Por casualidad

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Recién terminaban las vacaciones de verano y regresabas de un viaje en familia.


Con la ventanilla del auto abierta observabas como el paisaje avanzaba deprisa a la par tu cabello se movía al compás del viento que entraba. Te relajaban los viajes en coche un momento de paz en el que ver a tu alrededor y desaparecer con la música que te brindaban tus auriculares, pero, por otro lado odiabas aquella sensación que te invadía. Era una hermosa vista la del paisaje pasar, pero nunca se detenía, era como el pasar del tiempo, seguía sin mirar atrás, sin opción a retroceder, solo avanzaba mas y mas.


Suspiraste para tus adentros mientras dejabas que el viento que entraba por al ventanilla te acunara mientras te acomodabas en el asiento de atrás del auto hasta quedar dormida.


Un suave toque y la voz de una mujer te despertaron, obligándote a abrir los ojos aun y la pesadez de los mismos. De nuevo en casa.


Con pereza saliste del auto y ayudaste con las maletas hasta adentrarte en casa, sin pensarlo fuiste a tu habitación a dejar tus cosas que terminaste tirando en cualquier esquina para luego tirarte sobre la cama.


- No se te olvide colocar todo en sus sitio o no habrá postre ________. - Oíste a tu madre desde la planta baja. No eras una niña pequeña como para atender aquellos sobornos, pero conociéndote tu madre intentaba crear mínimo de atención en ti o aquella maleta pasaría semanas abandonada en aquella esquina.


- ¡Si mamá... en cinco minutos! - Escuchaste a tu madre reprochar pero pareció acceder. Tú solo volteaste sobre la cama observando el techo, el año aun no terminaba pero en apenas una semana un nuevo curso escolar comenzaría, de nuevo. Porque el tiempo no podía detenerse de vez en cuando te preguntabas a ti misma.


La tarde transcurrió con normalidad, después de quedarte por no sabías cuanto tiempo observando el techo de tu habitación te decidiste por comenzar a colocar las cosas que tu maleta aun guardaba en donde les correspondía.


Casi terminando pudiste oír de tu ordenador el sonido de una llamada, fuiste a atender y con una sonrisa encendiste la cámara mientras conversabas con tus amigos con los que no habías podido hablar mucho últimamente por las vacaciones en familia que tomaron.


Te despediste cuando escuchaste que la cena estaba lista y bajaste junto a tus padres a comer. Seguiste tu rutina hasta llegar a acostarte y esperar una nueva mañana al abrir de nuevo los ojos, así con total normalidad transcurrió aquella semana antes de comenzar el instituto.


Llegó el día, preparabas tu maleta con libros pesado y aburridos junto con varios cuadernos para luego bajar ya alistada y desayunar junto a tu madre.


- Te levantaste pronto mamá.. - Le comentaste sin mucha importancia sabías que hacía un tiempo que no dormía del todo bien, aun así, ella lo asociaba al calor que aun permanecía, junto como hizo ahora ante tú comentario. - Ya bueno, pronto se irá ya este calor, bueno, que tengas buen día mamá no quiero llegar tarde.


- Igualmente, nos vemos a la tarde ves con cuidado. - Antes de que la puerta se cerrase respondiste una larga afirmación aun y tu edad seguía repitiéndote lo mismo cada vez que salias por la puerta, era tú madre lo entendías y por ello no reprochabas pero se hacía algo cansado para un adolescente.


Todo transcurría con normalidad, el curso comenzó como siempre mas aburrido de lo habitual tras las vacaciones y todos intentaban de nuevo adaptarse a aquella rutina. Cada día amanecías, te alistabas y regresabas a casa, así viviendo una repetición constante con la diferencia que poco a poco veías como la ropa veraniega iba desapareciendo y el follaje de los arboles se tornaba anaranjado y menos abundante.


Un día como cualquier otro de octubre saliste por la puerta de casa no sin despedirte de tu madre. Te colocaste los auriculares y comenzaste rumbo al instituto, no estaba demasiado lejos pero preferías llegar pronto cuando aun no había demasiada gente. No es que odiases el colegio, aun así recordabas cuando poco a poco todos tus amigos marchaban, algunos porque realmente nunca fueron tus amigos pese a todo, otros porque no tenían opción, trabajo, estudios, familia. Nunca fuiste popular con un séquito o famosa entre los pasillos, pero tenias tu grupo de amigos, ahora apenas tenias algún que otro compañero con el que simplemente con cortas conversaciones intentaban soportar las horas de forma algo mas entretenida.


Por eso a menudo preferías quedarte en casa frente a la pantalla conversando con tus amigos a la distancia que salir, aunque intentabas socializar, no eran malas personas con las que te hablabas simplemente aun no podías decir compartir un vinculo como el que tenías con aquellos que tuvieron que irse.


Mientras caminabas absorta en tus pensamientos chocaste con alguien haciendo que retrocedieras un paso por el golpe.


- Lo siento.. yo.. -alzaste la vista para poder disculparte apropiadamente aun un tanto desconcertada, pero mas aun cuando observaste al frente, ahí no había nadie. -..No estaba prestando antelación... -Terminaste susurrando por un segundo observaste a un costado, como a un metro había un poste de luz, pero era imposible estabas en medio de la calle, un tanto extrañada diste un ultimo vistazo a tu alrededor buscando una explicación mas coherente pero tuviste que conformarte con el poste ya que nada mas había cerca.


Te encontrabas es clase de historia aun curiosa de lo que pasó por la mañana antes de llegar al instituto, al menos aquel pensamiento lograba mantenerte despierta en medio de clase pero una voz y un ligero tirón de oreja te hizo volver a la realidad era uno de tus compañeros de clase con el que a menudo hablabas. - Tierra llamando a ______, se puede saber que te pasa llevo llamándote media hora.


- Lo siento, estaba algo distraída.. - Ante aquel comentario tu compañero solo pudo mas que poner expresión de lo obvio, a lo suspiraste mientras te estiraba hacía atrás. - Esta mañana choque con la nada sigo pensando en eso, fue raro.


- Oh vamos, eres una torpe, seguro tropezaste contigo misma y no te diste cuenta. - Bromeó, era cierto, no sería la primera vez, pero aun así sabías lo que habías sentido, inconscientemente llevaste tu mano al hombro no te terminaba de convencer pero ante el chico terminaste aceptando con un "si, tal vez".


El resto del día pasó con tranquilidad hasta llegar el timbre que marcaba el final de las clases, por lo que tocaba regresar a casa. Por un lado querías regresar, como siempre, por el mismo camino tanto por ser tu camino habitual como por la curiosidad que te provocaba pero por otro, tenias cierta tentación de tras lo sucedido tomar otro camino, mientras pensabas tus pies sabiéndose el camino terminaron llevándote por el mismo de esta mañana.


Esta vez, nada ocurrió, solo por un segundo volviste a observar aquel poste una vez te cruzaste con el, pero nada, suspiraste. - Ya que importa, porque darle vueltas a algo que no es nada... - Susurraste para ti y seguir camino hasta tu casa. De pronto se levantó un aire helado considerable a lo que aceleraste queriendo llegar de una vez en casa ya que no lograbas ver nada con tu pelo que por el viento solo hacia que darte en la cara.


Al llegar cerraste tras de ti apoyándote en la puerta agradeciendo haber llegado viva mientras respirabas un tanto agitada a la par escuchaste como alguien intentaba aguantarse las ganas de reír.


- No tiene gracia mamá... - Reprochaste mientras intentabas acomodar lo que en algún momento fue tu cabello, definitivamente aquel día tenía algo contra ti.

El tiempo nunca se detiene (Jack Frost y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora