ODIOS Y ENVIDIAS

936 67 6
                                    

Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores. Mundo alterno. Contenido adulto. Queda advertido.



Había amanecido, Candy a pesar de todo descansó muy bien.  Se levantó dispuso el baño y se sumergió en su magnífico jacuzzi,  tendría un día pesado e iría al hogar de Pony, a pesar de su trabajo seguía ayudando en el hogar hablaría con Tony y después con Albert, no le gustaba estar mal con él, lo amaba demasiado pero últimamente no se ponían de acuerdo; el quería tomar el mando de la relación ya no le parecía que se desempeñara profesionalmente la quería en casa, atendiendo las funciones de Elroy pero, Candy estaba tan acostumbrada a su libertad que diferían.


Flash back


Tenían dos meses de casados.


- Candy mi amor, te entregó estas tarjetas de crédito ilimitado,  puedes disponer y gastar en lo que quieras, lo más factible es que renuncies a tu trabajo,  no necesitas trabajar más.   Albert dando a entender que no aceptaba un no por  respuesta.  Candy hizo un esfuerzo por controlarse y darse una oportunidad de hablarlo civilizadamente.

- Albert… ¿¡tienes ya todo resuelto!? ¡Wooop! ¿Y yo no opino en esto!? Dijo Candy ya molesta pero sin gritar.  Albert se dio cuenta que estaba yendo muy lejos pero no quería que su mujer trabajara.  No quería que sufriera más carencias; la quería cuidar.

- Candy  amor,   sólo quiero que estés bien,  puedo darles todo a manos llenas.

- Albert, interrumpió.  - soy una mujer autosuficiente y te amo, pero no quiero dejar de desarrollarme profesionalmente e trabajado duró, tengo un lugar en el ámbito laboral en el que me desarrollo,  me gusta ser productiva y ganar mi propio dinero, tengo mis ahorros y son significativos, antes de que aparecieras pensaba comprar una casa,  quizás no como está mansión pero, con mi ascenso ya no viviría tan privada de cosas,  se que quieres y tienes obligaciones para con nosotros,  no pienso discutir eso pero, desde ya te digo que no voy a dejar de trabajar y sólo necesito una sola tarjeta, no más.

Candy dijo sin opción a cambiar de opinión.  Albert frunció el seño,  sabía que por el momento esa batalla la tenía perdida pero no quitaría el dedo del renglón.



- Ok, cariño tú ganas por el momento pero, llegado el momento tendrás que considerarlo, se acercó y sin darle tiempo a replicar la beso.


Final Flash back


Candy seguía en su baño,  tocaron la puerta de su habitación,  era Doroty su asistente personal en ma mansión y amiga.


- Adelante,  dio el pase Candy.


- Candy,  muy buenos días, que bueno que ya estas despierta, ten te habla tu esposo.  Dijo Doroty extendiéndole el teléfono inalámbrico y salió inmediatamente dejando a solas a Candy para que atendiera a su esposo.

Doroty tuvo que arrebatarle el teléfono a Luisa ya que la muy ladina parece que adivina cuando su jefe marca, gozó de la cara de entripado que hizo.

Doroty ya se había dado cuenta de las intenciones de ese par de arpías,  todavía se preguntaba por qué no las echaban de ahí, eran un par de parásitos holgazanes, pero ya le diría a Candy que anoche vio como la arpía mayor salía de su habitación sigilosamente con un sobre amarillo, ahora la dejaría hablar con su marido.


- ¡Albert! Mi amor,  ¿Cómo te fue de viaje? No sabes lo que te extraño. dijo Candy contenta.

Albert al escucharla se le esfumó cualquier duda y malestar, simplemente la adoraba,  no tenía caso reclamarle su ausencia  él confiaba en ella,  él era el del problema,  con ella no podía evitar sentir celos,  celos de cualquiera que respirara su propio aire, no dudaba de ella pero, de cualquier tipejo si.

MATRIMONIO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora