CAPÍTULO 4

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Habían transcurrido ya tres meces desde la vez que él me recogió de las calles. Sus dulces palabras fueron borrando las humillaciones que aún retumbaban en mi cabeza.
Mi corazón había comenzado a sentir cosas hermosas hacía él, pero sabía que lo nuestro era imposible.
Recuerdo un día que el había llegado de trabajar, venía acompañado con un amigo. Sentí celos, pero no éramos nada,así que no tenía derecho a reclamar.
El amigo de este era de una estatura aproximada a la mía, su piel era pálida y sus ojos y cabello eran negros azabache.
En cambio mi hermoso compañero de casa,era alto, de cuerpo bien ejercitado, su ojos grises contrastaban perfectamente con su piel morena, y sus rasgos masculinos hacían que mi corazón tuviera pequeños paros cardíacos. Realmente era el hombre que un día añoré en mis más hermosos sueños.

-Hola,¿como a estado tu día pequeño?,Preguntó mi amigo a como todos los días solía saludar.

-Algo aburrido,¿Y a ti como te fue?,respondí volteando a ver al intruso.

-Cansado,dijo sin prestar atención a la presencia del intruso.

¡Coch,coch! Fingió una tos el amigo de mi compañero.

-Ahh, mira pequeño, el es un viejo amigo de mi infancia,a venido de visita,así que se quedara unos días y luego se marchará,mencionó remarcando la palabra marchará.

Reí un poco en mi interior, no sabía el por que había hecho eso pero me agradó la idea que está persona no estaría permanentemente con nosotros.

-Tranquilo, ya hemos hablado sobre esto, tengo las cosas bien claras,dijo este rodando los ojos ante la manera en que nos presentó mi amigo.

-Esta bien, ahora ven, te mostraré el lugar donde te quedarás,dijo mi amigo dirigiéndose al intruso y empujándolo por el pasillo ya que este no dejaba de observarme detenidamente.

Mientras ellos caminaban por el pasillo  podía escuchar los murmullos pero no podía descifrar lo que decían, ya que hablaban casi en susurros.

Encontré el amor en los brazos de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora