Noche oscura y fría como siempre, las verdades en la mesa y un par de botellas, el ambiente se notaba tenso, ya sea por la cantidad de humo que había en ese lugar o por las palabras que estaban atadas a las bocas de los dos que estaban ahí, sus ojos no se conectaban ni por segundos, la tensión hacia que la transpiración pase por sus manos hasta su nuca, sentía los pies fríos y pesados, como si tuviese que estar allí para hacer lo que tenía que hacer, hasta que la otra persona se levanta y simplemente se va, me vuelvo a despertar, era un sueño, maldito cobarde.