IV

129 13 1
                                    




Había sido una pésima idea, incluso peor que la vez en que Shawn me dijo que debía escribirle cartas a Zayn expresándole mis sentimientos y yo lo había hecho.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó observándome fijamente, me hice pequeño en mi asiento y de pronto la taza de café que sostenía con ambas manos me pareció lo más interesante del mundo.

—18...—contesté sin apartar la vista de mi bebida.

Pasaron varios minutos en los que ninguno de los dos hablaba, me sentía tan incómodo, solo quería estar solo pero no, como el gran estúpido que era había aceptado su invitación y ahora me encontraba con él, sintiendo mi cuerpo ardiendo bajo su mirada.

—No eres un chico muy hablador...—comentó, levanté ligeramente la vista y lo miré soplando con cuidado su taza y bebiendo el contenido con pequeños sorbos.

¿Cómo podía verse tan adorable?

—¡Hey Zayn! —ambos volteamos ante el grito de Nick que corría hacia nosotros, agitando sus manos y con una gran sonrisa. —Hola, chico nuevo. —dijo una vez que estuvo a mi lado, sin dejar de sonreír.

Le respondí el saludo con un movimiento de cabeza.

—¿Por qué esas caras? —preguntó sentándose al lado de Zayn —¿Acaso estaban teniendo una cita y yo estoy interrumpiéndola? — meneó las cejas y yo estuve a punto de ahogarme.

Zayn rodó los ojos— No empieces con tus tonterías. —le amenazó levantando un dedo.

Nick lo ignoró por completo.

—A Zaynie no le gustan las chicas ¿Lo sabías? — me preguntó, el mayor bufó.

Negué con la cabeza y miré a Zayn, tratando de parecer sorprendido.

—¿A ti te gustan las chicas, Nini?— siguió hablando.

Carraspeé un par de veces para no volver a ahogarme y sentí la sangre acumulándose en mis mejillas.

—Eh...—balbuceé— supongo que sí, sí.

Lo cierto es que no estaba seguro de si me gustaban las chicas o no, a mí solo me gustaba Zayn.

—¿Supones?— Nick arqueó una ceja— ¿Qué significa eso?

Me removí nervioso en mi asiento.

—Eso significa que te vayas a joder a otras personas. —intervino Zayn— Déjanos en paz, Nick.

El recién nombrado lo observó con expresión neutral y cuando pensé que le reclamaría, porque Zayn no había hablado precisamente en un tono amable, una gran sonrisa se formó en su rostro.

—Como tú digas Zaynie, iré con Louis. —le dijo y, sin previo aviso depositó un beso en la mejilla derecha del Moreno, reí por la mueca que hizo Zayn. —Adiós, Nialler. —me desordenó el cabello antes de irse corriendo.

Observé su recorrido con una sonrisa en rostro, así era Nick, siempre tan vivo, tan alegre, tan distinto a mi yo actual...

—Discúlpalo, suele decir estupideces. —me giré para asentir a las palabras del chico que se encontraba frente a mí.

Y, luego, más silencio incómodo.

—¡¿Vives con Zayn?!—gritó Liam por quinta vez, suspiré, alejando el móvil de mi oreja.

—Que sí...

—¿Y ahora qué harás? —me lo imaginé mordiendo sus uñas con verdadera curiosidad.

Me recosté sobre la cama.

—No es como si pudiera hacer algo... —murmuré.

—¿Estás bien con eso?

Obviamente no lo estaba, pero ¿Qué podía hacer? No tenía escapatoria.

—Tendré que conformarme.

Hablamos un rato más sobre trivialidades y, agradecí que Liam no ahondara en el tema de mi convivencia con Zayn, lo menos que quería era estresarme por ese asunto.

Cuando finalmente corté la comunicación pensé en cómo sería mi vida de ahora en adelante. La universidad para mí suponía un gran cambio, nuevos amigos, nuevas experiencias, tal vez nuevos amores... Pero ¿Podía yo pensar en "renovación" si prácticamente estaba obligado a convivir con mi pasado?

Moví la cabeza frenéticamente como si aquello hiciera que todos esos pensamientos desaparecieron, necesitaba distraerme, aprovechar que Zayn había desaparecido después del desayuno que compartimos y tratar con todas mis fuerzas de no pensar en él como mi primer amor, sino como mi compañero de habitación, solo eso.

Me incorporé, quedando sentado y jugueteando nerviosamente con mis dedos, entonces la vi, aquella caja amarillenta que me había llamado la atención cuando llegué.

Por un momento mi corazón revoloteó emocionado, creyendo que existía la posibilidad de que allí se encontraran mis cartas, de que él las haya leído todas y que no se habría enamorado de Shawn, pero, claramente, eso no era cierto.

Sin embargo, aun sentía demasiada curiosidad por saber lo que había ahí; caminé sigilosamente hasta llegar a su escritorio. Como si él me estuviera observando desde algún lugar de la habitación, miré hacia todos lados y desaté el lazo con suma delicadeza, los pedazos de tela cayeron a cada lado de la caja y tomé la tapa de esta con verdaderos nervios.

No debía hacer esto, no estaba bien.

Pero lo hice, quité la tapa, para encontrarme solo con un pequeño cofre de madera, cerrado fuertemente con un candado.

Fruncí el ceño y ladeé la boca por la decepción, fue justo en ese momento que la puerta se abrió, dejándome ver a un consternado Zayn.

Abrí la boca para tratar de justificarme pero no encontré las palabras adecuadas, no existían, yo era culpable, y merecía lo que sea que Zayn quisiera decirme o, peor aun, hacerme.

Trague fuertemente cuando se acercó a mí y me arrebató el cofre de las manos.

—¿Qué pretendías hacer con esto?— preguntó  mientras revisaba la pequeña cerradura y acomodaba todo como antes de que yo quisiera ver su interior.

—Y-yo... Yo s-solo...

Tomó la caja entre sus manos y me miró con el ceño fruncido, me dio miedo su expresión pero no pude evitar encontrarlo lindo incluso cuando estaba tan enojado; caminó hacia su cama empujando mi hombro con el suyo en el proceso y abrió un cajón del pequeño velador que se encontraba ahí, no pude ver que fue lo que sacó, caminó de regreso a la puerta con la caja entre manos y me miró amenazante

—No vuelvas a tocar mis cosas, mocoso.— asentí temeroso, recordando aquella vez, en la secundaria, cuando me dijo «Hazte a un lado, mocoso» y yo estaba tan feliz porque había sido la primera vez que me habló, incluso Shawn había celebrado eso conmigo.

Miles de recuerdos inundaron mi cabeza y sentí unas terribles ganas de llorar.

—Oye, ¿Estás bien?— habló Zayn suavizando su gesto y tomando la caja solo con un mano para colocar la otra en uno de mis hombros.

No contesté y desvié la mirada, porque de lo contrario no podría reprimirme más y me arrojaría a sus brazos como siempre quise hacerlo.

—¿Niall?

Escucharlo decir mi nombre dolía, realmente dolía, dolía tanto que yo no sabía por cuanto tiempo podría soportarlo.

—Niall...—repitió y cerré los ojos a la espera de sus siguientes palabras, sin embargo una canción desconocida para mí se escuchó desde uno de los bolsillos de sus jeans. —Disculpa —dijo saliendo de la habitación — ¿Sí, Shawnie?


Fue lo último que le escuché decir antes de caer al suelo de rodillas, incapaz de controlar mis sollozos y explotando en llanto.





-Yxxnmxnsgxrl-

Quedate~~~ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora