Estaba llorando. Desde que tenía memoria no lloraba, siempre creí que era patético, pero esto podía más que yo. Escuchaba mis propios pasos al caminar, por el momento nos habíamos parado en una calle no muy transitada, lo que me preocupa y tranquilizaba a la vez. Primero que nada y antes de todo, a ver al chamaco. No había más luz que un poste que parpadeaba, lo que extrañamente me hizo sonreír. Faltaba que un asesino apareciese o que el espíritu de ese pobre infeliz me persiguiera por el resto de mi vida. ¿Por qué todo lo asocio con películas malas?.
Me giré y vi a César con sus manos en la cara, esperaba que no estuviera llorando, cuando vi que sí lo estaba haciendo sonreí, ¡joder! que niña era. Tomé aire y miré hacia el suelo.
Ahí estaba, un chico rizado, tirado en el suelo, boca abajo, lo que me impedía ver su rostro. Juro que me dolió el pecho, había parado de llorar unos momentos antes, pero ahora las lágrimas habían vuelto. Tenía un costado de la cabeza chorreando sangre, lo cual me encendió los nervios. Por primera vez en mucho tiempo estaba asustada, ¡por dios!, había matado a alguien, me sentía sucia, ¿por qué?. Llevé mi mano mi cabeza...¡AUCH!, me percaté de que me había golpeado cuando frenamos, eso explica mi tristeza, yo jamás estaría así por cualquier cosa. Esto no me podía estar pasando a mí, me iba a matar, ¡No! mejor le iba a matar a él, esperen...eso ya lo había hecho.
Me sentí mareada, débil, me iba a desmayar; en eso estaba, hasta que me percaté que el chico se movía, y peor aún, con su mano sujetaba mi tobillo, haciendo un sonido parecido a un gruñido, algo así como un zombie. ¡The Walking Dead!
Agité mi pierna desesperada hasta el semi-zombie la soltó y como pude corría de regreso al auto.
-¡Liberato!- esperen...¿Liberato?, ajá era el apellido de César, ¿pero por qué le había llamado así?...no importaba ahora. Agité mi cabeza alejando esos pensamientos de mi cabeza y volviendo a lo que estaba, correr por mi vida. Entré al auto agitada.
-¡ESTÁ VIVO!- recordé Frankenstein- ¡vámonos, está bien!
-¿p-pero y-y si nos ha vi-vi-visto?- dijo entre lágrimas.
-¡Deja. De. Balbucear. Y. Arranca. Coño!- grité desesperada, Liberato obedeció y arrancó rodeando el cuerpo del tipo.
El resto de camino fue silencioso.
Y no estaba llorando, al parecer logré tranquilizarme un poco.
***
Habrían pasado unos veinte minutos, comenzaba a preguntarme en que momento llegaríamos.
De pronto Liberato frenó ante una luz roja, lo cual me asustó y lancé un grito que parecía más bien un...¿gemido?
Liberato volteó a mirarme extrañando, yo baje mi mirada a su pantalón y...
Ya sabrán lo que vi.
Su mano derecha soltó el volante y se posó sobre mi pierna.
Mierda.
Comenzó a acariciar mi muslo, lo cual me hizo soltar un placentero suspiro por lo bajo, lo suficiente fuerte para que mi acompañante lo escuchara. Esto era extraño. Pellizcó mi pierna de una manera deliciosa, continuó con lo que hacia por dos minutos quizá, cuando subió un poco más y tocó mi vagina sobre el pantalón de mezclilla, sólo daba un pequeño recorrido con sus dedos, suave y delicado, pero eso me sabía gloria. Me tensé cuando de un momento a otro se detuvo. Tenía los ojos cerrados, por lo que los abrí y me percaté de que había estacionado el auto. Quizá habíamos llegado, quizá no, me importaba un comino. Desabrochó su cinturón de seguridad y se movió como pudo hasta donde yo estaba, se sentó encima de mí sin recargar todo su peso, comenzó a repartir besos por todo mi cuello.
-Ah.
Solté el primer gemido, comenzó a chupar y morder, pero no dejaría moratones, era seguro.
Con mis manos comencé a acariciar su espalda, arriba y abajo, lento. Joder, hacía calor.
Sentía su erección crecer dentro de su pantalón. En un rápido movimiento nos movió e hizo que yo quedase sobre de él. Sin darme cuenta mis caderas y las de él se acercaron, haciendo que nuestras intimidades se juntaran provocándome un placentero escalofrío. Sus manos se posaron a en mis caderas, pegándonos aún más. Instintivamente comencé a mover mi pelvis, frotándonos, se sentía tan bien.
-¿____?
-¿S...sí?- dije entre cortado debido a la agitación.
-Yo...-tomó aire- yo...
Lo hice callar bajando mi mano hasta su entre pierna, le apreté con lujuria.
-¡Ah!- gimió por lo alto, sonreí porque sabía como les ponía que hicieras eso.
Pero de pronto me separó con sus manos.
-_____, perdón, perdón, perdón, juro que...-le empuje hacia adelante con todas mis fuerzas interrumpiéndole, estaba más que molesta- es que...sólo...-tomó aire, estaba agitado al igual que yo-...simplemente no puedo.- le miré a los ojos y sonreí.
Este hijo de perra Me. Las. Iba. A. Pagar. Caro.
Bajamos del auto, comenzamos a caminar hacia una casa. Que desgraciado, casi me folla en frente de la casa de sus padres y aún peor ¡En un taxi!
Me detuve justo antes de entrar a aquel patiecito.
-Escucha Liberato -le miré a los ojos y sonreí- mira...
-¡SHHH!, promete verme a los ojos cada vez que me hables, eres tan putamente hermosa.-me interrumpió. Lo extraño era que no me hacía sentir nada, ni un cosquilleo, bueno sí...sentía lástima, lo que le haría a continuación sería muy divertido.
-Escucha...-tomé delicadamente sus brazos con mis manos, me acerqué a sus labios, a unos centímetros de rozarlos con los míos, suspiré, César tenía cerrados los ojos, el pobre esperaba un beso. Metí mi mano al bolsillo de su pantalón y saqué su bonita cartera. Él ni lo había notado.-¡Esto me lo debes!-le dije y sonreí.
Corría, corría, corría, como una loca.
Una calle, dos, tres, siete, doce...había perdido la cuenta. Traté de maniobrar entre las calles, perderlo; yo era bastante rápida, pero él estaba tan enojado que me seguía persiguiendo. Llegue a una avenida, o eso creía, no tenía ni idea de donde estaba, y me tropecé con...
¡El semi-zombie!
Jodida, estaba jodida.
-¡Fíjate por dónde vas, idiota!- le dije rápidamente, lo único que logre ver eran sus rizos y parecía una niña, alguien debería decírselo, pobrecillo.
Se había quedado tirado, era la segunda vez que le hacía daño, pero esta vez no sentí nada, la pequeña pizca de decencia que llegue a tener se había esfumado hace ya rato, estúpido golpe en la cabeza.
Me percaté de que Liberato no me seguía más y sonreí victoriosa, hasta que recordé algo.
Sabía donde vivo. Coño.
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¿Coincidencia? no lo creo. (Pausa temporal de tiempo)
FanficSinopsis: _______ es una chica de clase baja que por obvias razones, se ve en la necesidad de acceder a un jugoso contrato ofrecido por los productores de una importante televisora, aunque se vea obligada a perder lo más valioso que ella posee: su o...