CORAZÓN ROTO

747 57 8
                                    

Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores. Mundo alterno época actual. Contenido Adulto sexo explícito. Queda advertido.

Corazón roto.

Candy estaba en reposo total, tenía permitido sólo levantarse a asearse y hacer sus necesidades. Albert estaba como poseído, en cuanto a sus cuidados. Candy apreciaba y valoraba su dedicación pero, se sentía asfixiada y sometida, no quería renegar, por que adoraba a su esposo y no quería arriesgar nuevamente a su bebé, pero dado a su carácter independiente e hiperactividad, sus emociones se veían afectadas.

Ya había pasado un mes después del accidente, el doctor ya la había dado de alta, gracias a Dios el peligro había pasado, Candy moría por integrarse a su vida cotidiana y su rutina, ya había pensado sólo dedicarse a lo del hogar de pony, manejaria sólo la Fundación y renunciaría a su cargo regional en los supermercados ya que eso le absorbia todo su tiempo, hablaría con Albert pero, todo salió mal dado que su esposo, le prohibió regresar a sus actividades exigiéndole que debía quedarse en casa como cualquier mujer de hogar. Por lo que discutieron aunque de forma civilizada, sin agresiones a Candy se le subió lo White y pues no dio su brazo a torcer.

Candy contenta por que el peligro de perder a su peque había pasado, además que el doctor le había dado de alta, podría llevar una vida normal claro está sin presiones y con los cuidados indicados. Pero Albert estaba halandose de los pelos por que la conocía y sabía que ella quería regresar a sus actividades, pero no la dejaría.

- Doctor, consideró que necesita más tiempo de reposo, un mes en mi opinión no es suficiente, quizás deba cuidarse hasta que concluya en embarazo. Dijo Albert estresado. El doctor se contuvo para no soltar tremenda carcajada, sólo se sonrió y Candy estaba con la boca abierta, no podía creer que estuviera contradiciendo al doctor. - Pero ya la escucharía. Pensó Candy.

- Señor Andrew, ya pasó el peligro y no le hará daño un poco de ejercicio y pues puede hacer sus actividades normales, claro que sin excederse, comer es sus tiempos y dormir bien, no hacer esfuerzo pesados, pero como me dice su esposa su trabajo es más administrativo así que no le veo el problema. Albert moría por sapear al doctor por no apoyarlo.

- Gracias doctor. Dijo Candy mirando a Albert regañandolo. Despidieron al doctor ya que había sido consulta en la mansión. Candy le comentaria su decisión de renunciar a su trabajo y cargo importante que con tanto esfuerzo se había ganado, pero era más importante su salud la del pequeño y la paz emocional y mental de su esposo, así que pondría de su parte para que este tranquilo. Apenas iba a tomar la palabra.

- Albert...

- Candy, te exijo que renuncies a todas tus actividades, no necesitas trabajar, de eso me encargo yo, eres tan necia y lo que me molesta es que apesar del peligro al que estuviste expuesta, aún así, tengas en mente regresar a tu "trabajo" dijo Albert enfatizando la palabra entre comillas como si no fuera importante.

Candy no podía creer lo que le estaba diciendo, estaba contando hasta mil, por que no quería mandarlo al diablo.

- Así que, te quedarás en casa, demostrandome que te interesa nuestro pequeño. Dijo Albert tajante. Candy quería decir tantas cosas pero fue prudente no quería enojarse no le hacia bien así que se levantó, tomo su bata de baño, se arreglaría para ir al hogar de pony y después a renunciar a su trabajo. Estaba por llegar a la ducha volteó a verlo.

- Sabes, eres mi esposo solamente, ya dejaste en claro tus deseos, pero para mi, no son órdenes, ¿estamos claros? Dicho esto se metió al baño dejando a Albert sin palabras.

Candy dejo caer algunas lágrimas, le dolía demasiado que Albert pensara que era una irresponsable, ¿a caso no la conocía? ¡La creía capaz de poner en riesgo a su bebito! También le molestó el hecho de menospreciar su trabajo, eso si que fue un golpe bajo, pero ya le haría pagar su machismo misógino. Pensó.

MATRIMONIO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora