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Los suegros, cuñados y novio de Magnus, ya iban en el coche de camino a Nueva Jersey, haciendo el camino muy entretenido y sin tantas preguntas abrumadoras.

La verdad era que la familia Lightwood era muy amable, sociable y educada. Eran de mente abierta, demostraban que amaban a sus hijos y que tenían una relación de mucha confianza con ellos.

A Magnus le hubiera encantado tener una familia así.

¿Entonces tu eres el novio de Alec? – Preguntó Maryse con una sonrisa.

Era obvio que ya sabía quién era; desde hacía un mes que Alec le platicaba de él. Fue testigo de cómo el comportamiento de su hijo fue cambiando cada vez que hablaba de su compañero de cuarto.

Era evidente el amor-odio que había.

– S-si señora, Magnus Bane. – Ya se había presentado formalmente, pero sentía la necesidad de hacerlo cada vez que preguntaran.

– ¿Y cómo te va en las clases Magnus? – Preguntó ahora Robert.

Era por eso que el moreno quería matar a su novio, no debió haber hablado con su familia de su comportamiento; no quería mentirles pero desviar la verdad hubiera sido diferente.

Pero ahora ya no podía, sabía que le estaban evaluando y debía ser sincero.

– Este semestre me propuse a esforzarme, los primeros exámenes ya casi se acercan, así que estudiaré mucho.

Ya era un juramento.

– Me parece muy bien, es mejor cambiar los malos hábitos de joven para que en el futuro uno no se arrepienta. – Comentó cálidamente la mamá de Alec. – Y por cierto, gracias por estar con mi hijo.

– Oh no señora, soy yo quien debería agradecerle a Alexander, ha sido muy paciente conmigo.

El mencionado le tomó la mano con un apretón, y aunque el asiático quería soltarla porque le daba miedo ser aventado por unos suegros enojados por ser indecente, aun así la sostuvo como apoyo.

– ¿Y es cierto que son tan diferentes? – Cuestionó ahora una muy emocionada Izzy.

– Bastante. – Afirmó Alec con una sonrisa.

– Oh pero eso es bueno, ser diferentes complementa a ambos en la relación y hacen una pareja única... Es mucho mejor. – Suspiró con anhelo la menor.

La pareja se extrañó por el lindo comentario que hizo, pero Alec frunció el ceño y achicó lo ojos como si fuera a atacar.

– Tienes novio. – No preguntó, lo aseguró con veneno en su voz.

– ¡No es cierto! – Exclamó la chica.

– Mamá, ¿tiene novio? - Preguntó aun serio, queriendo encerrar a su hermanita en una caja para que nunca saliera.

Magnus se dio cuenta del modo protector de su novio, se veía realmente tierno y aunque en sí no parecía molesto, no sentía la necesidad de hablar.

– Oh, sí, es un chico altamente lindo de lentes y es como ustedes, totalmente diferentes. – Contestó emocionada Maryse, recibiendo una mirada asesina de parte de su esposo.

– ¡Mama! ¿Cómo supiste? Nadie debía saber hasta que fuera el momento correcto.

– No puedes tener novio. – Habló fuerte pero suave Robert. También queriendo encerrar a su pequeña.

– Concuerdo. – Coincidió Alec.

– Amor... – El moreno trató de defender a su querida cuñada.

POLOS OPUESTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora