~G e t O u t O f M e~ Byler [Cancelada]

32-Castigo💞

Mike había ganado el juego que tanto le costó llegar, merecía un premio, y tenía unas posibles opciones ya en mente.

-Mira Will, gané el juego, merezco un..- hablaba mientras se volteaba a la cama donde se encontraba dibujando pero no estaba -..premio-

Miró por todas partes de la habitación de Will pero no lo encontró. Se preocupó bastante, ¿en qué momento se había ido?.

Salió corriendo de la habitación hasta la cocina, y se sorprendió encontrar en la alacena un pequeño biberón de color azul recién usado. Aún se podía ver el resto de leche; imaginarse a su chico haber tomado un poco de leche de un biberón le daba cierta ternura y a la vez, excitación.

Decidió ir a la sala donde encontró a Will en una posición un tanto rara; su mano derecha salía del sofá mientras la otra era usada como almohada en el porta brazos, sus piernas se mantenían quietas y distantes una de la otra, y estaba boca abajo ocultando la mitad de su rostro en su brazo apoyado en el borde.

Mike sonrió con ternura, tomó el cuerpo de Will en sus brazos como la princesa que era y lo acercó a su pecho mirándolo penetrante. Definitivamente, Byers era el ser más hermoso, indefenso y tierno que podría caminar por toda la tierra.

Y Mike, definitivamente, era el ser más orgulloso, agradecido y afortunado ante la relación que tenia y pretendía mantener con su antiguo amigo, pero ahora novio. Besó su frente, luego su nariz, y por último en los delgados y dulces labios.

Si bien sus labios eran delgados y rosados pronto se volvieron hinchados y sumamente rojos por los cortos besos que recibía de su chico. Al ojos de color miel casi le da un preinfarto al sentir leves movimientos de los labios; abrió los ojos y vio que el castaño estaba correspondiendo los besos.

Las manos del chico pasaron por el cuello, así profundizó aún más ese glorioso beso. Al separarse posó sus manos en las pecosas mejillas de Wheeler mirando con amor esos hermosos ojos, mientras Mike se limitó a acercar más al chico de él si eso fuera posible y sonrió al notar la intensa mirada del chico.

-Por qué no me avisas?, me preocupé en serio al no verte dormir en la cama- dijo un tanto alterado -deja de asustarme así, vas a darme un infarto definitivo- bromeó exagerando, provocando risas salir del castaño

-Lo siento, pero tenía hambre y sé lo que cuesta llegar al final de ese juego- pronunció cabizbajo -ni yo llegué a derrotar al Mrs. Electric- alagó de cierta manera, pero él lo reconoció rápidamente

-Gracias, pero ya que gané merezco un premio- sonrió pervertido -y tú por asustarme de esa manera, mereces un castigo- lo miró a los ojos de forma profunda

-C-Cas-Castigo?- repitió con cierto miedo, nunca había recibido un castigo por sus padres, aunque su padre recurría siempre a los golpes

Wheeler asintió. Se sentó en el sofá con su pareja en su regazo; posó sus manos en las cinturas comenzando hacerle cosquillas.

-Jajajja, ah Mike yahh ajajaja- reía tratando de defenderse de su "monstruo" con sus cosquillas -Mike!!~ yahh ajajajja- cayó de espaldas al sillón

-No te me escapas, cariño- se colocó encima y no paró con sus cosquillas -amo tu risa Willy- besó, mejor dicho, rosó su nariz

Will reía y con dificultad lo tomó del cuello de la camiseta, acercándolo a él y con venganza, repartió varios besos en su cuello. Mike ante ese tacto más lindo dejó de hacerle cosquillas y jadeaba constantemente.

-Ahgg- soltó y tiró del cabello al castaño

-Mike!!- se quejó cerrando sus ojos

-Lo siento..- se disculpó, para luego besarlo en el cuello y detrás de la oreja

Will jadeaba más que Mike y tomaba de los cabellos acercándolo más. Se sentía totalmente completo con ese chico guapo y de cabello negro y todas sus mejillas llenas de pecas a su lado.

Mike se separó lentamente y apoyó su frente con la de Will, sus miradas se cruzaron profundamente y sonrieron al respeto. Se abrazaron mostrando todo su amor que tenían entre ellos.

-Mike, tengo..- soltó un bostezo -sueño- intentó bajarse de los brazos de Mike

Mike impidió su intención, lo sostuvo con más fuerza y firmeza. El castaño lo miró extrañado aunque aún adormilado.

-Deja, te llevaré mi princesa!-