-CATORCEAVO-

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El tono de la pregunta que la madre de Bryan había hecho no era el mejor ni el más agradable. Ambos chicos se miraron algo confundidos.

-Bryan, ¿podemos hablar un momento?

-Dime.

-A solas- especificó con el mismo tono que su esposa había utilizado.

-Creo que no fue buena idea venir- Freddy se incómodo con la situación- es obvio que no les caí bien.

-No te conocen aún- le sonrió- vuelvo en un momento- besó su mano.

Caminó detrás de sus padres hasta llegar a la biblioteca, ambos lo miraron seriamente.

-¿Y bien? ¿de qué quieren hablar?

-No puede ser cierto que ese chico es tu novio.

-Se llama Freddy papá y sí, él es mi novio.

-¿Pero qué es lo que pasa en tu cabeza? ¿Acaso no lo ves? Desde lejos se le nota lo corriente.

-¿De qué hablas mamá? Él es un buen chico y si se dieran la oportunidad de conocerlo se darían cuenta del por qué lo amo.

-No puedes estar hablando enserio, él no es como tú, no es como nosotros. No es como Jorge. Nuestras amistades...

-¿Dices que te importa más lo que piensen los demás que la felicidad de tu hijo?

Sus padres se miraron un instante antes de volver su mirada a Bryan.

-Está bien, vamos a salir y conviviremos con él.

-Gracias, enserio es un buen chico y lo amo, mucho.

-Si eres feliz, supongo que nosotros también.

Los tres salieron de la biblioteca, cuando estuvieron de nuevo en la sala Bryan se reunió con Freddy dándole un beso.
Tomaron asiento, la madre de Bryan pidió que les trajeran un poco de té.

-¿Te gusta el té?- le preguntó a su novio al ver la forma en que miraba aquella taza.

-Pueees, nunca he tomado eso.

-¿Prefieres algo más?

-Un refresco estaría bien.

-María, ¿puedes llevarte el té y traerle un vaso de refresco a mi novio?- La muchacha hizo lo que se le pidió.

-Y dinos Freddy ¿a qué te dedicas?

-Tengo mi propio negocio.

-Vaya, eres un joven emprendedor ¿de qué es tu negocio?

-De lo que más me gusta en el mundo, bueno de lo que más me gustaba antes de conocer a su hijo. Vendo tacos.

-¿Tacos?

-Si tengo una taquería en el mercado, vendo tacos de carnitas, de asado, de papa, de todo. Atiendo yo mismo, los clientes son importantes.

-Que... interesante.

-¿Dónde se conocieron?

-En la taquería de Freddy mamá, fui ahí con Jos.

-¿Jos? ¿Nuestro Jos en una taquería de mercado? Sin ofender Freddy.

-No se apure doña.

-Carlota- lo corrigió.

-No se apure doña Carlota- la señora rodó levemente los ojos.

-La mesa está lista- anunció María.

-Justo a tiempo- dijo Carlota al levantarse de su asiento.

Como era de esperar, la comida no fue el momento más agradable. Carlota se dedicó a observar la manera en que Freddy comía y este se ponía cada vez más incómodo y nervioso. Por su parte el padre de Bryan le hacía toda clase de preguntas al chico y con la mirada de Carlota sobre él, contestaba lo primero que se le venía a la mente.

-Fue horrible, tus padres me odian- dijo cuando Bryan estacionó el auto frente al mercado.

-No te odian bebé, te aseguro que les agradaste y mucho.

-Si ajá, como no. Me di cuenta, no les agrado por eso te llevaron con ellos cuando llegamos.

-Claro que no, eso fue por otro tema.

-Pues no te creo.

-Ya mejor no hablemos de eso y dame un beso.

-No.

-Anda amor.

-No.

-Solo uno.

-Que n...- Bryan le robó un pequeño pero tierno beso.

-Ahora entra, que Alonso debe estar hecho una furia.

(...)

-Hola, ¿qué sucede?

-Necesito tu ayuda.

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