Patético ser

178 22 16
                                    

Los dos estuvieron esperando ese encuentro, los dos sabían que era el último... Su historia ya no contaría con más escapatorias.

¿Para qué vino al mundo?, ¿por qué seguía vivo luego de haber dejado ir todo aquello que amaba?, finalmente lo descubrió.

Para enfrentarse a ella, y asesinarla sólo a ella... si era por eso que seguía vivo, entonces las manos suaves que sostuvo en momentos de temor, y el hermoso canto que escuchó en tiempos de pesar... no quedaba más remedio que arrojarlos al fuego y cubrirlos de ceniza.

El olor a quemado y el humo le nublaba la visión, le hacía sentir el cuerpo pesado. Se preguntaba si ella, que estaba solo a unos metros frente a él, estaba un poco mejor, o quizás peor.

Uno.

Se inclinó, apretó la espada y se preparó para dar un salto y lanzarse a atacarla.

Dos

Ella hizo exactamente lo mismo,
quedo de pie sobre su sandalia de madera que parecía pegada al suelo, y en cualquier momento la haría tropezar. El arma que Miku le había entregado le daba una seguridad de victoria que, debería causar algún tipo de regocijo en su interior, del que carecía. Algo estaba ahogando su irritante risa y no le permitía burlarse de lo que ocurría a su al rededor. Rin detestaba eso.

Tres

Sintió que las cosas ocurrían en cámara lenta. Sus pasos de pronto se sintieron tan pesados que pensó que no lograría llegar hasta su contrincante para atacarlo. Corrieron en círculos, rodeando al contrario y paseándose a su alrededor como dos leones a punto de atacarse.

Rin lo sintió así, en cámara lenta. En cámara lenta corrió hacia Len, y él hacia ella. En cámara lenta cayó de rodillas y arrojó su espada a las llamas de destrucción que se hallaban a su alrededor. En cámara lenta comenzó a llorar justo en frente de Len.

--- En el momento en que dudes serás tú quien muera.

No podía, simplemente no podía matarlo si llevaba puesto ese anillo entre sus dedos. Por más que lo negara, se aferraba al sentimiento de nostalgia que portaban los ojos de Len. Le hacían sentir algo que estaba segura de que sintió hace tiempo, le garantizaban que alguna vez fue feliz, que tuvo un motivo para estar en el mundo que no era ser una máquina de matar.
No podía deshacerse de esa convicción. 

Len alzó su espada, y comenzó a tomar impulso para atravesar a la contraria con la misma, no obstante, sus manos temblaban, su corazón latía muy rápido y el arma se agitaba incapaz de moverse a donde requería.

No podía matarla.

《Al estar junto a ti, con sólo tenerte aquí, la corriente en mi alma pierde su control

¡Ella era Rin!. No importaban los pecados que hubiese cometido, o el ser despreciable en el cual se hubiera convertido, pues era su amada Rin, y aún no era capaz de olvidarla. 

Arrojó la espada, y se inclinó frente a ella.
Ella seguía llorando y clamando dolor, aunque sus ojos no podían apartarse de la espada que se hacía pedazos en el fuego.

Entrelazaron sus dedos nuevamente, y notaron que el contrato seguía ahí. Pese a las decisiones que tomaron, pese a que estaban en dos bandos distintos... pese a que Rin no podía recordarlo, ambos traían puestos aquellos anillos de plástico, que inevitablemente ya no eran lo mismo.
Ambos objetos estaban desgastados y rotos, sucios y mugrosos, sin embargo, seguían adornando los dedos de ambos.

¿Asesinar a Rin, o rescatarla?. ¿Cuáles eran sus sentimientos?, que dudara era imperdonable, pero era una constante lucha entre el amor y el odio.
Pensó en elegir la segunda opción, hasta que, su mirada se nubló por los ojos rojos que siempre le pertenecieron a esa despreciable 002. Aquella que había matado a la impostora.

Separaron el contacto, y Len se puso de pie mientras la chica, lo miraba inquieta.

--- ¡Espera! ---exclamó la rubia cuando el muchacho le dio la espalda y comenzó a caminar---. ¡No te vayas!.

Él frenó en seco.

--- En este momento no soy capaz de hacerlo.

--- Tú...

volteó a verla.

--- La próxima vez que te vea, te mataré.

Karakuri Burst || Rin x LenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora