Capítulo I

237 23 2
                                    

Observó atenta cuál será el próximo paso de mi primo Ian para convencerme a cumplir su capricho.

—Ian tienes diecinueve años, por mucho que sea tu pasión debes concentrarte en tus estudios universitarios.

—Vamos no seas así, te he acompañado a todos lados desde que tengo memoria. —Ruedo mis ojos por su comentario tan inmaduro.

—No me acompañabas, me acosabas y acusabas con mis padres cuando hacía algo malo. —Abre sus ojos de manera sobreactuada y se lleva una mano al corazón.

—¡Y yo que pensaba que éramos amigos, así no se puede tratar contigo! —Exclamó mientras salía de mi cuarto.

Cierro mis ojos y me tiro sobre mi cama, ya la extrañaba hacer doble turno me dejo agotada y la pequeña discusión con Ian me colapso.

Siento mi puerta abrirse nuevamente y suspiro por lo bajo, era obvio que él no se daría por vencido tan fácil quizá con que patraña me saldrá ahora.

—¿Qué sucede ahora? —Logre murmurar con cansancio.

—De verdad que ansío mucho participar, es mi sueño, puedo hacer lo que amo y tal vez obtener un premio a cambio. —Ingresa al cuarto con paso lento mientras lo observó con un solo ojo abierto.

—¿Hasta cuándo es la fecha límite? —Su sonrisa comienza a crecer lentamente al saber que cumplió su objetivo.

Salta a mi cama haciéndome a un lado y comienza a girar y gritar por lo bajo.

—Aún no he dicho que si Ian. —Se detiene abruptamente y me observa.

—Eli, tengo solo dos semanas y la toma debe ser perfecta. —Se queja haciendo pucheros.

—Sabes que por ti hago cualquier cosa, eres como mi hermano pequeño renacuajo. —Me rio fuertemente al ver su mirada impactada y luego molesta por su sobrenombre.

—No es gracioso —Se levanta de la cama de un salto y va a observar mi calendario. —El fin de semana lo tienes libre, ¿te parece que vayamos esos días?

—Bien, pero la comida corre por tu cuenta. —Lo veo asentir y le hago señas con la mano para que me deje dormir en paz.

...

Suspiro pesadamente mientras hago las compras, como siempre Ian solo pone el dinero y a mí me toca la parte pesada, lo bueno es que no necesito un límite de compra.

Miro una vez más mi listado con lo necesario y emprendo rumbo entre los pasillos del Minimarcket, tomo dos bolsas de papas fritas que son solo para mí y un par de galletas para él cómodo que me espera en el auto.

Cuando termino de comprar salgo con tres bolsas grandes, una con las papas, otra con mucho líquido para estar hidratarnos y por último con una que tiene de todo un poco. Pongo las bolsas en el asiento trasero y espero a que comience a conducir.

La verdad me dormí todo el viaje que fueron dos horas, estoy agotada con el trabajo y la universidad, pero a Ian no puedo decirle que no.

Cuando llegamos a nuestro destino reparto la comida proporcionalmente además de dejar una reserva en el auto y emprendemos camino a el bosque frente nuestro.

—Este lugar es hermoso, te envidio. —Se adelanta y empieza con su trabajo sacar fotografías, esa es la razón del porque estamos aquí.

—Recuerda sólo debes seguir el sendero y puedes llegar solo hasta la cascada, no más allá ni siquiera un paso.

Lo sigo por detrás asegurándome que no suceda nada extraño, amo con todo mi corazón la naturaleza por eso este es mi trabajo ser guía turística. Para el empleo tuve que hacer muchos cursos como de enfermería, psicología, entrenamiento físico y conocimientos generales, ya que uno nunca sabe que puede pasar.

Lo más extremo que ha sucedido es una emboscada de perros salvajes, la gente suele venir a dejarlos al bosque y como los animales no tienen con que alimentarse suelen seguir el olor, lo único que perdió ese grupo aquel día fueron todas sus mochilas con alimentos.

Veo a Ian detenerse a fotografiar una flor silvestre y no puedo evitar mi asombro, para eso mejor iba a un invernadero con todo tipo de flores.

Esto es lo más aburrido que he hecho, Ian no me habla para estar concentrado y ha pasado un buen rato aproximadamente unas cuatro horas aquí, y muero de hambre. Con cuidado saco un emparedado y comienzo mi trabajo que es comer.

Una vez llegamos a la cascada me siento en la roca más cercana para esperar a que él termine y cuando se gira hacia mí, puedo ver un animal moverse a unos metros de nosotros, le hago señas para que se dé la vuelta y vea al hermoso ciervo, este bosque está protegido y está prohibido matar a un animal, considero mi día afortunado con solo ver a un animal fuera de lo común.

...

Llegó directo a mi pieza luego de un largo día en el bosque donde Ian dijo que ninguna fotografía lo dejó convencido, si solo hubiera captado mi señal habría visto al ciervo, pero el inútil pensó que yo quería seguir comiendo y abrió un snack así que adiós precioso animal.

Cachorro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora