Capítulo 23: La Cámara secreta

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- Me lo prometiste Tom... Prometiste que no matarías a nadie...

- Para conseguir lo que se quiere muchas veces has de hacer sacrificios – le respondió el mago en voz baja.

- ¡¿Sacrificios?! – le gritó ella. - ¿¡Qué clase de sacrificios es quitarle la vida a una joven que no te ha hecho daño!?

Él guardo silencio por unos segundos, pues sus argumentos se destruían apenas intentaba decirlos.

Se odió a sí mismo por no ser capaz de explicarle con claridad la importancia de sus acciones, pese a que quisiera. Porque él quería, no, él deseaba que ella lo comprendiera, que se dejara llevar por ese lado oscuro que tenía, pero veía que no era tarea sencilla.

- ¡Tienes que cerrar la cámara, ahora! – le volvió a gritar ella, interrumpiendo sus pensamientos. - ¡¿Acaso quieres matar a todos los estudiantes?!

- ¡Solo serán eliminados las sangres sucias! – le gritó él, furioso porque no entendiera su plan.

- ¡¿Acaso quieres que cierren el castillo?! ¡¿No piensas acaso que tras tantas muertes Hogwarts pueda entregarles seguridad a los alumnos?!

Riddle volvió a quedarse en silencio unos segundos, pero su paciencia se agotó.

– No tengo porque darte explicaciones de mis acciones. Mis planes se llevarán a cabo con o sin tu apoyo – siseó con rabia. – Debiste preverlo cuando decidiste hacerte parte de mis seguidores.

- ¿Eso es lo que soy? ¿Una mera seguidora que no está de acuerdo con tus planes? ¿No te interesa lo que piense de tus acciones? – dijo ella cambiando su tono de voz a uno bajo y tembloroso.

- Lo que pienses me es indiferente, haré lo que tenga que hacer para realizar lo que tengo en mente – le siseó como respuesta.

Y de pronto, lo vio, algo en la mirada de la bruja se quebró y ella no pudo sostenerle la mirada.

El mago tragó en seco, sintiendo el peso de la caja negra con el anillo en su bolsillo.

- Si tu no cumples tu promesa, yo tampoco lo hare... - dijo de pronto la vampira, sin levantar la mirada y con la voz entrecortada.

- ¿Me estás amenazando? – preguntó él cerrando los puños con fuerza.

- No... - levantó la vista y dejó ver sus ojos cargados de pena. – Yo te habría seguido a donde fuera. Estaría siempre a tu lado... No necesitaba prometerte eso... Pero veo que no eres capaz de cumplir con lo que prometes... - y tras eso se tomó el rostro, ocultándose y se alejó de él dejándolo solo en el pasillo.

***

Apenas Walburga vio ingresar a su amiga a la sal común, supo que algo andaba mal. Corrió hacia ella y vio dos líneas de sangre que caían por su rostro.

- ¡¿Valerie?! ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? - apenas ella levantó la vista, Walburga ahogó un grito de sorpresa.

Los ojos de Valerie estaban negros y sangre salían de ellos, pero la vampira rápidamente se limpió el rostro con la túnica.

- ¡¿Qué paso?!

- Tom... Él... - pero no pudo seguir hablando.

- ¡¿Qué hizo?! ¡¿Qué te paso en los ojos?!

- No tengo lagrimas Walburga. Soy incapaz de llorar y solo... Solo sale sangre...

Walburga abrió los ojos aterrada y Valerie se lamentó por haberle dicho la verdad, pero para su sorpresa, la bruja la abrazó y la condujo a la habitación de mujeres.

Corrompiendo tu alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora