Aroma a Sangre

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ESTA HISTORIA LA ESCRIBÍ EN 2018, POR LO QUE PRESENTA GRAN CANTIDAD DE FALTAS ORTOGRÁFICAS, ME DISCULPO

《Sólo pretendo rellenar los agujeros en mi corazón, pero no importa cuanta sangre derrame, cuantas vidas arrebate o cuantas cosas destroce... me siento insatisfecha...》

--- ¡Piedad!. ---Una caída violenta contra el suelo jamás habría dolido de ese modo si no estuviera tan herido como para ser incapaz de luchar. Debido a eso, un pobre diablo rogaba por su vida a despiadados ojos carmesí que veía resaltar en la oscuridad. Eran horripilantes y brillaban como si de una luz en medio del cielo oscuro se tratase, los podía comparar con una luna de sangre.

Ese ruego repleto de temor, hizo sentir júbilo en el corazón de la rubia, que, permitió a sus labios formar una curva espantosa, mientras sus ojos comenzaban a brillar psicóticamente.

--- ¿Piedad?. ---Interrogó con voz aterradora, ahogandola en una risa irritante---. No recuerdo la última vez que un soldado a punto de ser asesinado suplicara por piedad.

--- ¡Te lo ruego!. ---Insistió el contrario.

Las carcajadas provenientes de la rubia llenaron de horror y espanto al pobre desgraciado cuya vida no duraría mucho más. La descarada, alzó su arma, relamiendose los labios.

--- ¡Eres un completo cobarde!.
---Dijo

Un dolor punzante, el estruendoso sonido de un disparo, y el muchacho antes suplicando por su vida desplomado en el suelo desangrandose. Había sido asesinado.

La sonrisa en el rostro de Rin fue menguando hasta convertirse en una mueca vacía e inexpresiva. Se inclinó a ver mejor su obra, y ensució sus dedos con la sangre del hombre. Insípida y aburrida, ¡Qué rival más indigno!.
Se colocó de pie, y, descaradamente, pisoteo al muerto.

--- Ese hombre tenía familia.

Una voz grave retumbó en los oídos de la muchacha que, dejó que esa sonrisa más risueña que la del gato risón volviese a adornar su herido y desgastado rostro de muñeca asesina.
Volteó, encontrando un par de metros atrás a un chico muy parecido a ella, rubio y con una cicatriz en el rostro, vestido con uniforme de soldado, una gorra, y el cabello cubriéndole un ojo.

--- Comenzaba a extrañarte en esta noche tan aburrida. Solo he asesinado a un millón de inútiles cobardes. ---Habló apuntando al contrario con su arma---. ¿Es ya la novena vez que nos encontramos?.

Las carcajadas de la rubia que, temblaba de la pura emoción de finalmente tener frente a sí, alguien que pudiese satisfacer su sed de sangre. Hicieron al muchacho asquearse de la existencia ajena.

--- Me encargaré de vengar al hombre que has asesinado descaradamente, incluso cuando suplicó piedad. ---Con voz soberbia, el hombre desenvaino lentamente su espada---. Tendrás el honor de ser asesinada por mí, basura inhumana.

--- ¡Jajaja! ---Burlonamente, la rubia se preparó para luchar---. ¡No has cambiado nada!. ¡Cuidado!, ¡Esa soberbia tuya... me dan ganas de verte retorciendote!.

--- Basura inhumana... ---Escupió con repulsión, lanzándose primero al ataque, y siendo esquivado con abrumadora fácilidad.

--- ¡Qué lento, qué lento!. ---Canturreó Rin---. ¡Es mi turno!.

Tal y como dijo, la rubia se abalanzó contra el contrario buscando despedazarlo, no obstante, el rubio le bloqueó con su afilada espada.

--- ¡Tu espada es muy filosa!.
---Exclamó---. ¡Los niños ingenuos no deben llevar cosas tan peligrosas!.

De todos los rivales, ella era la más irritante. Su piel dañada, suave al tacto, sus ojos carmesí brillantes y la molesta sonrisa que no desaparecía de su rostro. Odiarla, era lo único que Len podía hacer desde que la conoció.

--- ¡Argh!. ---Expresó la fémina dando dos pasos atrás para alejarse del rubio---. Vaya inconveniente... ---Escupió bajando su arma.

Dos segundos. Estaba seguro de que sólo se distrajo dos segundos en ver atentamente como los pétalos rojos decaían desde la flor que Rin llevaba en el cabello. Antes de notarlo, la contraria había escapado lejos de él, y ya era tarde para perseguirla.

--- Mierda...

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--- ¡Len! ---La rubia se acercó corriendo torpemente hasta el aludido, quien, con el ceño fruncido, comenzó a acercarse también---. ¡Len, mira lo que tengo!.

--- ¿Anillos?.

--- ¡Los encontré en una tienda!. Son de simple plástico, por lo que eran muy baratos y pude comprarlos con mi mesada.

--- ¿Para qué quieres anillos?.

--- ¿No es obvio?. ---La más pequeña sostuvo la mano izquierda del contrario, y le colocó el anillo en el dedo índice, acto seguido, hizo lo mismo en su mano derecha---. ¡Es el símbolo de nuestra amistad!. ¡Jamás debes quitártelo!.

Un sonrojo se expandió por todo el rastro del muchacho, que, inexpresivo, volteó su cabeza para ocultarse.

--- Está bien... ---Respondió.

[....]

--- ¡Len!, ¡Len, ayúdame! ---Suplicó la menor entre fuertes llantos. Su mano se extendía instintivamente hacia el aludido que tampoco podía alcanzarla. El rostro de quien le impedía hacer otra cosa además de gritar socorro, estaba borroso. Alguien estaba llevándose a Rin, y Len no podía hacer nada al respecto.

--- ¡¡Rin!!

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--- ¡No!

Con la respiración agitada y el pulso acelerado, Len apretó los dientes y dejó su peso caer sobre la cama nuevamente. Ese sueño lo seguía persiguiendo desde hace ya unos días.
Jamás pudo olvidar ese día. Pensar en Rin lo carcomía al saber que no pudo hacer nada jamás para salvarla...
Sabía que esa Karakuri enemiga, tenía que ver con la muerte de su amiga de la infancia.

[...]

--- Es tu culpa por ser descuidada. ---Habló Miku, pisoteando crudamente la cabeza de la rubia---. Debes cuidar no recibir tantos ataques, y proteger la flor en tu cabello. Ya lo sabes. Está reparado, así que la próxima vez encárgate de acabar con ese molesto soldado enemigo.

---Sí. ---Respondió.


Karakuri Burst || Rin x LenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora