La habitación estaba envuelta en un silencio expectante, solo interrumpido por el suave susurro del aire acondicionado. Chan, con una sonrisa traviesa en los labios, observaba a JeongIn, quien se movía con una energía nerviosa, acercándose y alejándose de él como un gato jugando con un ratón.
—Ya, detente —se quejó Chan, con un tono de voz que no dejaba lugar a dudas de que estaba disfrutando de la situación. JeongIn, sin embargo, no pareció escucharlo, su atención estaba completamente absorbida por el juego que había iniciado.
Con una risa que sonaba a una mezcla de nerviosismo y diversión, JeongIn volvió a acercarse a Chan, empujándolo con un leve movimiento de cadera. Chan, sin poder evitar una sonrisa ante la contagiosa alegría de JeongIn, lo tomó del brazo con un movimiento rápido y lo atrajo hacia la pared. JeongIn, sorprendido por la rapidez del movimiento, soltó una risita nerviosa que se vio acompañada por un rubor que se extendió por sus mejillas.
—Detente —repitió Chan, con un tono de voz más serio esta vez. La mirada de Chan se clavó en la de JeongIn, transmitiendo una mezcla de advertencia y deseo. JeongIn, sintiendo la intensidad de la mirada de Chan sobre él, apretó los labios y negó levemente con la cabeza, pero su mirada no abandonó la de Chan.
Chan, sintiendo la calidez del cuerpo de JeongIn a centímetros del suyo, se acercó aún más al rostro del menor, sus ojos recorriendo cada detalle del rostro de JeongIn, desde la punta de su nariz hasta la suave curva de sus labios. El aroma de JeongIn, una mezcla de colonia fresca y dulce, llenó las fosas nasales de Chan, intensificando la sensación de deseo que se apoderaba de él.
—¿Te detendrás? —preguntó Chan, con la voz baja y ronca. La pregunta, más que una simple frase, era una invitación, una insinuación. JeongIn, sintiendo la intensidad de la mirada de Chan sobre él, no respondió, solo lo observaba con una mezcla de nerviosismo y deseo.
—¿Lo harás? —insistió Chan, acercándose aún más al rostro del menor. La respiración de Chan rozaba la piel de JeongIn, provocando un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. El corazón de JeongIn latía con fuerza en su pecho, mientras su mente se llenaba de imágenes de lo que podría suceder si se dejaba llevar por la intensidad de la mirada de Chan.
—No —murmuró JeongIn en un susurro apenas audible, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y diversión. Chan, sintiendo la resistencia de JeongIn, se inclinó aún más hacia él, dispuesto a romper la barrera que los separaba.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe, interrumpiendo el momento de tensión entre los dos. MinHo, con una sonrisa en el rostro, entró en la habitación, con su bolso en la mano.
—¿Qué haces ahí, Innie? Llegaremos tarde —dijo MinHo, con un tono de voz alegre. Su mirada se posó en Chan, con un brillo de complicidad en los ojos.— ¿Todo bien?.
Chan, sorprendido por la repentina aparición de MinHo, se alejó de JeongIn de inmediato, tratando de recuperar la compostura.
—Sí, solo jugábamos —respondió, sin poder evitar una sonrisa nerviosa. MinHo asintió, con una sonrisa pícara en los labios, y salió de la habitación, seguido por Chan.
—No era un juego —murmuró JeongIn para sí mismo, con un suspiro de resignación. La imagen de Chan, con su mirada intensa y su cuerpo tan cerca del suyo, se quedó grabada en su mente. Tomó su bolso y salió de la habitación, con un corazón que latía con fuerza en su pecho.
MinHo miró a JeongIn y rió suavemente, negando con su cabeza. Lee sabía los sentimientos del maknae por el líder, pero hasta que ambos pudieran hablar abiertamente de eso, él solo iba a ser un espectador en una relación que aún no comenzaba.
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𝟤𝟪 𝖣𝖠𝖸𝖲 𝖮𝖥 𝗦𝗧𝗥𝗔𝗬𝗞𝗜𝗗𝗦 𝗦𝗛𝗜𝗣𝗣𝗦 [EN EDICIÓN]
Fanfiction❝ Pequeñas historias sobre los veintiocho shipps de straykids ── skz x skz MULTYSHIPPER © 2O18 Prohibida cualquier copia, inspiración, adaptación y/o distribución de la obra sea parcial o total, todos los derechos reservados.