Encontré el amor en los brazos de él

CAPÍTULO 5

A la mañana siguiente mi amigo salió a trabajar, dejándome sólo con su ''amiguito''. Al despertarme, el desayuno estaba servido, algo que me pareció muy extraño.

-Buenos días dormilón, pensé que nunca despertarías,dijo enbosando una amplia sonrisa.

-Buenos días,dije tomando aciento en el desayunador.

-Te preparé un delicioso desayuno,mencionó con tono orgulloso.

-¿A mí?,pregunté incrédulo.

-Claro que sí,respondió con neutralidad.

Me sonroje en el asiento, sintiendo su penetrante mirada en mí.
Carraspié para que entendiera que me incomodaba la forma en que posaba sus ojos en mí. Inmediatamente cambió de dirección y comenzó a servir café en una taza, la cual colocó en frente de mí.

-Él tiene muchos motivos para amarte,mencionó tomándome por sorpresa.

-¿Quien..?,pregunté curioso.

Él se río y negó con su cabeza.

-Mi amigo, tu admirador,dijo con tono melancólico.

Me quedé quieto en mi asiento, ya que me costaba asimilar la información que me estaba brindando. Era tan extraño saber que el sentimiento que sentía hacia él,era algo correspondido.
Sentía miles de emociones en mi corazón pero el que más predominaba era la alegría y la ilusión.

-Si yo te hubiera conocido antes que él, te aseguro que no esperaría tanto tiempo para decirte lo que siento por ti, pero lamentablemente él te encontró primero y ahora tengo que guardar mi distancia con tigo,mencionó sacandome de mis pensamientos.

-¿Desde cuando él siente eso por mí?,pregunté ignorando su comentario ya que simplemente quería salir de la casa y correr a los brazos de la persona que amaba.

-Desde que vivías en las calles, él te observaba todos los días, y cuidaba de ti aunque tu no lo supieras,respondió sin emoción alguna.

Su respuesta me impactó, ya que nunca supe la razón de tanta amabilidad o el motivo por el cuál me acogió en su hogar siendo yo un desconocido.
En ese momento la taza que estaba en mis manos calló rompiéndose en pequeños pedazos. Inmediatamente me agaché para recoger los trozos pero me topé con las delgadas manos del amigo de mi amado. Alce mi rostro encontrándome con sus ojos azabache completamente dilatados, sentí su respiración chocar en mi rostro, y de repente su cercanía empezó a invadir mi espacio personal, acercándose a una distancia muy peligrosa de mis labios.
En ese momento la puerta se abrió, y la figura de mi amado entró y su rostro al vernos fue de confusión y enojo.