El tiempo nunca se detiene (Jack Frost y tu)

Recuerda

Pov Jack

Pasaban los días y orgulloso podía observar el paisaje nevado, como cada invierno jugaba con los niños y observaba a la gente ir y venir. Estaba bien jugar con los niños y espolvorear de blanco las calles pero admitía que este año había encontrado un pasatiempo de lo mas divertido, ella.

Aun a veces cuando le permitía un descanso me cuestionaba como con la edad que parecía tener era capaz de interactuar tanto con ella. Aunque pese a todo nada como aquel primer día volvió a suceder. A menudo entraba en su casa por la curiosidad que me producía, de algún modo era distinto que con Jaime con el compartía una gran amistad por ello intentaba disfrutar de su compañía siempre que pudiese durante el invierno, supongo que con ella es por su edad que me despierta tanta curiosidad.

Mientras pensaba para mi mismo recorriendo las calles desde la altura vi las luces encendidas en su casa, y tras mirar desde el cristal vi que estaban ella y su madre observando algo, la mujer parecía divertida, la tentación me pudo y terminé colándome dentro observando des de atrás de donde se encontraban lo que parecían fotografías de niños. - Eh ¿Ese no es Jaime? - No pude evitar acercarme un poco mas y lograr escuchar algo que me hizo voltear a ver aquella chica y de nuevo la fotografía. - Espera ¿______?..

¡¿Esa chica era _______?! Pero como antes era... mucho menos ¿aburrida?

Recordé hacia algunos años donde Jaime me la presentó, iba a ser su nueva vecina, no fue muy difícil que creyese pasamos buenos inviernos, aunque bueno, como con todos el día llegó, ya no iba con los niños y bueno no volvió a verme, pero desde ese entonces había cambiado demasiado. Si, tal vez si me fijaba, ahora que lo sabía podía ver cierta similitud, pero su cabello creció y se oscureció un poco además de sus facciones, cambió mucho.

Me reprochaba a mi mismo no reconocer a un niño pero realmente recordaba que era mayor que Jaime, no recuerdo bien pero creo solo compartimos dos inviernos realmente.

No es que no te encariñes de ellos, pero sabes que algún día ocurrirá y cuando sucede, pese a todo es como debe ser.

- ¡Jaime! - Ahí me percate de como no me dijo nada a lo que sin quedarme a terminar de oír la conversación me dirigí hacia su casa. - ¡Vamos, vamos, despierta!

Algo nervioso pero con cuidado intentaba despertar a mi amigo que entre quejidos terminó encendiendo la luz mirándome aun somnoliento sin entender que sucedía. - ¿Jack que ocurre? - Logró pronunciar.

- ¿_______? - Le conté sobre lo de hacia unos días y lo que justo ahora había escuchado gracias a mi curiosidad. - Apenas nos vemos ahora, quiero decir si nos saludamos y eso pero no coincidimos mucho, ya sabes. - Confesaba lo cierto, igual aun se preguntaba porque de pronto tanto interés después de aquellos años.

- ¡Tienes que ayudarme! - Era imposible no emocionarse ante la idea de que un niño aun y crecer tenga aunque se un atisbo de fe, simplemente era increíble, nunca antes me había encontrado con algo así.