2 - Steve Rogers /CAPITÁN AMERICA-MARVEL/(+18)

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*ADVERTENCIA CLASIFICACIÓN +18

Título: Castigo

Steve Rogers x Reader

Estaba hecho, no había vuelta atrás, la broma además de pésima era malísima, nada bueno salía de juntarte con Tony o Clint, juntos podrían destruir el mundo, no hacía falta invasiones, esta ocasión, como muchas otras, la víctima era Steve Rogers, quien desde hacía bastante tiempo no los toleraba, incluso llego a dejar de hablarles, claro a ti te levantaba el castigo casi inmediatamente cuando te acercabas arrepentida y le hablabas dulcemente.

Pero esta vez, no creías que te pudiera perdonar, ya que la broma había sido tu idea, corrías escaleras arriba, mientras Steve era retenido por Clint.

Corre (T/N) – gritaba Tony entre risas.

Llegaste a la puerta de tu habitación y buscabas las llaves en tu bolsillo, advertiste a Steve que venía a toda prisa hacia ti, desesperada tratabas de introducir la llave - ¿a quién carajo se le ocurre echar cerrojo en una casa tan segura? – te preguntabas. Por fin pudiste abrir la puerta, pero era tarde, un muy enojado Steve te tomada del antebrazo con fuerza, lograste zafarte y entrar a la habitación, empujaste la puerta hacia Steve que intentaba entrar.

Lucharon unos segundos mientras te ponías de espalda a la puerta para ejercer más fuerza y cerrar, Steve logro escabullirse y entrar, la puerta se cerró con tu empuje. Ambos se miraron, reíste nerviosa y corriste hacia la cama. Steve te siguió y se paró frente a ti, te miro furioso.

No lo puedo creer (T/N) de ti, quizás Tony, pero ¿tú? – movió la cabeza negativamente.

Tu comenzaste a reírte – Lo siento Steve, pero eres tan inocente... que no pude resistirme – te sentaste en el borde de la cama y le dedicaste una sonrisa invitándolo a sentarse.

Steve frunció el ceño y suspiro resignado, le era difícil mantener una actitud severa contigo, todos sabían que le gustabas, incluso tú, que te hacías la desentendida y fingías no corresponderle. Steve por fin accedió y se sentó junto a ti.

Ambos se quedaron en silencio, mirando hacia la nada. Tu celular sonó, volteaste hacia el buró que estaba junto a Steve, que también miro hacia el celular, estuvo a punto de tomarlo, pero te adelantaste y sin pararte cruzaste tu cuerpo por enfrente de Steve, apoyaste una mano en su pierna y tomaste el celular.

Leíste el mensaje sin moverte, Steve comenzaba a ponerse nervioso de tenerte tan cerca, cuando por fin dejaste el celular y te disponías a volver a tu posición, Steve te empujo un poco y perdiste en equilibro cayendo sobre sus piernas. Confundida trataste de levantarte pero las manos de Steve te lo impidieron.

Bien, ya que tuviste una actitud infantil, tendrás un castigo igual – dicho esto, Steve levanto tu falda y te dio una pequeña palmada en el trasero.

¡Pero que! – te sorprendió la repentina actitud del rubio.

Steve te dio otra palmada, esta vez más fuerte que la anterior.

Oye ¿qué te pasa? – te retorciste, pero Steve te mantuvo en la misma posición.

Serán 15, esta vez... - sonrió divertido.

¿15? ¡Estás loco! Déjame – trataste de levantarte, pero nuevamente Steve le nalgueo.

Si te mueves, volverá a comenzar la cuenta – te nalgueo esta vez más fuerte, el dolor subió por tu estomago en forma de hormigueo, acaso... ¿Te estaba excitando?

Otra palmada más, igual de fuerte, de nuevo el hormigueo, esta vez lo sentiste en tu zona íntima, si, te estaba excitando las palmadas.

Por favor Steve – suplicabas, más que por el dolor, por el temor a excitarte de más.

Siete... - otra palmada – Ocho – hiciste un sonido extraño, Steve se detuvo – se supone que no debes disfrutarlo... - te nalgueo de nuevo y volviste a emitir ese sonido, más fuerte.

Estabas completamente roja, Steve titubeo si continuar, pero firme en su castigo prosiguió, tu solo tapabas tu boca tratando de ocultar el sonido.

Quince – concluyó.

Te incorporaste roja de la vergüenza, mientras Steve desviaba la mirada a otro lado. Tu sabiendo que te había pasado, no te atrevías a mirarlo, estabas casi segura que te había sucedido, fijaste tu atención al pantalón de Steve que parecía un poco húmedo, rápidamente adivinaste a que se debía eso, entraste en pánico el hecho de pensar que Steve pudiera notarlo, pero era tarde, había fijado su vista a lo que te mantenía entretenida.

Steve miro la mancha en su pantalón y después te miro, ambos se sonrojaron por completo. Pero Steve estaba dispuesta a más.

Así que... ¿ese castigo te gusto? – sonrió seductoramente, mientras se acercaba a ti.

Yo – caíste a la cama mientras él se ponía sobre ti, buscando tus labios.

Te beso lentamente, aumentando la intensidad del beso, siempre pensaste en el cómo un hombre inocente, que apenas sabia besar, pero en ese momento te demostró que sabía más. Metió su lengua en tu boca y comenzó a explorar, tu aun retraída apenas lograbas responderle, hasta que por fin te adaptaste y seguiste. Cuando parecían llevarse el ritmo Steve, se apartó de ti.

Quítate la ropa – ordeno casi sin aliento.

Inmediatamente obedeciste y te despojaste de la ropa. Steve hizo lo mismo, cuando terminaron, te recostó suavemente sobre la cama y te beso, esta vez sus mano recorrían las curvas de tu cuerpo, tu decidiste tocar su bien formado pecho, bajaste lentamente hacia su miembro que estaba más que listo.

Steve gruño cuando comenzaste a acariciarlo, te miro con una sonrisa y volvió a besarte. Ambos seguían en su asunto.

Espera - Steve retiro tus manos de su miembro.

Se puso de pie y busco a tientas su pantalón, lo observaste sacar un condón.

Reíste a lo bajo – así que... no venias precisamente a regañarme.

Steve te miro y sonrió – la verdad es que no...

Ambos rieron, Steve se puso el condón, se acercó a ti y te beso dulcemente los labios.

Se gentil – susurraste en su oído.

Steve llevo su miembro a tu entrada, lentamente trato de introducirlo, era enorme, tu solo cerrabas los ojos tratando de aguantar un poco el dolor. Por fin pudo introducirlo un poco, lentamente lo movió, tu solo hacías gestos, cuando estuvo completamente dentro, Steve se detuvo para que te acostumbraras, ambos se miraron y sonrieron, lo tomaste del cuello y lo acercaste para depositar un beso en sus labios, cuando sintieron estar listos, Steve tomo tus piernas y comenzó a moverse, tus gemidos comenzaron a aumentar conforme él se movía más rápido.

Repetías su nombre entre cortado, apenas podías respirar, Steve solo gruñía de placer, fuiste la primera en llegar al éxtasis, Steve estuvo un par de minutos hasta terminar, junto con él, nuevamente gritaste de placer, esta vez fue más fuerte, te cubriste la boca. Steve rio mientras salía de ti.

Cariño creo que esta vez sí nos escucharon – sonrió mientras se deshacía del condón.

Lo siento – tratabas de recuperar el aliento.

Steve se acercó a ti y beso tu frente, se recostó junto a ti y te abrazo. Ambos cayeron rendidos.

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