Capítulo 5

779 96 15
                                    

La mañana se hace tarde, la tarde noche y la noche se hace eternamente preciosa.  

A menos que seas yo y te la pases preocupado por un idiota. Yeih, odio estar tan esperanzado en que hablaremos como antes, las evaluaciones de Bill son más frecuentes, incluyendo ayer que al salir de clases unos tipos con batas —cosa que ésta vez no es común— se lo llevaron y él no puso resistencia, sólo fue con ellos con una mirada de querer estar tres metros bajo tierra.

Ignorando ese ligero tema, trate durante la semana hablarle, y preguntarle que estaba sucediendo, pero se hacia más obvia su manera de ignorame, incluso Zed, se me acercó de la nada a preguntarme si Bill estaba bien, no le iba a mentir, le dije que no sé nada. Ese fue el encuentro con Zed y su amigo Tyrone.

La noche eternamente bella, produce miedo, miedo de quedar a oscuras  y en soledad. Pero la noche termina cuando abres los ojos y ves ese pequeño rayo de luz atravesar las cortinas de la habitación. Tan horrible despertar de tu utopía.

Acomodándome como pude caminé al baño, una ducha es lo mejor que mi cuerpo necesita, no es que no me bañé, pero hey, en la mayoría de libros que eh leído, los personajes parecen no bañarse y estar eternamente limpios después de una caída terrible, pero soy humano, me ensucio, me golpeo, sangro, me baño. Cosas de humanos... Encendí la llave dejando que el agua tibia llene la tina en la que casi me ahogo muchas veces por quedarme dormido.

No me permití relajarme o nunca saldría del agua, sólo me quedé allí, pensando en que hice mal para que Bill actúe más arrogante de lo normal. Pero nada, no hice nada, o al menos eso creo. Odio estas situaciones, en las que tal vez hiciste algo normal para ti, y que para alguien más es malo, pero aún así lo consideras haber hecho algo mal. Espero que no sea eso.

Suspiré sumergiendo mi cabeza, el reloj apenas y marca las seis con treinta y siete con veintitrés segundos. Pero, no alisté nada para hoy, ni dejé ropa, y el proyecto que tengo adelantado por tres semanas, necesita otro adelanto.

De alguna manera ya estaba vistiéndome, no llevo el orden de las cosas en mente, sólo las hago, aún mis pensamientos rondan con respecto a lo que tal vez haya enojado a Bill, pero en lo absoluto no viene nada más que... Pues nada.

(...)

— Y bien alumnos, como iba diciendo....

No escucho nada, son esos sonidos ahogados que no te permiten escuchar más que un mínimo eco, y la vocecilla de tu cabeza. Ya lo mencioné, pero Bill ya no está en mi clase, va a otro salón, si no me equivoco al 57-B, dos clases después a la mía, horarios diferentes, por eso es cada vez más difícil verlo.

— Pines, ¿Estás en la clase?— me preguntó entre intrigada y enfadada la maestra de historia, pinche vieja uno ya ni puede pensar porque lo interrumpen.

— Si, totalmente. Ghandi y su lucha con NO violencia, y por cierto profesora se equivocó de fecha falleció el 30 de enero, no el 27.— corregí haciendo que la maestra sonría.

— El único que sí lee, notó la equivocación. Más un punto Pines.

(...)

La tarde se hace noche... Pero la tarde es bella, con ese sol que quiere descansar, y alejarse, lo hace con elegancia, dando una vista memorable y hermosa, no Iguala a la noche pero la saluda todos los días al irse.

Por lo menos, hoy no eh visto a Bill, ni a Zed y Tyrone. Sólo rostros vacíos que no me conocen y maestros que ponen las manos al fuego por mí. Nada más que eso.

Colgué la mochila en uno de mis hombros caminando aburrido, sin buscar una dirección fija, un viernes por la tarde. Los adolescentes de mi edad estarían preparándose para una fiesta, yo por mi parte me preparo para los exámenes de el próximo mes, llámenme chancón* o lo que sea, ese soy yo.

Yo Fui El Culpable  [𝑩𝒊𝒍𝒍𝒅𝒊𝒑] 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐄𝐓𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora