3. Poder

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Miami, Florida.

- Vaya viaje, ¿no? - comentó ilusionada Raven tratando de ver el paisaje nocturno de Miami por la mugrienta escotilla del camarote en el que se encontraban. Mientras, Laura se sujetaba la cabeza para evitar vomitar delante de todos ahí mismo.

Después de haber bajado del coche de vuelta de las instalaciones de la CIA, los compañeros de investigación de Moira le informaron de que podían haber conseguido un posible paradero de Shaw, situado a escasos metros de la playa de Miami según las coordenadas de seguimiento que habían registrado.

Charles, Raven y Laura se unieron al equipo de la CIA y actualmente se encontraban en un barco en aquella playa, a la espera de nuevas órdenes.

-No entiendo como puedes controlar el agua, pero luego eres capaz de marearte en un barco- observó Charles divertido.

Laura intentó contestarle sin que se le nublara la vista.

-Créeme, llevo toda la vida sin encontrarle explicación.

- ¡Chicos, ya hemos localizado al objetivo!- avisó Moira de repente desde el pasillo. Se levantaron y subieron a la pasarela del barco (Raven y Charles ayudaron a Laura a que no se cayera).

-Es ese de allí - dijo Moira alcanzándole unos prismáticos a Charles y señalando un lujoso yate. Algunos agentes de la CIA empezaron a montarse en lanchas para dirigirse hacía aquel barco, pero Laura sabía que aquello sería inútil. Si se supone que Shaw trabajaba con mutantes, no iba a resultar nada fácil detenerlos. Laura apartó a Moira y a Flanders del resto, y les comentó la idea que se le había ocurrido.

- Los acompaño, puedo ayudar con el agua si surge algún problema- declaró con decisión. Moira no muy segura, asintió con la cabeza. Flanders fue a anunciárselo a los agentes. Charles y Raven solo la miraron preocupados.

-Ten cuidado, y no te preocupes, el agua esta de tu suerte- dijo Charles dándole unas palmaditas en la espalda. Laura le sonrió ante sus palabras.

- Como bien dices, tendré cuidado, no te preocupes- le aseguró.

Raven en cambio, le dio un abrazo muy fuerte.

-Demuestra de lo que eres capaz- le dijo al romper el abrazo. Laura llevaba tiempo sin sentirse tan protegida por dos personas que conocía de hacía escasos días. No sabía si era por compartir un secreto muy raro y fascinante entre los tres, como lo era la mutación que poseían, pero había cogido mucha confianza y cariño con ellos. 

Con una última mirada, se montó en una lancha entre los demás agentes que la miraban sin saber muy bien que pintaba aquella joven allí. Todos iban muy concienciados y con el material necesario, que consistía en grandes focos y armas.

"¡Les habla la guardia costera de los Estados Unidos! ¡Quedensen donde estan!" gritó un agente por el megáfono del barco. Los motores de las lanchas se pusieron en marcha y Laura tuvo que agarrarse a la espalda de un agente por el brusco arranque que hizo que perdiera el equilibrio.

Distinguió como un hombre vestido de traje aparecía en la pasarela del yate, creaba dos tornados enormes, y los dirigía hacía ellos. Sin duda aquel yate era de Shaw.

-¡Joder!- exclamó uno de los que conducía la lancha antes de que los tornados fueran hacía las lanchas y los arrollaran. Laura sabía lo que se avecinaba, y por eso, al caer al agua cuando un tornado los expulsó, disfrutó la sensación de cada molécula de agua absorber cada célula de su cuerpo. Inmediatamente, sintió como empezaron a salirle branquias por el cuello y sus manos y pies se volvieron membranosos.

Ahora el agua y ella estaban totalmente unidas.

Salió a la superficie y las branquias de su cuello se inflaron y se extendieron alrededor de su cara, dándole un aspecto aterrador.

Estaba furiosa. Laura gritó mientras despertaba al mar y creaba una ola de gran magnitud.

Los agentes diseminados por el agua contemplaban admirados y exclamaban mientras el gran yate se volcaba y el hombre causante de los tornados caía al agua. Laura se sumergió en el agua y buceo hacía el yate para coger a Shaw y a los otros mutantes que debían de hacer caído al volcar aquel gran yate.

Pero mientras buceaba a toda velocidad, vio como una especie de submarino salía del interior del barco.

"Ingenioso", pensó con rabia. Aquel Shaw había estado un paso por encima de ellos.

Podía crear una corriente de agua y desviar el submarino. Podía manejar el submarino ayudada por el agua, pero sería peligroso con el barco de la CIA y los agentes que habían caído de por medio. Todos acabarían ahogados, y no quería correr ese riesgo.

Salió a la superficie y se dirigió rápidamente hacía el barco de la CIA para nuevas órdenes, pero vio a un Charles histérico gritándole y haciéndole gestos.

Por un momento tuvo el absurdo pensamiento de que era debido a su aspecto de monstruo marino.

Pero cuando oyó las palabras sueltas "el submarino" "un hombre" dirigió su atención al submarino, viendo como este se resistía a navegar. Distinguió bajo el agua a un hombre intentar frenar el avance del submarino con sus manos y arrastrarse por el agua detrás de él. Sin duda era otro mutante.

"Como siga así, acabará ahogándose" pensó Laura con miedo. El hombre era arrastrado cada vez con más fuerza y se hundía más y más.

En cuanto vio a Charles saltar al agua, Laura no lo dudo ni un segundo y le siguió para ayudar a ese hombre.

Era joven y parecía estar furioso. Tenía el pelo marrón y los ojos azules bajo la rojez que le provocaba la sal del mar. Debía de ser muy importante para él capturar a Shaw, porque su cara había adquirido un peligroso color morado y parecía darle igual perder su vida por Shaw.

Cuándo Charles y Laura se situaron a ambos lados suyos, el joven desvió su vista a Laura y no pudo evitar gritar del susto, dejando escapar el poco aire que le quedaba.

Charles lo abrazo por los hombros y Laura los intentaba subir como podía hacía arriba, pero el joven se resistía.

Acabaron saliendo al exterior con brusquedad, pegando una especie de salto. El hombre se despegó de Charles asustado, se chocó con Laura que estaba a su lado y exclamó de dolor, pero este no le prestó atención y cogiendo todo el aire que pudo, se dirigió a Charles asustado:

- ¡Suéltame! ¡Déjame!- le gritó.

- Cálmate, respira - trató de tranquilizarle Charles. Laura de mientras le había gritado al barco donde se encontraban Moira y Raven en la pasarela, y un foco les dio de lleno en la cara. Laura escudriñó las facciones de aquel hombre, eran duras a pesar de la desconfianza que inundaba su rostro.

-¿Quiénes sois?- le preguntó al telépata y a la chica ya después de recuperarse.

-¡Me llamo Charles Xavier! ¡Ella es Laura Devlin! Somos como tú, tranquilízate.

-Ya nos hemos conocido personalmente- comentó con burla Laura mientras se sobaba la zona de la cabeza donde el hombre le había dado. Laura hizo desaparecer el tono azul de su piel, escondió las branquias y las membranas se redujeron. El desconocido observó aquel proceso impresionado.

-¿Cómo has hecho eso? ¿Tú creaste la ola?- le preguntó.

- Sí. Es lo mío controlar el agua- El hombre la miró unos segundos de más como sin poder creérselo y luego se dirigió a Charles:

- Tú... Entraste en mi mente.

- Como puedes ver, tú tienes tus trucos, nosotros los nuestros - Esta vez aquel joven se avergonzó y sin creérselo y algo emocionado, confesó:

- Pensaba que era el único.

- No estás solo Erik, ya no estás solo.

Los agentes de la CIA empezaron a desenrollar una escalera por el casco del barco para que pudieran subir y abandonar las frías aguas de una vez por todas. La misión había fracasado.

X-Men. Primera Generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora