Capítulo 22.

767 51 13
                                    

Gracias por todo esto, por el apoyo y por seguir leyendo esta porquería, las amooooo 💕💕💕💕💕💕😢😢😢😢

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gracias por todo esto, por el apoyo y por seguir leyendo esta porquería, las amooooo 💕💕💕💕💕💕😢😢😢😢


Narra El narrador.

Faltaba solo unas pocos días para aquella fiesta donde padres e hijos iban a ir. Era una fiesta recreacional para que los padres estuvieran más metidos en los temas de escuela de sus hijos y forzar el vínculo de padres e hijos. Y bueno, Javier estaba completamente preocupado por ello.
Su padre ya había recibido aquella carta de invitación, la abrió con cuidado y la leyó con precausión, para suerte del chico de cabellera rubia, su padre estaba sobrio cuando lo vio. Aquel día él sonrió mostrando sus extrañamente blancos dientes y mostró una calidez que Javier no había visto hace años.

ー Me tendrás que ayudar a sacarme todo este pelo de mi cara para estar decente para esa fiesta, quiero conocer a tus compañerosー dijo con aquella voz profunda.

Javier no pudo estar más feliz aquel día, dio una sonrisa grande esperando a que aquel día no pasara nada malo.

ー ¿y el traje?ー preguntó.

Su padre amarró su pelo con una coleta que estaba encima de la mesa de cocina y se dirigió hacia su cuarto con lentitud, pero aún con aquella sonrisa dulce que un padre normal haría. El menor simplemente se sorprendió, nunca había visto a su padre amarrarse aquella cabellera larga desde que la dejó crecer, ni mucho menos lo había visto tan sonriente a excepción de sus noches de borrachera.

ー tengo un traje para usar en el armario, si quieres te paso dinero para que puedas comprar el tuyoー habló mientras subía las escaleras de la casa.

Había que recalcar que la fiesta que se hacía era formal.

ー ¿de verdad?ー preguntó emocionado.

No quería pensar que esto era un sueño, no quería pensar más que todo lo de ahora era una simple ilusión. Lo iba a aprovechar sin pensar si es o no es. Porque no quería pensar que todo aquello era solo un sueño desesperado.

Subió a su cuarto, esperando los días para aquella fiesta, teniendo un sentimiento de energía que no había tenido hace bastante, con ilusiones y sentimientos de que el día de la fiesta iba a ser fantástica. Y era raro de él emocionarse por una tonta fiesta, mejor dicho, era raro de él emocionarse por algo. Siempre había pensado lo inservible que era, y lo horriblemente que era, inclusive entendiendo que todo lo que hacía para tratar de dejar se ser un estorbo era inútil. Con ello, las cosas que le fascinaba ya no le atraían, no sentía el mismo sentimiento de felicidad cuando le entregaban su comida favorita, solo era vacío y unos pequeños recuerdos melancólicos de cuando su madre y hermana seguían vivas. Entonces, una chispa se encendió por lo de la fiesta, tal vez una esperanza, tal vez algún pequeño rayo de luz que le decía que las cosas de ahora en adelante iban a mejorar. Era la misma sensación que le provocó la primera vez que conoció a Martín, y tal vez no se le ocurrió comparar aquel sentimiento con el de ahora, tal vez por miedo, o por simple negación, porque quería negarse por ahora que si sentía cosas por él. Bueno, desde hace mucho sentía cosas por él, le mueve al igual que una bulliciosa fiesta en su corazón cada vez que están juntos. Desde que le dijo aquello, no dejó de pensar más y más en él, y en especial, aquella cercanía con Diego. Dios, lo volvían loco. Simplemente se hacía unos enormes nudos en la cabeza pensando en qué estaba pasando y qué debía hacer, ya a veces con suerte Martín le hablaba en la escuela y a veces se encontraban en el baño solamente para dedicarse miradas. Y sí, más que miradas a veces. Eso hacía más confuso a Javier como las lectoras que ahora están leyendo esto sin comprender debido a que la autora es lo bastante mierda que se le olvidó narrar la historia de Javier porque estuvo más preocupada en escribir la enferma historia de ambos primos solo para alimentar su sed de drama incestuosa. Sí, se disculpa plenamente. A lo que iba, Javier estaba confuso por aquel actuar tan extraño de Martín, pues, a veces lo toqueteaba, le decía algunas cosas crueles pero totalmente exitantes, pero a veces con suerte le miraba o le tocaba, como si algunas veces lo evitara. Y eso le tomó más de sorpresa, pues pensaba que había hecho algo malo, incluso pensando que era un estorbo para él. A veces pensaba que solo jugaba con él, y era lo más probable después de ver aquellos ojos tan enamorados que mostraba hacia su primo, tan enfermo, le molestaba.
Lo que más confundido estaba era por Diego, quien, a parte de ahora protegerlo abiertamente con los que anteriormente eran sus amigos, también le acompañaba a comer en la hora de almuerzo con la excusa de que no tenía con quién comer y no le agradaba estar solo. "Se responsable de lo que causaste, así que corre tu trasero de allí para que me hagas espacio" dijo la primera vez que vino con su bandeja algo vacía hacia a Javier para comer con este. A Javier le sorprendía la poca cantidad de comida que consumía el de pelo obscuro, era casi la comida que él comía cuando decidió hacer una dieta extrema, solo había una manzana, un jugo pequeño y una pequeña porción de arroz.

El Chico Suicida [Yaoi/Gays] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora