Niñeros

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Adrien, Nino y Nathaniel se abrazaban asustados mientras sus hijos se escondían debajo de unas almohadas.

-T-tengo miedo, tengo mucho miedo.

Nino oculto su rostro en los hombros de sus amigos.

-Deberían tener miedo ¡Quemaron mi casa en menos de un día, dense por muertos!

Adrien se acercó a su mujer con sus piernas temblorosas.

-¡Yo soy el hombre de la casa así que a mí no me gritas mujer, adiós!

Cortó la vídeo llamada y cayó de rodillas al suelo.

-Estoy frito, Marinette me matara, me revivira como zombie y me matara otra vez por contestarle.

Louis se acercó a su lloroso padre y lo abrazó.

-Es la primera vez que alguien desafía a mamá y me enorgullece ser tu hijo.

Padre e hijo se abrazaron como nunca antes en una conmovedora escena.

-Yo opinó que por lo que dijo papá ahora estamos en muchos más problemas.

Habló Hugo y Louis empujó a su padre.

-¡No me atraparan con vida, me voy a México!

Se fue corriendo pero llegó Emma y lo detuvo.

-Es hora de hacer la tarea de la escuela.

El rostro de Louis palidecio.

-¡Quiero ver a mi abogado! ¡Exijo saber mis derechos!

Kevin y Hugo lo llevaron a rastras mientras Emma miraba como su padre parecía escribir un testamento, Nino intentaba que Martín no destruya las cosas de la mansión y Nathaniel parecía dormirse en su lugar.

-La tarea que tenemos es para que nuestros padres nos ayuden.

Nino y Adrien se fueron algo enojados con sus hijos.

-Tio Nathaniel ¿me ayudaría con mi tarea? Debo escribir sobre la persona que admiro y es usted.

Los ojos del pelirrojo se iluminaron pero tragó duró al ver a Adrien y Gabriel asomarse por la puerta con enojó.

-P...¿por qué me admiras a mi y no a tú padre o abuelo?

La niña le tomó de la mano con una sonrisa.

-Cualquiera que viva con la tia Chloe tiene mi admiración.

Y se fueron con los demás a hacer la tarea aunque Nathaniel sentía como si hubiese perdido.
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Adrien miraba a sus tres hijos con depresión.

-Déjenme ver si entendí ¿Hugo admira a su madre, Louis admira a Plagg y Emma a Nathaniel pero ninguno a su padre?

Todos asintieron y el chico se fue a un rincón dolido.

-Ya van a querer que...

Quedó en silencio y bajo su mirada triste.

-No se que van a querer pero de que me van a necesitar es seguro.

Hugo se acercó a su padre y éste sonrió como un niño pequeño al recibir su primer mascota.

-Yo te necesitó.

Adrien se paró alegre y miró a su hijo.

-Ya que mamá no esta necesitó que me cuentes sobre ella.

Y nuevamente se deprimio.

Nino miró la escena con una sonrisa de superioridad.

-¡Ja! Admirame viejo, mi hijo si quiere hacer la tarea sobre mi.