15- Casual

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Conservabas arriba los parpados el mayor tiempo que te era posible, un intento casi exitoso por mantenerte despierta. El castigo por el desvelo de anoche llegaba a ti a punta de codazos de August, que sin piedad atacaba cuando tu pestañeo duraba demasiado en subir.

Podías haberte reportado como enferma y evitar todo esto pero no podías faltar, de ninguna manera mancharías tu record perfecto, mucho menos es tu situación actual.

En el aula principal se desarrollaba una charla a cargo del mismísimo Elijah Kamski, hablando de las nuevas funciones de los agentes autómatas. Su voz era serena y arrulladora, un obstáculo más por tu intento de defender tu lucidez.

El interlocutor se movía con gracia, junto a él, estaba Joan, el modelo perfecto y andante de la obediencia. El maestro en turno parado junto a su escritorio miraba con admiración a Elijah. El resto se mantenía en silencio y atento, aunque de esto último no estabas tan segura cuantos realmente si lo hacían.

El eco de los aplausos te despertó con un pequeño salto, comenzaste a chocar tus palmas uniéndote al coro de halagos, incluso algunos se pusieron de pie, en su mayoría eran chicas, seguramente prendadas de la divinidad supuestamente emanada de aquel hombre. Para tu gusto era más bien tétrico con esos ojos tan claros, peor cuando su sonrisa se dibujaba, era más espeluznante que los primeros intentos de Henry.

Te entretuviste observando sus facciones, había un ligero aire de similitudes entre él y Gavin, pero a la vez era tan opuesto. Elijah era pulcro y ordenado, bien rasurado, su cabello perfectamente ordenado en una coleta. El contraste de su palidez con el color extravagante de su traje.

Llamando a tierra T/N ¿Volverás pronto? - August te saco de tus pensamientos sacudiéndote ligeramente del hombro.

¿Qué? Si... Yo... – agitaste tu cabeza y lo miraste.

Otra que cae ante los encantos de Elijah Kamski... Si te apresuras alcanzas a pedirle un autógrafo y un beso quizás – sonrió burlonamente.

¡Ay! por favor si no le pedí un autógrafo a la leyenda, el teniente Anderson ¿Qué te hace pensar que quiero uno de este? – cruzaste los brazos.

¿Por qué es encantador, guapo, rico y joven? – comenzó a reírse.

¿Y yo soy la enamorada? Ve tú a pedírselo si tanto lo quieres... No trates de usarme – arqueaste la ceja.

Si a esas vamos, entonces yo prefiero eso del Capitán Allen – se mordió el labio inferior.

Vaya August, esa confesión fue algo intensa – le diste un pequeño golpe en el hombro.

Que me ha abierto el apetito compañera, vayamos a la cafetería antes de que llegue tu adro-padre Joan – observo como el androide trataba de controlar a la multitud que deseaba acercase a Elijah, que tenía un rostro de pavor por la contingencia que se amotinaba frente a él.

Durante el almuerzo recibiste varios mensajes, pensabas no mirarlos hasta terminar tu comida y la charla pero incluso August detuvo la conversación y parecía más interesado en aquella lluvia de pitidos que hacia tu celular.

¿Te molesta? – tomaste el celular.

Me molestaría más sino me dices quien es y que dicen... - sonrió pícaro.

Abriste el menú y en la sección de mensajes se desplegaban 11, frunciste el ceño algo preocupada, para empezar el número era desconocido. Abriste el primer mensaje tenía "0" y "1" repetidamente sin espacios.

¿Qué dice? – se asomó August. Le extendiste el celular a August – Eso es código binario...

Abriste el siguiente mensaje, inmediatamente reconociste el autor. "pensaste que era tu pedazo de chatarra asdgrfg". ¿Y este hombre vive 20 años en el pasado o solo se robó el chiste? – rodaste los ojos.

La idea de volverse humano D:BH (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora