Cuatro años habían pasado desde que le arrebataron de forma violenta la inocencia a Elle. Sin embargo durante esos cuatro años ni una herida pudo cerrarse concretamente. No es fácil cuando cierras los ojos y la escena de reproduce en tu cabeza una y otra vez. O cuando te despiertas por las madrugadas a vomitar porque no dejas de culparte a ti mismo.
Sentado entre la tenue luz de la habitación, Elle se dedicaba a pensar en cómo escapar de esos recuerdos, cuando Beyond apareció para arrodillarse delante suyo y acariciar tiernamente su mejilla.
—Te amo. –Susurró el chico de ojos carmesí, con una sincera, pero nostálgica sonrisa en su rostro. Su voz se mezcló perfectamente con el viento que se filtraba por la ventana a un costado de ellos, y la suave melodía de un pequeño colgante.
Elle sólo le sonrió, rodeándolo en un cálido abrazo, y entonces se besaron. Sin sus labios. No, ellos se besaron con los corazones. Porque si de algo estaban seguros ambos, era de que se tenían el uno al otro.Incluso si Elle se podía perder en los sensuales ojos de Light, sabía que eran sólo en los de B en los que podía adentrarse a través de ellos para descubrir su alma y encontrar un lugar lleno de calma. Esa era la diferencia entre un ser interesante, y entre un ser maravilloso.
Los días pasaban tranquilos; Beyond y y Elle pasaban más tiempo juntos, las cosas entre los dos parecían ir cada vez mejor, a pesar de que Light intentaba acercarse, Elle mantenía una distancia prudente.
Había un problema, y es que era el deseo sexual de Light hacia Elle. Demonios, vaya que sí lo deseaba, y estaba dispuesto a ganárselo, hasta lograr tenerlo para sí.
—No deberías. –Ryuk lo decía tras tragarse la quinta manzana de la canasta.
—¿Desde cuándo te preocupas por los demás?
—Light, no me preocupo. Sólo pienso que pierdes el tiempo, ¿Sabes? —Light cerró el libro que leía y alzó una ceja al ver a su amigo. —Además, ¿Ya le viste la cara a ese tal Beyond? Parece psicópata. No sé qué sea, ¿Sus ojos? Podría ser, ¿Habías visto a alguien con las pupilas rojas? —Ryuk rió. —Además, tienes a muchas chicas guapas detrás de ti, a Misa...
—¿No sería interesante cogerme al hijo de Watari? Beyond no es relevante, estoy seguro de que Elle podría reemplazarlo por cualquiera en un chasquido.
—No te deberías meter con los genios de Quillish, Light.Mientras tanto, en la casa de Mail, Mello discutía con Near sobre la situación política del país. Matt no estaba realmente interesado en esos temas, como ellos o como Elle y Beyond, sin embargo había crecido en ese ambiente. Su papá tenía una estrecha relación con el Jefe de policía a nivel nacional, su mamá era directora de la secretaría presidencial de la mujer, y junto a sus amigos, había trabajado en un caso con el Instituto Nacional Contra la Impunidad.
Podría terminar siendo entretenido después de tanta revisión de papeles, firmas que no coinciden, oír grabaciones telefónicas o infiltrarse en la información confidencial de los sectores corruptos. Pero lo que Matt disfrutaba era sentirse bien consigo mismo haciendo el trabajo duro detrás de una pantalla. Odiaba exponerse demasiado. Siempre repetía, algunas veces en broma, que terminaría siendo asesinado a balazos. Nadie se lo tomaba en serio cuando tocaba el tema, a excepción de Elle, quién le respondía indicándole sobre ser precavido y no tomar decisiones por impulso.
Matt tomó un sorbo de la bebida de Mello, y apoyó su cabeza sobre un cojín para observar mejor al rubio. Se deleitaba al oírlo hablar, le excitaba la elocuencia en su diálogo, cómo sus labios se movían al hablar. Ridículamente deseó ser una barra de chocolate para derretirse en la boca de Mello.
—En fin. Todo es una mierda.
—Al igual que tú, Mello.Near arrojó el centésimo cubo de Rubik al otro lado del sofá.
—No puedes mandar a la mierda cada cubo Rubik que termines, Near. A este paso terminarás en banca rota. —Matt se involucró por primera vez en la conversación.
—¿De qué va a preocuparse? Tiene a su sugar daddy que le paga hasta los pañales. Puede pagarle todos los malditos cubos del mundo, por eso sólo los manda al demonio.
—Gevanni no es millonario, Mello. Además, no acepto demasiados regalos de él.
—¿Gevanni? ¿De qué me perdí?
—¿No sabías, Matty? La pelusa se coje a Gevanni?
—¡No me lo cojo!
—¿Al que da clases en Quillish? ¡No jodas, N! El sujeto te dobla la edad.
—Sólo estamos saliendo, no es una relación, hasta el otro año seré mayor de edad.Mello estalló en risas, mientras Matt intentaba disimular, Near moría de vergüenza.
Comenzó a oscucer, así que Near se despidió tomando camino hacia su casa, después del incómodo momento con los dos M. Sólo esperaba que no se tocara el tema delante de Beyond y Elle; lo más probable era que despidieran a Gevanni, o le prohibieran legalmente acercarse a Near.
Estaban solos, en silencio, y viéndose a los ojos. Después de unos segundos había dejado de ser incómodo para ambos, pero había algo más en la atmósfera que inquietaba a Matt. Mello paró de devorarse la barra de chocolate, y se levantó de su asiento. Seguidamente volvió a sentarse, y a levantarse de nuevo, caminó unos cuantos pasos al rededor de la habitación, se deshizo de su chaqueta negra de cuero, y volvió a acercarse a Matt. Éste sólo lo seguía con la mirada sin cuestionar sus acciones. Así se pasó un cuarto de hora, Mello dando vueltas por los sillones, como si estuviera craneando cómo responder a una importante prueba.
Al fin, tomó su chaqueta de nuevo y se la colocó. Revolvió entre la ropa de Matt, tomó un suéter de lana, de la mesa de noche tomó una cajetilla de cigarrillos que guardó en su chaqueta y le pidió a Matt que lo siguiera hasta afuera de la casa donde yacía parqueada la motocicleta de Mello.Se observaron unos momentos, como tratando de adivinar que pensaba el otro. Fue Mello quién rompió el silencio, indicándole que se subiera porque irían a dar un paseo. Matt por su parte no puso objeción alguna, y abrazó por detrás a Mello, así ambos viajaban en la harley bajo las estrellas de la ciudad.
El viento acariciaba su rostro y respiraba el aroma de Mello. Fue por un momento en el que cerró sus ojos para disfrutar el momento y sentirlo real. Al abrirlos, se encontró con el rostro del rubio a unos dos centímetros del suyo.
—Hay algo que tienes que saber. —Matt se estremeció tras las palabras de su amigo.
Antes de que Mello tuviera oportunidad para seguir hablando, Matt lo besó.
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Kyyria tiene que estudiar para un examen.
Kyyria se pone a escribir cosas gays.¡Ojalá les haya gustado! ¡Saludos a todos! 💕