos del horizonte del mar. —Natalia sonríe ampliamente con sus ojos brillando—Fin. —Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo y escucho que Camila empieza a aplaudir.
ESTÁS LEYENDO
Eclíptica.
MizahUn zodíaco con 12 Signos. Una ciudad. Un objetivo. Y lo peor... Muchos chicos/as involucrados. 4 amigos deciden seducir a los 12 signos del zodiaco dividiendoselos en 3 por persona según los elementos: Aire, tierra, fuego y agua. A Laura le han toc...