Parte 7

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Narra Esmeralda

Abro los ojos de repente y me enderezo rápidamente en la cama, pero a la hora de hacerlo me siento algo mareada, cuando ya me siento mejor, noto que tenía la respiración algo acelerada, como puedo trato de tranquilizarme.

Miro hacia la derecha donde está mi mesita de noche y veo mi reloj, apenas son las 6:30 a.m., no creo poder dormir más, asi que decido levantarme y me dirijo hacia el baño para tomar una ducha.

Cuando ya estoy dentro comienzo a desnudarme, pero en eso mi mirada se posa en el espejo que tengo frente a mí, y pude notar que estoy completamente sudada, que asco me doy más al notar aquellas cicatrices.

El agua caliente comienza a correr sobre mi piel, me siento tan bien que me gustaría nunca salir de aquí, es más me gusta vivir bajo el agua como los peces, asi mis problemas fluirían los más rápido posible que ya no me estaría preocupando por nada y seria siempre feliz, pero lastima, eso no se puede.

Cierro mis ojos por un instante y millones de imágenes empiezan a invadir mi cabeza, no sé en qué momento me encuentro sentada bajo la regadera tratando de no llorar, pero eso es imposible, eh roto en llanto, miles de lágrimas comienzan a escapar de mis ojos.

Ya no puedo más con esta vida que llevo, siempre fingir ante todos felicidad cuando por dentro estoy completamente rota, si sigo asi terminare peor. Debo de superar todo esto, salir adelante, pero no puedo sola necesito ayuda.

Termino de ducharme, y me dirijo hacia mi ropero, decido por ponerme un vestido verde militar y unas botas bajas amarillas, tomo mis cosas guardándolas en mi bolso y salgo de mi departamento, verificando que nada se me olvide.

Ya estando frente al local, tomo del bolso mis llaves para empezar abrir, comencé por sacar unas masetas las cuales voy colocando una por una fuera del local para que vayan tomando algo de sol y no se me mueran las plantas.

Pero antes de poder seguir con mis labores, la campana que está en la entrada no deja de sonar, eso significa que mi trabajo ha comenzado, observo a mí alrededor y veo que hay ya varios clientes que se la pasan recorriendo el establecimiento viendo y escogiendo que flores comprar.

En eso puedo ver de reojo que un hombre camina directo hacia donde estoy, viene con una gran sonrisa y un brillo en sus ojos que puedo ver transmitir felicidad.

-hola, buenos días señorita

-buenos día, ¿en qué puedo ayudarlo?

-necesito que me venda un ramo de rosas rojas

-claro, en un momento lo tendré listo

-gracias, disculpe si se puede quiero el más grande que tenga

-por supuesto

Tardo unos 10 minutos en tener listo el gran ramo de rosas que me pidió aquel joven, pero de repente cuando se lo estoy entregando, puedo sentir que alguien me está observando, llámenme paranoica si quieren, pero de verdad siento que no me dejan de ver.

-gracias, es un ramo hermoso se ve que se esforzó demasiado en hacerlo

-no es nada, es mi trabajo

-hasta luego

-que tenga buen día

Y asi ver marcharse a otro cliente satisfecho por lo que hago decido retomar mis labores, me dispongo a salir de nuevo para seguir acomodando las plantas.

Pero de repente siento de nuevo que hay alguien observándome y sin más decido dar la vuelta para ver quien es, y lo que vi era un auto negro esperando a que el semáforo se pusiera en verde para poder avanzar, pero me fijo que en la parte de atrás del auto hay un joven el cual no dejaba de mirarme, es tan guapo y más con esa sonrisa que tiene.

¿Será el quien me observaba desde hace rato?

Ahora caigo en cuenta que tampoco lo he dejado de ver, y que mis labios sean curveado para formar igual una sonrisa, de un momento a otro mi corazón comienza a latir desenfrenadamente.

¿pero qué rayos me pasa?

Toca verde, y aquel auto negro se pone en marcha para seguir su camino, yo solo me quedo ahi parada observando como poco a poco comienza alejarse hasta ya no poderse ver mas.

Eso fue raro.

LAS MARCAS DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora