-ONCEAVO-

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Había pasado una semana, Bryan iba cada dos días a comer al local de Freddy, los demás días se encontraban después del trabajo en un parque cerca de casa del rizado.
Jos seguía sin creer que su amigo estuviese saliendo con un "simple taquero" como él lo llamaba y Alonso se la pasaba trabajando como loco en el local, pues Freddy cada vez estaba más distraído cuando Bryan iba a la taquería y cuando no iba se la pasaba enviando mensajes.

-A ver si ya dejas esa madre y me ayudas.

-Sí, sí ya voy.

-Eso dijiste hace media hora y ahí sigues we.

-Hora sí, ya voy.

-No manches Fedo, yo sé que ese vato te tiene bieeen enamorado pero no mames ayúdame.

El rizado metió su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón y fue a ayudar al pequeño rubio. Pero poco le duró el gusto a Alonso, pues más tardó en convencer a su amigo de trabajar que en lo que ya se había vuelto a distraer, esta vez porque Bryan llegó.

-Amorcitooo- gritó en cuanto lo vio llegar.

-¿Cómo está mi taquero favorito?

-Aquí dándole duro a la chamba.

-Ajaaam- se escuchó de voz del rubio.

-Hola Alonso.

-Hola Brayan- saludó seriamente.

-¿Qué le pasa?- le preguntó a su novio.

-Está ardido porque yo tengo novio y él no.

-Ya le llegará el amor. ¿Puedes salir?

-¿Ahora?- El chico asintió- pueees...- miró el interior del local, 5 de 8 mesas estaban ocupadas- seeee ¿a dónde vamos?

-Cerca, no tardas. Lo prometo.

-¡Alrato vuelvo Loncho!- dejó su mandil en el respaldo de la silla más cercana y desapareció de la mano de su novio.

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