La idea de volverse humano D:BH (Finalizado)

2 - Improvisando un equipo (Parte 1)

A pesar de que tu primer día en el Departamento no fue perfecto, por la mañana te levantaste con todos los ánimos, te arreglaste y desayunaste.

Saliste temprano de casa, ya que debías recorrer más de 2 horas cruzando la ciudad.

Aun no comenzabas a cobrar tu sueldo, así que tenías que ahorrar lo más posible, tomaste el primer camión desde tu casa al centro de la ciudad, de allí debías caminar una hora más.

Bajaste del camión inundando tus pulmones del fresco de la mañana, los escaparates de las tiendas aún permanecían en penumbras, había uno que otro transeúnte en la calle.

Al dar vuelta en la esquina, un auto parecía intentar emparejarte, tu cuerpo se tensó y te preparaste para cualquier cosa, metiste tu mano al bolsillo de tu chaqueta y deslizaste tus dedos al gas pimienta.

¡T/N! – reconociste casi de inmediato la voz de Connor.

Tu cuerpo se relajó y sacaste la mano de tu bolsillo, te detuviste y viste hacia el auto.

¡Sube! – grito Hank desde el volante.

Sonreíste y sin protestar subiste a la parte trasera del auto, lo primero que te recibio fue el olor a moho y alcohol del auto, había pelos de perro en el asiento y en un volumen muy bajo había música tipo dark heavy metal.

¡Muy buen día T/N! – se giró Connor hacia ti.

B-buenos días... - respondiste algo tímida.

¿Vives por aquí? – indago Hank.

No... yo vivo al sur... - entrelazaste tus dedos, desviando la mirada a la ventana, Connor aún seguía observándote.

¿Al sur? – Se sorprendió Hank – Será difícil para Gavin llegar por ti cuando haya casos nocturnos importantes... ¡Connor! ya basta... es de mala educación ver a la gente así, la estas poniendo nerviosa – lo reprendió.

Lo siento T/N, según mis investigaciones y lecturas cuando se mantiene una conversación con una persona debes prestar atención viéndola directamente  – respondió Connor volviéndose a su asiento.

¡Dios Connor! esto es dif... como sea... - Hank se dio cuenta la aburrida explicación que tendría que hacer.

Me hubiese encantado trabajar con usted teniente Anderson... digo, Hank – soltaste sin más.

¿A si? – sonrió Hank.

¡Por supuesto! En la academia es usted una leyenda... Un modelo a seguir – confesaste con emoción.

Hank río un poco y te vio a través del retrovisor.

El teniente sería un excelente modelo, si no fuera ebrio y gruñón – añadió Connor.

Hank le lanzo una mirada de disgusto, tu solo atinaste a cubrir tu boca, escondiendo la inminente risa.

A que también tienes en tu colección ese jodido libro de chistes ¿o me equivoco? – suspiro Hank resignado.

Connor lo miro con desconcierto.

Te parecía agradable la liviana tranquilidad en el auto, a pesar del olor que ya comenzaba a embriagarte, tratabas de no pensar que el encanto se acabaría en cuanto bajaras.

El resto del camino se dedicaron a escuchar a un volumen bastante alto la música de Hank que aunque no era tu estilo, te gusto, por momentos Connor hacia comentarios curiosos que aparentemente fastidiaban a Hank y te hacían reír.

Viste a lo lejos la entrada de la estación y tu estomago te aviso el malestar.

Bajaste del auto y te topaste con Gavin que también bajaba de su auto.