Gravity Falls. One-shots.

🎶🍋Dance

Era temprano cuando un auto se aproximo al pueblo de Gravity Falls, dos castaños dentro de él intentaban entablar una conversación, aunque no les era del todo posible ya que uno estaba de mal humor y jamás habían sido realmente cercanos, considerarse amigos ya era demasiado para ellos. Fiddelford solo quería llegar rápido a la cabaña para tener algo de libertad y deshacerse de la tensión entre ambos.

-vamos Stan, seguro nos divertimos con Ford, te hará bien un poco de aire fresco...

-no me interesa tomar "aire fresco", y seguro él estará ocupado con sus investigaciones o contigo, yo estoy de mas, no entiendo para que me invitaron...mas aún porque me obliga a venir...-protestaba el mayor, de brazos cruzados en el asiento del copiloto, solo viendo el paisaje del bosque en la ventana.

-n-no seas tan negativo...-intento convencerlo y desvanecer el sonrojo que le causó aquel comentario.-...bueno, si no quieres estar con nosotros, hay algunos lugares en el pueblo que podrían entretenerte...una sala de arcade, una pizzería y un club nocturno...son solo sugerencias, no quiero que estés incomodo cuando Ford y yo estemos...juntos..-volvió a aparecer ese sonrojo en sus mejillas.

-bien, lo intentare, pero es solo porque no tengo opción, ya atravesamos todo el país...-suspiro con resignación y se quedaron en silencio el resto del camino hasta llegar a la cabaña de su gemelo.

Ford los recibió con gran entusiasmo, tanto que a Stan se le olvidó la molestia que sentía al haber sido arrastrado ahí, o al menos se le olvidó por un tiempo...y pensar que tendría que pasar ahí su verano. Porque su hermano no podía hacer sus investigaciones en una playa privada?...

Tres días... No soporto mas de tres días antes de querer escapar de esa cabaña, que si bien era grande no impedía escuchar las melosas palabras de amor que dedicaban su gemelo Ford y su novio. No tenia problema con que su hermano fuera gay, él era bisexual, tampoco le molestaba mucho las noches de pasión en que llegó a escucharlos; para que negarlo, una vez se masturbó solo escuchandolos desde la habitación contigua, pero la miel..eso era lo que le molestaba, lo empalagosos que podían llegar a ser. Le podría dar diabetes solo escuchando sus momentos románticos.

Justo esa mañana, habían iniciado otro de sus cariños cuando Stan decidió escapar de la casa, ni siquiera pudo desayunar. Se dirigió a una cafetería del pueblo cuando su estomago comenzó a exigir comida a base de gruñidos, y fue mientras se quejaba internamente sentado en una mesa apartada que lo vio.

Mientras esperaba a que tomaran su orden le observo a lo lejos, un joven rubio, alto, de piel clara y tersa, con un aire encantador aunque se veía a kilómetros lo aburrido que estaba. Terminó de limpiar una mesa y bajó sus mangas, dejando a Stan apreciar un curioso brazalete en su muñeca derecha, tan solo momentos antes de que se acercara con libreta y pluma en la mano.

-buenos días, que le traigo?...-habló indiferente sin siquiera verlo, anotando algo de antemano en la libreta.

-quiero un desayuno especial, con tocino extra...también tu nombre y tu numero si no es molestia...-sonrió coqueto viendo al chico, quien solo le vio de reojo con algo de molestia.

Sin responder nada mas, solo se retiró. Quizá no había sido la jugada correcta, puede que incluso le hubiera ofendido, al menos así se vio al irse, pero como no intentarlo al ver aquel brazalete arcoíris que llevaba?... Después de unos minutos el rubio se acerco de nuevo, dejó el plato pedido, una taza de café y un plato de fruta que venia incluido en el horario, y sin mas se retiró. Desde aquel día Stan desayunaba cada día ahí, aunque no volvió a ser atendido por él.

Viernes por la noche. Un ambiente casi fiestero se respiraba en todo el pueblo, todos sabían que al fin era tiempo de relajarse, el fin de semana en vacaciones siempre había sido momento de fiestas por todos lados. Fue en ese ajetreo que los 3 castaños fueron a parar al club nocturno del pueblo, especialmente porque Stan quería ir pero Ford no confiaba en dejarlo solo, no por como se portara, sino porque ese lugar se hubicaba en una parte de la ciudad un tanto peligrosa y ademas apartada.