CAPÍTULO 3

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Transcurrieron los minutos, él conducía en silencio mientras yo lloraba y rogaba al  cielo que cambiara mi vida. El  auto se estacionó frente a una hermosa casa color nuez, él bajó del auto y abrió la puerta para que yo pudiera salir del auto.

-Esta es mi casa,puedes quedarte el tiempo que quieras, mencionó y me indicó que entrara.

Al abrir la puerta unas amplias paredes blancas entraron en mi campo de visión.

-Siéntate aquí, iré por unas cosas,dijo mientras se alejaba por un amplio pasillo.

Me quedé sentado en una silla de madera,admirando la perfecta limpieza del lugar. En ese momento él entró con una ropa entre sus manos.

-Te traje ropa limpia para que te cambies,dijo mostrando una blanca y perfecta dentadura.

-Muchas gracias por todo,mencioné apenado.

-No me agradezcas nada,dijo mientras depositada la ropa entre mis manos.

-Ven, te mostraré tu habitación.

Sinceramente temí despertar de este sueño, pero si mi vida en realidad estaba cambiando,entonces estaba endeudado de por vida con este amable y bondadoso hombre.
Me llevó a una habitación muy amplia, con una espaciosa cama y una bella decoración. Me indicó el lugar donde estaba la ducha y me dejó sólo en la recámara para que pudiera aciarme.
Tomé la ropa que me dio y me duché, cepillé mis dientes y salí de la habitación.
Un delicioso olor a panecillos llegó a mis fosas nasales, abriendo mi apetito.

-Siéntate a comer,dijo él mientras servía en platos lo que había cocinado.

Comimos en silencio, pero luego vinieron las preguntas.

-¿Por que te corrieron tus padres?,Preguntó tomándome por sorpresa.

-Sienten vergüenza de mí,respondí tímidamente.

-¿Y por que se iban a avergonzar de ti, tu eres muy hermoso de que podrían avergonzarse?,Preguntó tranquilamente mientras tomaba un sorbo de jugo.

Su comentario hizo que mis mejillas empezarán a arder. Sentí que era necesario hablarle con la verdad, para después no tener problemas con él.

-Es que...Yo soy gay,solté de un solo suspiro.

Él me quedo viendo de una forma extraña, de una forma en la que nunca antes me habían mirado.
Tomó mi mano derecha y la acarició suavemente con su pulgar.

-Desde hoy en adelante yo te protegeré y estaré para apoyarte,mencionó firmemente,haciendo que de mis ojos volvieran a brotar las lágrimas, pero este vez eran de alegría.

No llores,susurró mientras limpiaba mis lágrimas con sus dedos.

Esa tarde hablamos de nuestras vidas, yo le conté el calvario que viví en mi casa y él sobre su vida que hasta ese momento la había llevado de una forma rutinaria.

Así pasaron los días y las semanas, y fue creciendo un gran vínculo de amistad entre nosotros.

Encontré el amor en los brazos de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora