Anti-Balas|BTS

Prólogo

Hace dos años una ley se aprobó por el gobierno, unos políticos sospechosos, nadie les había votado, sin embargo ganaron.
Aquella ley era que una semana al año matar fuera legal, si, todos en el congreso estaban de acuerdo ¿Y los ciudadanos? Su opinión no cuenta aquí. Las joyas que soltó el presidente fueron tales como "Decidimos aprobar esta ley para que os podáis deshacer de los enemigos" y "Si alguien muere en esa semana es porque algo hizo", también dejó claro que no se debía matar por diversión, quería ver esta propuesta como algo para solucionar los problemas ¿Lo hizo? No, solo generó más.

Aquel año todos se escondieron en sus casas, excepto algunas personas que necesitaban solucionar problemas, gente decidida a matar, ya sea por deudas o discusiones que hayan tenido.
Entre toda la sangre y gritos de algunas personas en busca de venganza, se oyeron disparos al aire, simplemente para llamar la atención.
Eran siete chicos, no llevaban máscara ni nada como los demás, no les importaba que supieran quienes son. Estaban montados en una camioneta con los cristales rotos, por donde asomaban las pistolas para disparar.

Aparcaron en medio de la locura y bajaron todos.

El primero que lo hizo fue el líder, K.N. Inteligente, es el cerebro del grupo, piensa todo detenidamente y no se deja llevar por sus impulsos. Sangre fría, ama torturar y no sólo con armas mortales, también lo hace psicológicamente.

Detrás de él fue M.Y. Sin sentimientos, poco hablador, cuando algo le molesta actúa fríamente, sin pensar en la otra persona.

Después J.H. A él no le pareció buena idea desde el primer momento, pero al final cedió. Sonriente, precavido y le da miedo usar los armas aunque el líder ya le haya enseñado a hacerlo.

El siguiente fue P.J Parece un ángel, pero está lleno de maldad. Le gusta armar jaleo y asustar a quien se le cruce.

Detrás de él estaba K.T. Le gusta burlarse de quien le teme y humillarle. Parece inocente pero puede ser el peor.

Le seguía S.J. Se preocupa por los demás miembros y si alguien les hace daño él no dudará en matarlo. Le gusta que le obedezcan o usa la fuerza para que lo hagan.

Y el último era el menor. J.J. Intenta parecer amenazador pero es bastante tímido para ello. Le gusta que le teman ya que le hace sentirse importante. No tiene en mente matar a nadie, solo humillarles.

El líder, al ver que todos se habían callado con sus disparos, mostró una sonrisa malvada de satisfacción. Aclaró su garganta y sin miedo, habló.

—Hola ratitas, mi nombre es K.N, el líder de la banda "Anti-balas". No tengáis miedo, solo vengo a jugar, vosotros os escondéis como pequeñas ratas asustadas y si os encuentro ¡Pum! Disparo ¿Qué os parece?
La presencia de aquel chico era aterradora, un chico vacío por dentro, sin remordimientos, capaz de matar a alguien inocente sin sentir nada.
—¡Que empiece el juego!—exclamó K.T deseando jugar.

Y empezó aquella masacre, murieron decenas de personas, algunas incluso en sus casas, porque ni allí podían estar seguras. Gente que solo se protegía acabó muriendo de un disparo así porque sí.

Planearon todo para pasar de matar de un disparo a torturar, y para ello buscaron una casa abandonada con sótano, quien entraba ahí con los Anti-balas iba a sufrir de la peor forma posible, no podían hacer nada, solo gritar, agonizar, llorar y ver como morían lentamente.

Hace un año, en la segunda semana, una familia que constaba de unos padres y su hija, estaban escondidos en su casa. Alguien llamó a la puerta pidiendo ayuda, el padre de aquella adolescente fue a abrir, a pesar de que ella le decía que no lo hiciese, pero la ignoró completamente. Abrió la puerta y se encontró con un chico desangrándose y detrás la banda, la cual mató al padre de la joven de un disparo.

Aquel día, Jiwoo juró vengarse.