SER OBJETIVA

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Los personajes no me pertenecen, exclusivamente a sus creadores. Historia alterna, época actual. Contenido adulto, sólo mayores de edad. Queda advertido.

Ser objetiva

Amaneció Albert y Candy yacían desnudos, faltaba poco por amanecer. Candy despertó antes, vio a su hombre tranquilo y relajado por la intensa noche de pasión, aún no olvidaba el incidente con Marjorie, Albert le había demostrado su amor por ella, no dudaba y le creía, pero aún así Candy se sentía mal e insegura, pero también demasiado enojada, no habían hablado nada al respecto, se la pasaron amando de una y mil formas sin tocar el tema. Candy se levantó quería ducharse. Lo hizo y pensaba. - ¿Por qué me siento así? Me siento tan molesta, me duele mi corazón y me siento insignificante. ¿por qué me siento tan mal? Creo firmemente en Albert y su amor por mi pero, creo que la diferencia de edad al final del día nos pasará factura, me siento vieja, fea y... ¿celosa? Pero como tengo que ser "madura" debo fingir, que no siento que muero cada que alguna ofrecida más joven que yo se le insinúa. Aunque me digan que no se nota esa diferencia, sólo se que existe, él sólo tiene 26 años y yo tengo 32, no se por que me siento así, mi autoestima baja, siempre está alta, pero estos días me siento exhausta y no es físicamente, me siento exhausta emocionalmente. -Quizás sean mis hormonas, este bebé para el tiempo que tengo es enorme, he subido de peso. No me quiero imaginar cuando tenga ¡cinco meses! O mas. Decía Candy frotándose su abdomen y derramando lágrimas, se sentía siempre con ganas de llorar, lo hacía siempre cuando se bañaba en ese momento dejaba brotar sus lágrimas, en esta ocasión sus lágrimas no se podían detener.

Albert despertó, se sobresalto no verla a su lado, pero escuchó el agua correr, se levantó le haría compañía, no se sasciaba de ella queria amarla de nuevo, pero cuando la vio llorar y tocar su vientre, se dio cuenta que su ninfa sufría, fue cuando la escuchó decir en susurros lo de la diferencia de edad y de como quería morir de dolor cada que se le insinuaban, Albert nunca imagino que Candy tuviera estas inseguridades mismas que tenía él cuando la veía hablar con cual quier tipo, moría de celos que otro viniera y se la llevará de su lado. - Mi amor, si sólo supieras el miedo que tengo a perderte, que llegue alguien y tu decidas dejarme por que soy un chiquillo e inmaduro... por que se lo grandiosa que eres, debo agradecer a la vida por tenerte, por que eres mía, sólo mia y no hay manera que puedas dejarme. Pensaba Albert y sin pensarlo más entró a la ducha, debía reconfortar a su mujer, darle seguridad. - Candy, mi vida... te amo, eres lo mejor de mi vida, moriré si te pierdo, no me dejes nunca por que tu eres el aire que me hace respirar y vivir... debes estar segura que sólo eres tú siempre tú, no me importa otra mujer, solo tú me llenas solo contigo me siento pleno, satisfecho e inmensamente feliz. Decía Albert cerca de ella, el agua caía entre ellos, Candy escuchaba con los ojos cerrados, su corazón latía de felicidad. - Se que no soy perfecto y te mereces a alguien mejor que yo, pero te puedo asegurar que nadie te amara como yo lo hago, nadie te va a desear como yo lo hago, quiero que me perdones por hacerte llorar, sangro de dolor por verte así, por que yo sólo quiero verte sonreír, por que tu hermosa sonrisa ilumina mis días, si tu ríes yo soy feliz, si sufres yo muero lento por que no logro que tu seas feliz, quizás no soy suficiente para ti. Dijo Albert triste. Candy abrió sus ojos y lo vio cabizbajo eso le dolió demasiado, no le gusta verlo así.

- Albert, mi amor yo... te amo y de verdad me puso muy mal verte con Marjorie... no pude evitar sentirme mal muy mal. Soltó Candy no quería ya ocultar sus emociones. - Aunque se que ella fue la que inició todo, me molesta el hecho que tu no lo evitaras. Albert se quedó sopesando la situación. - Candy mi amor salgamos del agua, debemos hablar. Salieron sacaron sus cuerpos, solo se pusieron una bata, se sentaron en una pequeña sala de estar. Mirándose fijamente como se amaban.

- Candy, lo que viste fueron apariencias, de hecho no tenía mucho tiempo que está mujer entró a mi despacho todo pasó tan rápido y llegaste tú. Pero jamás haría algo que te hiciera sufrir eso debes saberlo, jamás pondría en riesgo lo nuestro. Te amo, los amo demasiado. Candy ya no insistirá más al respecto Albert es demasiado honesto puede verlo en sus ojos. - Ok, el tema queda zanjado, no se por que dé un tiempo a la fecha me siento emocionalmente estable, quizás sea por el embarazo, pero me siento demasiado sensible. Dijo Candy con una linda sonrisa dando fin al drama. Albert la abrazo y no pudo resistir más la beso, como adoraba a su mujer. Pero Albert no dejaría en el olvido este incidente, Marjorie merece un escarmiento, no le perdonará haber puesto en peligro la estabilidad de su matrimonio y mucho menos le perdonará haber hecho llorar a su hermosa ninfa. - Ya sabrás de mi pensó Albert entrando en Candy. Perdiéndose en el placer.

MATRIMONIO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora