No era la primera vez que Elle se involucraba con delincuentes o gente turbia interesada en hacerle daño a cambio de beneficios económicos; pero para su fortuna, contaba con la seguridad que Watari le tenía exclusivamente para él. Aparte de ello, Lawliet había colaborado con la policía en ocasiones anteriores para resolver casos complejos relacionados con fraudes políticos o la mafia. Había tenido una vida muy agitada para su joven edad, sin embargo, ello no era tan relevante para él como lo era la tormentosa carga que había llevado en sus hombros desde hacia cuatro años. No era fácil hablar de ello, era un secreto que mantenía a salvo consigo mismo para no exponer ante los demás la vergüenza, el asco y el miedo que sentía.
Fue en una calurosa tarde veraniega, frente al monitor de una computadora protegida por el gobierno nacional. Comía unos caramelos de limón con miel, sentado en una extraña posición, lucía como un niño pequeño. Era un cuartel pequeño, dónde estaba trabajando él junto al Jefe de Policía, quien era un hombre de mucho poder entre la gente del gobierno, la parte esencial para la investigación del caso, el Estado tenía todas las esperanzas depositadas en él para evitar una crisis económica. A pesar de ello, eran pocos los que sabían sobre su actitud agresiva e intimidante, ya que apesar de superar los cuarenta años, poseía un cuerpo grande y dominante.
El ambiente era molesto y el calor insoportable, la piel pálida de Elle comenzaba a sudar por debajo de su playera, irritándolo. Fue cuando decidió quitársela para continuar con el trabajo. El problema es que Elle no dejaba de culparse por ello. Estaban solos los dos, y por más poder que tuviera la familia de Elle, por más influencias que pudieran tener, nada pudo evitar lo que sucedió en aquel cuartel de pesadilla.
El jefe de policía, un hombre grande, agresivo y que le doblaba la edad, se había posicionado detrás suyo, tocándole la espalda desnuda con la yema de los dedos de una mano, mientras que la otra, la introducía por debajo de su pantalón.
Elle quedó perplejo, incómodo, comenzaba a asustarse.
Después de ello, los recuerdos se hacían borrosos. Recordaba el aroma del sujeto, el sonido de su espantosa voz repitiendo una y otra vez «esto es lo que te gusta, es lo que deseabas», y el asqueroso tacto de su piel sudada rozando contra su cuerpo una y otra vez. Era lo único que recordaba, no tenía idea de cuánto tiempo había estado conciente antes de desmayarse por el dolor, mientras su compañero lo penetraba con fuerza contra su voluntad.Se sentía asqueroso, al despertar horas después en otro cuarto oscuro, adolorido, desnudo y asustado.
Nunca lo habló con nadie.
Nunca pidió ayuda.
El caso se resolvió y su violador quedó como un héroe.
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Tenía años de no escribir 👀 KYYRIA RETURNS okno 😂 ojalá quieran seguir leyendo, ahora prometo actualizar con frecuencia.
Saludos! 💓
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