Me hubiese gustado que me hayas preguntado cómo me sentía, que me dieras aliento, no era tu obligación ni tu trabajo, pero sentí como me veías morir, me veías agonizar y fuiste débil, por no haberme ayudado, te fuiste cuando se me rompió el pecho, cuando juraste estar en todo momento, sentí como al observarme te arrepentias, obvio que es más fácil ayudar a alguien que está bien y sano, pero en un funeral lloran todos, en las buenas hay cantidad, pero en las malas solo me quedó el reflejo del espejo.