TRAGO AMARGO

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Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores. Mundo alterno época actual. Contenido adulto. Sexo explícito. Queda advertido.

Trago amargo

- ¡ALBERT! ¡POR DIOS! pensó Candy. Sintió que su corazón se rompía. Pero no le daría el gusto a esa golfa barata. La puerta estaba entreabierta, cuando llegó y ver a su esposo en esa situación, la ponía pésimo, más por que debía reconocer que era más joven que ella y ni que decir hermosa, la tal Marjorie. Pero verla en la gala como se le lanzaba a Albert la muy coqueta insinuandosele a su esposo delante de ella, que podía esperar estando los dos a solas. Pero ya le enseñaria a respetar.

- Buenas noches, ¿interrumpo? Preguntó Candy tratando de sonar serena. Marjorie se separó de Albert sin dejar su pose sexy y sin ningún atisbo de arrepentimiento, por el contrario mostró una sonrisa de satisfacción y triunfo.

Albert estaba que se moría de preocupación, no quería tener problema alguno con Candy, la amaba demasiado, no quería perderla, menos por un mal entendido y falsas apariencias. Pero al ver a Candy aquí con esa mirada de querer hacer un gran revuelo, la conocía perfecto estaba demasiado molesta aún que sonara tranquila, no era así.

- Candy amor, claro que no interrumpes, pasa cariño. Dijo Albert rápido. Marjorie le molesto ese tono meloso que empleo Albert y eso la puso furiosa, ya que jamas había conocido a un hombre que le fuera fiel a su esposa.

- Jajajajajaj se carcajeo Marjorie. - nunca tocas antes de entrar. Expresó burlona.

Candy quería irsele a los golpes, quería borrar de un puñetazo esa sonrisa de estúpida, pero dado a su embarazo no lo haría, no expondrá a su bebito y menos por esta zorra barata no valía la pena. Albert se encendió y estaba dispuesto sacarla de los pelos, Candy lo vio y negó con la cabeza deteniendolo.

- Mira, Margo o como te llames, no tengo por que tocar en el despacho de mi marido, te lo recuerdo por si lo habías olvidado, pero... creo que lo has hecho, puesto que te le estas ofreciendo, tal cual ramera en celo y no alcanzas a percibir lo estúpida y ridícula que te ves, acosando a hombres casados.

¡Eres tan patética! ¡Que lástima me das! Dijo Candy impasible e impersonal sin gritos y con una sonrisa en los labios humillando a Marjorie. Está se prendió al instante, le dolió lo dicho por Candy.

- ¡MIRA ESTÚPIDA! Quiso gritar Marjorie.

- ¡TE CALLAS! Que no he terminado, la paró en seco. Marjorie vio en Candy carácter y se calló inmediato. - Tan desesperada estas por tener a un hombre, ¿sabes? Te hacia mas inteligente. ¡Lástima! De porte de "gran señora" con esto me demuestras lo corriente y barata que te cotizas, una mujer que se conforma con ser la "amante" para mi es una fracasada, sin amor propio. Marjorie no podía creer que la estuvieran poniendo en su lugar. Albert veía a su ninfa con adoración, esta era su mujer con carácter, como le encantaba, amaba esa faceta de ella. - Pero la que me espera. Pensó Albert.

- ¡NO TE PERMITO¡ quizo alegar otra vez pero...

- Tú, a mi me permites todo, puesto que tú tienes la osadía de querer meterte con mi hombre, así que la que no tiene que decir más, eres tú. Así que te invito a que te largues por las buenas o te mando a sacar como la basura que eres... Dijo Candy tronandole los dedos. Marjorie estaba con la boca abierta, busco la mirada de Albert, él estaba con una sonrisa en los labios, se veía que estaba aguantando soltar la carcajada, le gustó que su mujer defendiera su terreno y la amaba más por eso. Marjorie le dolió demasiado está humillación, se dio cuenta que no tenía oportunidad alguna, ella imagino que al verlos en esta situación, Candy sería como las típicas mujeres ridículas, que lloraria por ver a su hombre, en sus brazos, así ella poder vanagloriarse y humillarlas como acostumbraba. Ella gozaba el destruir matrimonios felices, pero vio que Candy era de armas tomar. Estaban en un duelo de miradas, Candy no se achicaba, le dio temor, supo que si no hacia caso le iría muy mal. Salió rápidamente con la cabeza gacha. - ¡Maldita imbécil! pero esto no para aquí. Pensó llena de coraje.

MATRIMONIO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora