-Capítulo 33-

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Durante todo el mes de vez en cuando Perrie había visitado a Amara. Desgraciadamente cada vez que lo hacía Jade había salido con sus amigos o estaba en un entrenamiento de animadoras. Para Perrie era triste, ya que casi no hablaba con ella en la escuela. Sólo compartían miradas secretas y eso a Perrie no le era mucho. Aun, a veces, podía sentir los labios de la castaña sobre los suyos y comenzaba a saborear la piel tibia y dulce de los labios de Jade. La quería volver a besar. Lo único positivo fue que ya era muy amiga de Ariana y ni hablar de su pequeña novia dragón. Aún no se había encontrado con los padres de la castaña, pero esperaba no hacerlo tan pronto, ya que se sentiría nerviosa hablando con ellos mientras pensaba en su hija.

-¿Pez, me escuchas?-preguntó Sam junto a ella.

Estaban en el patio de la escuela mirando como unos chicos de primero jugaban con un balón de fútbol.

-Si-respondió un poco triste, no había visto en todo el día a Jade y eso le bajaba los ánimos.

-Pronto vendrá, descuida-dijo su amiga, más feliz de lo normal.

Perrie apremió a Peyton que, a pesar de ser una idiota, había visto cómo ayer se había llevado a Sam a las duchas. Duraron allí un rato y al volver su amiga había regresado con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas. Perrie la había estado molestando todo el día hasta tal punto de recibir una patada de Sam para hacerla callar.

De lejos vio a Jade hablando con unas amigas y decidió que la necesidad de hablarle era muy alta. Se cubrió las manos en las mangas de su chamarra y fue hasta ella, excusándose con Sam. No parecía muy triste, ya que apenas Perrie se fue una chica de ojos verdes llegó hasta ella y comenzó hablarle muy de cerca. Peyton era una pilluela. Estaba a pocos pasos de la castaña cuando sintió como alguien chocaba su hombro.

-¡Miren, es la rarita!-dijo Jed, animado, aunque no había nadie con él, y llevaba su chaqueta de fútbol.

-Jed, hoy no estoy de ánimos. He estado lejos de tu novia, así que déjame-intentó apartarse de él, cuando le rodeó los hombros con el brazo.

-¿Pero no estabas yendo a verla ahorita mismo?-preguntó.

Perrie no pudo responderle y, para sorpresa del chico, asintió.

-Iba a preguntarle si hoy Ariana estaba en la casa, quería darle una sorpresa-se felicitó mentalmente por aquella gran excusa.

-¡Wow, eres una novia atenta!-dijo con una sonrisa falsa y después la sujetó con más fuerza-. Bueno, vamos los dos.

Fueron y Jade pareció sorprendida al ver a su novio rodeando el cuello de Perrie con el brazo mientras la chica hacía una mueca. Se despidió de sus amigas y se acercó hasta ellos.

-¿Qué hacen?-preguntó delicadamente, mirando directamente a Perrie, y esta negó con la cabeza.

-Amor, venía a verte-respondió Jed, intentando captar su atención ya que su novia miraba a Perrie.

Pronto los ojos chocolate se posaron en él y sonrió seductivamente a la castaña.

-¿Y qué haces aquí, Edwards?-preguntó y Jed decidió apretarla más en su agarre.

-Venía a preguntarte para hacerle una sorpresa a tu hermana ¿A que no es una novia atenta? -preguntó felizmente, pero no le agradó la mirada seria de su chica.

-Ah, ya veo-respondió Jade, fingiendo indiferencia, y al final Perrie se soltó de Jed.

-¡Ya, suéltame!-replicó alejándose mientras frotaba su cuello.

Jed se encogió de hombros.

-¿Y tú?-preguntó la castaña a su novio, ignorando a Perrie, y esto a Jed le encantó.

Rivales (Jerrie Thirlwards) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora