capitulo 2.

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Javier había quedado inmóvil mirando atento al chico, el cual todavía no se sabe el nombre. Al parecer el chico se sentía algo incómodo por esa mirada que le daba Javier a él. Por un momento observó los ojos llenos de alegría del chico sin pantalones el cual lo miraba inocente, puro.

- disculpe... Yo soy Martín, lamento no haberle dicho antes- sonrió nuevamente y le dio su mano.

Javier se sobresalto, dejo de observar al chico llamado Martin y dirigió su mirada a la mano de él. Rápidamente reaccionó algo avergonzado por ese silencio incómodo que se había formado anteriormente.

- n-no importa- dijo y recibió la mano de Martín algo tímido- y-yo soy Javier, un gusto que estés aquí viviendo, ojala estés a gusto en este vecindario- repitió lo mismo que le dijieron sus antiguos vecinos que lo habían recibido la primera vez que vino a vivir allí.

- oh, muchas gracias, es una alivio tener alguien de mi edad en este vecindario- dijo alegre y deslumbrante como una gran luz.

- ¿tienes 16 años? - tímidamente alejo su mano y la guardo en los bolsillos de su poleron.

- ¡Si! Aunque pronto cumpliré 17 - sonrió mientras sacaba su lengua divertido.

Javier se sentía incómodo, habían pasado ya varios años sin haber hablado con una persona normalmente, sin golpes ni gritos. Sin ni siquiera dar esfuerzo alguno una sonrisa salió de su pálido rostro.

- que bella sonrisa - dijo Martín mientras le guiñaba un ojo- deberías tener muchas admiradoras por esa blanca sonrisa- dijo y dio una pequeña risita.

Javier bajo su mirada y metió sus dos manos en su poleron mientras que se apoyaba en el marco de la puerta de madera.

- la verdad no soy muy popular en la escuela, soy la oveja negra, nunca he tenido admiradoras ni nada por el estilo - dijo con un suspiro.

- ¡entonces! ¿Sere tu admirador número 1? - dijo alegre como flor de mañana.

Javier se sorprendió y su cara dio un color rojizo mientras que su corazón iba más rápido que antes. Pensó que se había enfermado gracias a no tener pantalones en un día de lluvia. Trató de respirar más lento para calmarse, también se tapó la cara para que Martín no se preocupara de él.

-¿pasa algo, Javier? - preguntó Martín algo preocupado, al parecer no había funcionado nada de lo que hizo Javier.

- n-no... Solo que al parecer me estoy enfermando- dijo mientras destapaba su ojo derecho para mirar a Martin.

- ¡oh! Entonces me voy para que te metas a la cama y descanses ¿si? Si necesitas algo puedes mirar al otro lado de tu ventana, ahí estaré - río- antes que me vaya... ¿Vas al colegio de aquí al lado?-.

Asentió mientras destapaba su rostro y seguía atento a sus ojos obscuros.

-entonces nos vemos ahí, me gustaría almorzar contigo y hablar más- hizo una cara graciosa y luego se fue sin antes despeinar el fino cabello de Javier-.

Javier quedo mirando a la nada, pensando. Se sentía con energía, quería saltar, gritar y reír como loco. Pero quedó ahí, mirando como se iba Martín y luego desaparecía de su vista. Logro volver a su ser,después de haber estado parado pensando durante varios minutos con la puerta abierta, la cerró y toco su cara con sus manos. Su rostro estaba hirviendo, como si tubiera fiebre, eso lo hizo alterarse, no quería enfermar para mañana ya que quería ver a Martín en la escuela. Miró el gran salón de la casa el cual estaba todo desordenado por papeles y cajas, además de que su padre quien estaba ya en el piso cerca de donde había vomitado. Suspiro y fue hasta donde él, olía a mierda, realmente olía a una especie de combinación de cigarrillos, alcohol y mierda... Literalmente. Levantó a su padre y con mucho esfuerzo lo llevó a la gran habitación que tenía su padre, y donde lo dejo tirado en la cama ya algo cansado. Llegó con un trapo para limpiar aquel asqueroso vomito que se esparcía por el piso de madera. Lo limpió y con mucha repugnancia botó el trapo al basurero algo asqueado.
Al terminar subió a su habitación algo ya cansado pero su corazón se congeló al ver por su ventana a Martín, quien estaba en la casa de al lado, semidesnudo. Si, pudo ver el cuerpo desnudo y moreno de Martin el cual estaba muy bien trabajado. Al parecer su nuevo vecino no se dio cuenta que Javier lo miraba con cara de tomate. Los cabellos castaños claro de Martin se despeinaron al pasar por dentro de un suéter el cual después cubrió su piel desnuda. Javier rápidamente se escondió con el corazón acelerado al ver que Martin se daba la vuelta. Espero un poco asustado a que Martin se fuera para que pudiera salir de su escondite. Pero nada pasaba. Sacó su cabeza para ver, pero Martín logró verlo y lo saludo normalmente.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué actuaba así? ¿Por qué se sentía así? ¿Se estaba enfermando?



CONTINUARA...

El Chico Suicida [Yaoi/Gays] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora