El sol aún no ha salido y el pequeño despertador color blanco de Guanlin ha comenzado a sonar. Le cuesta abrir los ojos y sacar su mano para apagarlo, es aún muy temprano y él quiere dormir todas sus horas. Se queja por el ruido ensordecedor que emite el pequeño reloj y en cuanto se estira para apagarlo, recuerda algo; se le ha olvidado preparar el desayuno para Jihoon.
Ha repetido la misma rutina desde que conoció a Jihoon cuando el cursaba aún la secundaria y el chico de cabello castaño ya estaba en la preparatoria. Guanlin siempre fue un niño muy tímido, y aunque era notablemente más alto que la mayoría de sus compañeros de clase, en la secundaria no había precisamente gente muy amable. Por lo que Guanlin tenía que soportar que bromearan sobre su coreano o sobre su pasión por dibujar, siendo el lindo chico varios cursos superior a él quien asustaba a todos los chicos que según decía él "querían pasarse de listos."
De todas maneras, Jihoon siempre había sido alguien muy reservado y serio, tenía unas calificaciones muy sobresalientes y un gran talento para cocinar, a Guanlin siempre se le había hecho alguien muy extraño, hasta que después de algún tiempo, se dio cuenta que gustaba de él.
No fue del todo fácil para él admitirlo, Jihoon era muy popular y recibía cartas de amor de chicas y chicos de todo su Instituto, incluso del de Guanlin. Al principio le parecía raro, pues algunas veces llegó a pensar que era muy egocéntrico y gruñón.
Las madres de ambos eran amigas muy cercanas desde que la familia Lai se había mudado a Corea, por lo que en un intento de que sus hijos hicieran lo mismo, la madre de Jihoon le encargó a su hijo la tarea de cuidar de el hijo de su amiga para que no pasara un mal rato en la secundaria.
"Vamos, Jihoonie, Lin necesita un amigo que le ayude a adaptarse a su nueva vida ¿podrías ayudarle?"
Y así fue. No tenía idea de por qué pero estaba seguro de que no era del agrado del hijo de la señora Park, lo regañaba cada que se le daba la oportunidad y se mostraba serio y sin emoción la mayoría del tiempo, pero sólo con él. Era muy amable con las demás personas, y aunque no era muy fan de las conversaciones largas y animadas, no se mostraba tan incómodo y frío como lo hacía con Guanlin.
Pero, al ser un hijo ejemplar y obediente, acató las órdenes de su madre al pie de la letra, no dejaba sólo a Guanlin en un lugar que el chico no conociera, se encargaba todas las tardes de explicarle sus deberes y de estudiar el idioma para adaptarse más fácil a la ciudad. Era una situación incómoda para ambos, pero Guanlin no quería arriesgarse a que lo dejarán sólo en el campo de batalla llamado secundaria y Jihoon tampoco quería arriesgarse a desobedecer a su madre.
Se estaba acostumbrando poco a poco a lo que conllevaba que Park Jihoon no se le despegara nunca, era como si fuera una celebridad. Todos los días veía como el más bajito recibía detalles muy lindos por parte de personas que gustaban de él, cosa que hasta cierto punto él no comprendía, y podía disfrutar de las ricas cosas que el chico preparaba para su familia, de las cuales, él también terminaba por llevarse una buena porción. Además de que lo ayudaba con sus tareas, seguramente no era tan malo después de todo.
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Puede que el capítulo en sí no tenga mucho sentido puesto que al principio mezclé la situación actual de Guanlin y luego el como se conocieron y empezaron a interactuar;-; esto sólo es para aclarar que los primeros capítulos serán como un salto al pasado, onda que todavía no son taaaaan grandes los bubus. Es mi primera vez escribiendo sobre el Panwink así que espero hacer un buen trabajo. ¡Gracias por leer!🌸
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Sweet as you; Panwink
FanfictionDonde Jihoon es un estudiante amante de la cocina muy serio y Guanlin intenta conquistarlo con comida. O donde Jihoon comienza a comparar todas las cosas bellas de la vida con aquel chico de pelo azabache y bonito nombre. "Esto es tan dulce como tú...